lunes, 30 de noviembre de 2009

Minaretes y misiles.

Parafraseando a Marx, un fantasma recorre Europa: es el fantasma del nazismo. Sólo que contra este fantasma no se ha conjurado ninguna potencia de la Vieja Europa, como sí lo hicieron -y lo siguen haciendo- contra el fantasma del comunismo. Hay fantasmas y fantasmas.
Para vergüenza del pueblo suizo y para vergüenza ajena, sobre todo, el 58% de sus ciudadanos ha decidido prohibir la construcción de alminares en las mezquitas. Es preciso recordar que no lo han hecho para evitar la llamada a la oración musulmana: esta ya se encuentra prohibida en virtud del cumplimiento de la ley de ruidos, ¿Por qué se prohiben entonces los minaretes?

La respuesta nos la ofrecen los carteles preparados para el "no" en el referendum: minaretes dibujados como misiles. Para la mayoría de los suizos, las torres de las mezquitas equivalen a misiles. Una puede pensar que un público esencialmente pacifista e incauto ha sucumbido ante una campaña en la que se identifica al Islam con las armas de destrucción masiva. Pero no es así: este mismo día se ha votado, también por referendum, contra la prohibición de exportar armamento. La mayoría aplastante, esa misma que cree que los minaretes son misiles, está de acuerdo con lucrarse mediante la venta de armas de destrucción masiva. Me temo que se trata de un caso muy típico de proyección.
Otro fenómeno revelador: para vergüenza del feminismo internacional, las feministas suizas han sido las aliadas de la extrema derecha para perpetrar esta patada a los derechos humanos que supone la primera medida legal en una democracia occidental dirigida contra una religión en concreto. Las feministas suizas apoyan una persecución religiosa en un país en el que la mujer no ha podido votar ¡hasta el año 1.971! Y ello no por causa de un golpe de Estado y la posterior dictadura, como ha sucedido en España, sino por la decisión democrática de sus habitantes. Otro curioso caso de proyección: semejante país se permite dar lecciones de feminismo al Islam.
Las mezquitas suizas, exceptuando la de Ginebra, cantón que paradójicamente tiene el orgullo de haberse opuesto a esta medida, son discretas, indiferenciables de cualquier local. Aproximadamente, unos 400.000 suizos, un 12% de la población total, son musulmanes. Muchos de ellos procedentes fundamentalmente de la ex-Yugoslavia y Turquía. Estos países no han sido vinculados con el terrorismo internacional ni siquiera por las mentes calenturientas e inmorales de los neocons, así que no deja de sorprender que estos mensajes tan burdos como falaces calen en la mayoría de un estado supuestamente culto y civilizado, claro que a lo mejor no lo es tanto. Ya hemos visto que este país que se nos vende como un idilio de pastorcillas y viejecillos relojeros y un paraíso de libertad capitalista esconde mucha porquería tras esa imagen de cuadro de comedor: tráfico de armas, machismo recalcitrante... Pero veamos algunas cosas más.
Quizá convenga refrescar la memoria acerca de que los civilizados suizos que temen el fanatismo del Islam se han venido matando hasta hace nada en guerras religiosas fratricidas, básicamente entre católicos y protestantes, mucho después de que en Europa se olvidaran del asunto.
Otro mito es el de la supuesta neutralidad suiza, que recuerda mucho a la supuesta neutralidad de Franco. Suiza dio apoyo económico a la Alemania nazi, y solo cuando vio que Alemania iba a perder la guerra dejo de permitir que la Luftwaffe se pasease por ella. La mayoría de los suizos soñaban con una victoria nazi, aunque su cobarde e hipócrita afán de lucro fue lo único que les impidió alinearse a las claras con el Führer.
Suiza es también la sede de buena parte de las corporaciones empresariales más criminales del planeta. Nestlé, las farmaceúticas Novartis y Roche, o Adecco, que hoy llamamos ETT, pero que antes se llamaba tráfico de esclavos.
Suiza es también, como tantas otras repúblicas bananeras, un paraíso fiscal. Es decir, un país que pone a buen resguardo el botín de todos los criminales del mundo, desde defraudadores del fisco hasta genocidas, pasando por narcotraficantes y todo tipo de grandes delincuentes. Éste si que es, con todas las letras un estado que acoge a terroristas. ¿No se ha planteado Hussein Obama invadirlo?
Todo el márketing de relojes y chocolate se viene abajo en cuanto rascas un poco la costra del bienestar suizo. ¿Alguien se cree que hoy un país se puede hacer uno de los más ricos del mundo fabricando relojes y tabletas de chocolate? En cualquier caso, no se puede poner puertas al campo y el Islam no se detiene mediante la prohibición de los alminares de las mezquitas. Si es cierto, cosa que dudo, que se está produciendo una islamización de Suiza y si esto les parece peligroso o negativo a la mayoría de los suizos, deberían preguntarse por qué. No será por culpa de la inmigración reducida al mínimo gracias a las leyes nazis de extranjería suizas. De verdad lo que les espanta, porque llevaría sin duda a una reflexión más profunda, es la expansión imparable del Islam entre los emigrantes de tercera generación y entre los propios suizos de sangre pura y rubios como el trigo y blancos como el queso. A lo mejor lo que les aterra es que el civilizado gigante occidental se tambalea sobre sus pies de barro, no por agresiones externas sino por su propia crueldad, su insaciable ansia de oro a cualquier precio y su desapego real a lo que dice defender con uñas y dientes. Los asesinos y los ladrones tienen miedo a las religiones y a las ideas políticas auténticas, las que no les sirven de tapadera, porque les ponen en evidencia.
Quizá Suiza debería comprender que, en efecto, su país está lleno de misiles y de intolerantes. Pero que ni los misiles son las torres de las mezquitas, ni los intolerantes son los que se reúnen a rezar mientras ellos se lucran con el sufrimiento del mundo en su bello y tranquilo país, que tiene la belleza y la tranquilidad de los sepulcros blanqueados.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Reputación digital.

