Después de la emoción que, para algunos supuso la victoria de Obama en las elecciones norteamericanas, después de la obviedad repetida hasta el hartazgo de que por primera vez un negro ocupaba la Casa Blanca y después del recelo que suscitaba y sigue suscitando entre los que no nos creemos la propaganda televisiva sobre este personaje de diseño, me parece adecuado poner el contrapunto hablando de un negro que sí afrontó de cara y con profundidad los problemas de su raza, de su país y, en la última parte de su breve vida, del mundo en general.
Malcom X era negro, musulmán y comunista. Un cúmulo de identidades e ideologías que Occidente ve como peligrosas, y abyectas y que se ha propuesto eliminar. Malcolm X debería ser un modelo de coherencia para muchos de los actuales pensadores domesticados. No por casualidad, se trata de una figura olvidada o tergiversada en comparación con otras. Todos conocen a Martin Luther King, como símbolo de una lucha "no violenta", lucha que, por cierto, no le eximió de ser asesinado. En cambio, la figura de Malcom X sigue siendo relegada al apartado de los movimientos radicales, de esos que en el mejor de los casos pueden ser comprendidos pero nunca apoyados. A Malcolm X no se le concedió ese premio Nobel de la Paz otorgado a Kissinger y para el que su subalterno, Augusto Pinochet, fue nominado. Seguramente, tampoco él habría aceptado tal galardón.
Desde pequeño sufrió la injusticia y la persecución por parte de los grupos nazis blancos con la connivencia de la policía. Su padre es asesinadopor un grupo de ultraderecha, crimen que se camufla como un accidente. Tres de sus hermanos fueron asesinados también y su madre permaneció recluída 25 años en un psiquiátrico hasta que sus hijos pudieron liberarla. Malcom X experimenta una transformación durante su estancia en la cárcel, a donde ha ido a parar por una serie de delitos menoores, gracias al conocimiento del Islam, y a la conciencia de pertenecer a una raza y a una clase oprimidas. A partir de este momento, de forma autodidacta, se convierte en una de las mentes más lúcidas de su entorno.
Claro que su discurso no está axento de excentricidades y su peripecia vital de una evolución que puede parecer errática, pero que es fruto de un aprendizaje y una experiencia continuos. Finalmente, es asesinado con la intervención estelar de COINTELPRO, organismo creado por el FBI para pulverizar cualquier asociación o grupo que representara en sus mentes fascistas una disidencia con el Gobierno americano y amenazara su "democracia".
Recomiendo la lectura de su autobiografía para tener una visión completa de este personaje.
Malcom X inspiró a grupos políticos como los Black Panthers que también fueron neutralizados por el FBI.
Spike Lee rodó una película que lleva su nombre en 2.002 y que se ajusta bien a su autobiografía.
Malcolm X inspira desconfianza porque nunca rehusó al ejercicio de la violencia defensiva si fuera necesario, como medio de conseguir la liberación de la raza negra. Mucha gente es perseguida, encarcelada, torturada y asesinada por defender este postulado. Vivimos en un tiempo en el que se ensalza el pacifismo de los oprimidos mientras se evala judicialmente el terrorismo de Estado. Me da la sensación de que si preguntáramos al simpático Obama sobre sus referentes políticos jamás citaría el nombre de Malcom X.
jueves, 30 de julio de 2009
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