La palabra "reputación" encierra una trampa. La reputación, aunque por su forma gramatical lo parezca, no se refiere al individuo del que ésta se predica. Lejos del prestigio que se correspondería con una justa fama ganada por una trayectoria vital honesta, exenta de máscaras y basada en el esfuerzo personal, la reputación se refiere a la opinión que los demás tienen de nosotros. No es, por tanto, una virtud, sino, por su propia naturaleza, un vicio, pues su finalidad es la de sutitutivo o sucedaneo de una virtud. La reputación se basa entonces en la hipocresía, el disimulo, la mentira. Se finalidad es exclusivamente la búsqueda interesada de los demás. A nivel supraindividual, se asimila sin cuestionamiento alguno al orden social que en ese momento impere. Pero como la reputación busca no las virtudes que predica tal o cual sistema social, sino solo su apariencia, constituye una eficacísima aliada de los sistemas sociales malvados o corruptos, pues ella posibilita que valores morales aberrantes, inasumibles o inhumanes lleguen a parecer los normales.
En el ámbito personal, quienes se obsesionan por su reputación suelen ser personas inseguras que tienen el estómago de aceptar las reglas del juego social para obtener poder y ascenso social la mayoría de las veces patético y baldío, He dicho que tienen el estómago de jugar fuerte en ese juego, porque, aunque ellos crean que no, la inteligencia, el coraje y el orgullo no solo no sirven sino que resultan contraproducentes. De ahí ese sorprendente hecho social: que el triunfador social suele sin embargo ser idiota y cobarde.
Este repugnante juego, tan antiguo como la civilización, por virtud de la alquimia capitalista ha alcanzado un nuevo grado de sistematización. Adquiere tintes especialmente oscuros cuando lo extrapolamos al ámbito de las modernas corporaciones. En efecto, con las nuevas tecnologías surgen nuevos mecanismos de control social y personal que rebasan de largo los límites morales y legales que hasta ahora nos servíaan como referentes.
He estado curioseando, con la repugnancia del que busca en un contenedor de basura el origen de una epidemia, diversos manuales con recomendaciones que pretenden ser científicas para mantener intacta nuestra "reputación digital", haciendo, por ejemplo, un "uso correcto" de las redes sociales. En estas lineas infectas se leen cosas tales como que debemos ocultar nuestra confesión religiosa o nuestra ideologíaa política -si ésta es "radical"- de cara a una posible contratación laboral, ya que el asumirlas podría descalificarnos en el acto. Yo tenía entendido que la tan idolatrada por algunos Constitución Española garantizaba la igualdad de los ciudadanos independientemente de su religión, raza, sexo o ideología, pero veo que el sagrado texto constitucional solo sirve para meter en la cárcel a los que piensan distinto.
También aconsejan estos gurús no colgar tus fotos de una juerga con tus amigos. Nótese que no te recomiendan que no te emborraches o te drogues, sólo que no trascienda, que nadie se entere. Volvemos a la doble moral o, quizá, nunca hemos salido de ella. En este mismo sentido aconsejan no colgar fotos demasiado íntimas. Con esto no se refieren a fotos pornográficas sino a, por ejemplo, una foto en la que beses en la boca a tu pareja. El motivo: tu jefe puede ser muy puritano y molestarle este desparpajo público.
La idea básica es que tú representas a tu empresa también durante tu vida privada y debes mantener una conducta acorde con la linea que dicha empresa te mande. De este modo, el contrato laboral se extiende durante 24 horas al día y durante 7 días a la semana. Tampoco te piden demasiado: puedes ser un violador, o un asesino mientras no cuelgues los videos en internet o no te pillen. En definitiva, de nada sirve ser un excelente profesional si te adscribes a la religión o a la ideología inadecuadas, si se te ocurre besar a tu pareja o pasarte alguna noche de juerga con tus colegas. Un simple puesto de trabajo hoy actúa igual que una secta, fiscalizando cada acto y pensamiento del trabajador.
Frente a las religiones, que te piden virtudes sinceras, estas sectas te piden virtudes aparentes. Frente a las religiones que prometen la trascendencia, estas sectas prometen un sueldo miserable al mes. Los sectarios que escriben sus códigos de reputación digital y visten obligatoriamente corbata se escandalizan ante decálogos y sharías, ante hábitos y burkas.

viernes, 27 de noviembre de 2009

El Palacio del Rey David (y las casas de los palestinos)

“David saqueaba estas tierras, sin dejar con vida ni a hombres ni a mujeres, y se apoderaba de las ovejas y bueyes, asnos, camellos y vestidos” (I Sam 27, 8).

España es rica en restos del pasado. Casi no hay comarca que no posea una cueva con pinturas rupestres, un crómlech, un enterramiento de la edad del bronce, un templo fenicio, unas termas romanas, una ermita visigoda, unos baños árabes, una iglesia románica, gótica, renacentista o barroca con archivos llenos de maravillas. Tan rica en pasado como miserable en casi todo lo demás, España ha permitido la destrucción y saqueo de su patrimonio histórico con la impasibilidad no del bárbaro, pues el bárbaro respeta las reliquias de su pasado, sino con la impasibilidad del... español. No se me ocurre un insulto peor, ni un calificativo más perfecto, por más que constituya una tautología. Pero esta desidia no es patrimonio exclusivo del pueblo llano, al que se le puede disculpar por ser víctima de un sistema educativo tan peculiar como el nuestro, en el que se ha pasado del Corte y Confección y el Cara al Sol a la Ética para la Ciudadanía y los minutos de silencio -¡lo que sea por no estudiar! La destrucción consciente y activa de antigüedades es más bien cosa de nuestros gobernantes que, dirigidos por los caciques espabilados que aquí llamamos empresarios, desde la desamortización de Mendizábal hasta el AVE, han destrozado y siguen destrozando uno de los patrimonios histórico-artísticos más ricos del mundo. Que se lo pregunten a los de Numancia.
Aunque esta es una cuestión muy española, la barbarización via capitalismo del mundo actual está extendiendo el destrozo del patrimonio cultural mundial. El caso más terrible lo han protagonizado nuestros amigos y aliados norteamericanos, los defensores de los valores occidentales, que han arrasado irremediablmente el legado cultural de la civilización más antigua del mundo, la Mesopotámica.
Pero esto es solo el caso más grave de una miriada de ellos: en casi todos los países del mundo la construcción de un bloque de edificios, un campo de fútbol, un párking, una autopista o un centro comercial es motivo suficiente para destrozar -a veces ya para siempre- unas ruinas de varios miles de años de antigüedad. Solo la posibilidad de rentabilizar turísticamente esas ruinas puede a veces salvarlas -momentáneamente.
En este panorama tan negativo debería sorprender que el estado de Israel permita hacer justo lo contrario: destruir viviendas para sacar ruinas a la luz. En efecto: un organismo privado Israelí denominnado Elad está demoliendo viviendas del barrio de Silwan en Jerusalén, barrio habitado básicamente por musulmanes, para sacar a la luz los restos del Palacio del Rey David.


No hay que ser muy malpensado para pensar mal ¿verdad? ¿Os imagináis que una empresa privada destruyese vuestras viviendas porque, al parecer, en el solar que ocupaban se encuentra la Mesa del Rey Salomón o el Santo Grial? Añadamos unos cuantos datos más para confirmar nuestras sospechas. La empresa Elad es en realidad un colectivo sionista de colonos financiado por un multimillonario norteamericano: nada tiene que ver con motivaciones de amor a la historia o la arqueología. La "arqueóloga" Eliat Mazer, que anunció en 2005 haber encontrado los restos del "Palacio de David", dice trabajar "con la pala en una mano y la Biblia en la otra." Un método de reconocida solvencia, sin duda... Este "hallazgo" ha sido puesto en serias dudas cuando no rechazado abiertamente por todos los expertos no dependientes de sectas evangélicas o sionistas. Muchos investigadores independientes israelíes están escandalizados ante semejantes patrañas.
El famoso rey David, de haber existido, debió tener muy poco que ver con el que nos describe la Biblia y desde luego no tuvo ningún fastuoso palacio, ni él ni su hijo Salomón. Probablemente, como nos demuestra el prestigioso arqueólogo judío Israel Finkelstein no fue más que un lider de bandoleros de una región por entonces miserable y casi despoblada que medró ante la decadencia de los grandes imperios del entorno. En resumen, que el tal palacio de David es un timo. Pero no es un timo para turistas incautos, como tantos y tantos hay por el mundo. El objetivo real es otro: arrebatar a los palestinos otro trozo más de Jerusalén con la excusa de la arqueología.
Numerosas voces se han alzado contra esta infamia, también desde el ámbito judío. Una premio Nobel como Mairead Corrigan Maguire, que sabe mucho de estos apartheids urbanos, pues viene de Belfast, es una de las personalidades que está denunciando con más ahínco este nuevo atentado de los sionistas, no especialmente distinto de los habituales, pero con el agravante del cinismo: inventar un pasado glorioso ahora ya justifica doblemente la agresión contra el prójimo.
No quiero concluir este post sin ofrecer una semblanza de este Rey David, patriarca de las tres religiones abrahámicas, referente máximo de los judíos, antecesor genealógico de Jesús, según los cristianos, y considerado -para mí erróneamente- como uno de los grandes profetas por mi religión. La semblanza nos la ofrece la Biblia. No importa demasiado si las "aventuras" que cuenta la Biblia de David son ciertas o no. Lo terrible es que este David que describe la Biblia es venerado todavía hoy por las tres religiones, especialmente por la judía.
El pasaje que elijo -aunque hay otros- relata la conquista de la ciudad de Rabba a manos de David. Tras su victoria militar el buen y santo rey
"Sacó además el pueblo que estaba en ella, y púsolo debajo de sierras, y de trillos de hierro, y de hachas de hierro; é hízolos pasar por hornos de ladrillos: y lo mismo hizo á todas las ciudades de los hijos de Ammón. Volvióse luego David con todo el pueblo á Jerusalem." (Sam 2, 12:31)

Hay que aclarar que está es una traducción de la versión de la Vulgata. Desde el Concilio Vaticano II, la Neovulgata lo traduce así:

"A la gente que había en ella la hizo salir y la puso a trabajar en las sierras, en los trillos de dientes de hierro, en las hachas de hierro y los empleó en los hornos de ladrillo. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego David regresó con todo el ejército a Jerusalén."

Sustituyendo así el sadismo davídico por los trabajos forzados. No tengo ni idea de filología, pero parece que esto huele a fraude guiado ideológicamente. ¿Tras 16 siglos de estudios bíblicos, desde la traducción de San Jerónimo la Iglesia se ha dado cuenta de que ese pasaje estaba mal traducido? Es significativo que también los protestantes la traduzcan ahora de este modo para que David no salga tan mal parado.
Pero, claro, prefiero a los que se avergüenzan de ese legendario Rey David e intentan ocultar sus fechorías que a los que, como los sionistas, parecen inspirarse en él para hacer las suyas.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ensaladilla Rusa

En los últimos años ochenta, cuando aun existía el servicio militar obligatorio, un amigo me comentó que en el comedor del cuartel, en las pizarras en las que figuraba el menú, a la Ensaladilla Rusa se la denominaba "Ensaladilla Nacional." Esto, por supuesto, ya constituye una anécdota del pasado que nos hace reír. Ello no se debe, sin embargo, a que España haya dejado de ser un país franquista, sino solo a que Rusia ha dejado de ser comunista y, por tanto, ya son buena gente. Si existiera un plato típico de nuestra gastronomía que se denominase "Ensaladilla bolivariana" o "Ensaladilla Afgana", sin duda, habría que seguir cambiando sus horribles nombres en el rancho cuartelario por otros más acordes con nuestros valores democráticos. Por ejemplo "Ensaladilla Constitucional."
Esta ensaladilla rusa que vamos a cocinar hoy tiene algunas pequeñas variantes con respecto a la estrictamente tradicional. Espero que os guste.

Ingredientes, para 4 personas:
-7 patatas medianas,
-5 huevos,
-400 gr. de bonito en aceite,
-Una lata de aceitunas verdes,
-Una latita de guisantes,
-1 lata de anchoas,
-Pimientos rojos dulces en conserva,
-Mayonesa,
-Aceite de oliva,
-vinagre,
-Sal,
-Romero,
-Albahaca,
-Tomillo.
-Limón.
-Cebolleta roja.

Modo de elaboración:
Comenzaremos cociendo las patatas sin pelar poniéndolas en agua hirviendo con un chorrito de leche. Cuando estén tiernas, las pelamos, las cortamos en dados y las salamos.
Después nos hacemos unos huevos duros, los troceamos y los mezclamos con las patatas.
Añadimos también la cebolla roja picadita, el bonito en trozos pequeños, y los guisantes.
Ahora preparamos una salsa que sea un poco distinta a la mayonesa. Para mi gusto la mayonesa a secas resulta un poco pesada para usarla en ensaladilla. Se trata de aligerarla y, a la vez, darle más sabor añadiendo un limón exprimido, un chorrito de vinagre, romero, albahaca y tomillo. Luego lo mezclamos todo con la batidora.
Aliñamos generosamente los ingredientes con esta salsa y solo nos queda decorar los platos con unas tiras de pimiento rojo, las aceitunas y las anchoas.
Ahí tenéis el rancho, mercenarios. Alimentaos bien que tenéis que enseñar todavía a muchos talibanes qué es la democracia. Chacón estará orgullosa de vosotros.
Priiatnogo appetita tovarich!

lunes, 23 de noviembre de 2009

Arroz con verduras

Este es un plato dietético, fácil de cocinar y que además nos permite aprovechar restos de verduras que tenemos por casa. Para prepararlo podemos utilizar coliflor, berenjenas, alcachofas, judías verdes, habas, guisantes, champiñones y, prácticamente cualquier verdura.

Ingredientes:
-Un vasito de arroz bomba por persona,
-Diversas verduras a elegir,
-2 dientes de ajo,
-Una cebolla,
-Medio puerro,
-2 tomates o tomate triturado,
-Caldo de verduras (se puede sustituir con pastillas)
-1 pimiento choricero o ñora,
-Sal,
-Pimentón,
-Romero,
-Tomillo,
-Aceite de oliva.


Modo de elaboración:

Hay que preparar la ñora el día de antes.
La ñora, que es un pimiento desecado, es necesario hidratarlo de nuevo dejándolo en agua toda una noche. Una vez blanda, será fácil retirarle la piel y las pepitas y machacarla con un almirez.
Prepararemos el sofrito.
Para ello, colocamos en la paella o sartén un abundante chorro de aceite y picaremos la cebolla, los ajos y el medio puerro. Los ponemos a fuego bajo hasta que adquieran un tono dorado. En este momento, añadimos el tomate, las verduras y la ñora. Estas verduras, que pueden formar parte de una lista casi ilimitada, deberán estar cortadas en daditos.
Ahora pocharemos las verduras en el sofrito. Esto tiene su complicación, ya que algunas verduras tardan más en hacerse que otras. Debemos controlar el tiempo de cochura de modo que estén casi hechas -pero no del todo. En general suelen tardar entre 10 y 15 minutos a fuego lento.
Después, añadimos el arroz de modo que quede bien repartido por la sartén. Seguimos sofriendo la mezcla, arroz incluído y sin remover otros cinco minutos. Subimos el fuego y añadimos el caldo de verduras, en el caso de que lo tengamos. Si no tenemos, como siempre, disolvemos una pastilla de caldo de verduras en el agua y listo. La cantidad de líquido debe ser el doble de la de arroz, aunque será bueno conservar un poco de caldo caliente por si el arroz se seca antes de estar en su punto.
Añadimos el pimentón, el romero y el tomillo y, en cuanto hierva, lo ponemos a fuego bajo durante unos 20 minutos.
Y ya tenemos nuestro arroz.
Buen apetito.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Atún con salsa de piquillos.

Vamos a aprovechar que seguimos en plena temporada para cocinar un plato de atún. Por cierto, que el atún es un lujo que en Somalia solo se pueden permitir a base de utilizar la fuerza. Los buques pesqueros de otros países entran en sus aguas territoriales y no solo roban pescado sino que arrasan el ecosistema, pues lo hacen con redes pelágicas, arrastrando toneladas de peces que luego, ya muertos, tiran al mar por no resultarles rentables. Hay algunas empresas que todavía insisten en utilizar métodos tradicionales, no destructivos. En su publicidad, al menos, Conservas Ortiz asegura que el bonito lo pescan con caña. Ojalá sea cierto.
En esta receta, no obstante, hemos utilizado atún fresco de la pescadería del supermercado que, según siempre la etiqueta, estaba pescado en el Cantábrico.

Ingredientes:

-Una lata de pimientos de piquillo,
-Una rodaja de atún por persona,
-1 patata grande por persona,
-1 cebolla,
-1 diente de ajo,
-Nata,
-Leche,
-Aceite de oliva,
-Mantequilla,
-sal,
-Pimentón.

Modo de elaboración:

1. Prepararemos la salsa de piquillo. Existen varias maneras de hacerlo, pero ésta es la más sencilla.
En una sartén, colocamos un chorrito de aceite, un diente de ajo entero y los pimientos. Los dejamos tapados y a fuego bajo durante unos 20 minutos, vigilando de vez en cuando que no se peguen ni se quemen, hasta que tengan una textura tierna, casi de confitura. Cuando estén cocinados, retiramos el ajo y los colocamos junto a unos 100 ml de nata en la batidora y un poquito de aceite de oliva.

2. Vamos a preparar ahora una guarnición de patatas que aprendí a cocinar gracias a un cocinero francés ¡que tenía su restaurante en la huerta murciana! Algún día hablaré de él. Cocemos las patatas en agua hirviendo con peladura. es muy conveniente añadir al agua un chorro de leche, ya que las patatas quedan mucho más tiernas. Cuando estén cocidas, cosa que comprobaremos pinchando con una varilla o un tenedor, las enfríamos con agua del grifo y les quitamos la piel con los dedos. Sale sola. Las partimos en gajos y las pasamos por sal y pimentón.
En este momento, derretimos un trozo de mantequilla en una sartén y freímos las patatas en la mantequilla, dándoles la vuelta continuamente. Como ya están cocidas, con un minuto será suficiente. Este sistema les proporciona una textura y un sabor muy agradables.

3. Y, finalmente, vamos con el atún. Esto también es muy sencillo. En una sartén colocamos un chorro de aceite de oliva con cebolla muy picadita. dejamos que se poche y colocamos encima el atún que hemos salado previamente. Le debemos dar la vuelta de vez en cuando. En el atún es muy importante encontrar el punto justo para que no se haga demasiado porque se seca fácilmente y queda muy estropajoso, pero también hay que evitar que se quede crudo. En general, si el atún tiene un grosor medio y el aceite ya está caliente, suele bastar con cuatro o cinco minutos sin tapar la sartén y a fuego medio. Podemos ponerlo a fuego alto al principio para sellarlo y proporcionarle una textura exterior más crujiente.
Una vez en su punto, solo nos queda enplatar el atún con su guarnición de patatas y adornarlo con la salsa de piquillos.
Buen apetito.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Piratas del Paraná

Uno de cada cinco seres humanos no tiene acceso al agua potable. Cada año mueren seis millones de personas a causa de esta falta de agua. Ello se debe al aumento de la población, al cambio climático y a la contaminación de no solo ríos y mares sino incluso de vetas subterráneas. Pero sobre todo se debe al saqueo económico que provoca que en países en los que hay agua de sobra no se pueda acceder a ella en condiciones por falta de medios.
Cuando hay muertes (y vidas) tan absurdas e injustas como estas, la mayoría de la humanidad siente una cierta pena. Una pequeña minoría de héroes se desvive por paliar la situación. Y luego hay otra pequeña minoría de escoria, de carroñeros que aprovechan estas situaciones -muchas veces creadas por ellos mismos- para seguir lucrándose y hundiendo aun más a la humanidad y al planeta. Si Dante los hubiese conocido tendría que haber imaginado un nuevo círculo para su Infierno que hiciera parecer a los otros círculos abismales un jardín de recreo. Supongo que esta gentuza encima se cree inteligente por aprovechar las situaciones de penuria para cebarse con el que sufre y no se puede defender. A eso le llaman "estrategia empresarial". Pero ni es estrategia ni es nada tan inteligente que no pueda pergeñar hasta el más lerdo usurero. Es mera estulticia autodestructiva, la estulticia del tarado que roba a un mendigo, del alienado que mata a su madre para robarle cinco euros. Vamos a ver cómo este tumor purulento del planeta, esta aberración ha elaborado su inteligente estrategia comercial ante la crisis del agua potable.

El río Paraná fue antaño un lugar paradisíaco, uno de esos largos, inmensos, poderosos ríos que con su inagotable caudal de agua dulce recorren enormes territorios dotando de vida los alrededores en varios kilómetros a la redonda. Una empresa norteamericana -cómo no- ubicada en ese paraíso de libertad anticastrista que es Miami, ha encontrado rentable, ante la escasez de agua en ciertos países ricos del Golfo Pérsico, robar -literalmente, ROBAR, con todas sus letras y sin ningún tipo de paliativo- agua del río Paraná y transportarla en grandes barcos como mercancía. Sólo deben pagar el transporte.

Los ciudadanos argentinos están indignados pero ven que no existe legislación que prohíba hacer tal cosa. Los norteamericanos les roban el agua en las narices y no pasa nada. ¿Qué pasaría si una empresa argentina robara agua de los lagos y ríos de EE.UU. para hacer lo mismo? ¿Se lo permitiría ese supuesto vacío legal en el que se amparan los ladrones yanquis? Los vacíos legales no existen nunca si el legislador no los quiere. En menos de una semana se aprueba una ley ad hoc y asunto solucionado. Si los ladrones de agua fuesen nigerianos o filipinos, sin duda que el gobierno argentino ya habría actuado contra ellos, sin ni siquiera necesidad de legislar nada específico. Pero hay que dejarse robar - y lo que haga falta- por el gran amo.
Algunos voceros pagados o simplemente algunos idiotas a los que ni hace falta pagar para que difundan el mensaje del amo, dicen que todo esto es una campaña amarillista antiamericana. ¡Pobres empresarios yanquis, con lo majos que son y algunos dedicándonos a calumniarlos...! Argumentan que el transporte de agua en barcos no sale rentable. Parecen ignorar que una botellita de agua con una etiqueta que ponga "Patagonia Valley Gourmet" o una majadería similar puede salir más cara en Europa o en Abu Dabi que si fuese cerveza o vino. O que existen "técnicas" de latrocinio como el dumping o situaciones de probable monopolio que hacen que ese negocio aparentemente poco rentable resulte sumamente prometedor para estos carroñeros.
La empresa que se dedica a tan noble arte, el de robar impunemente con el apoyo del hermanito matón, se llama Makhena y, por desgracia, no es la única que opera en la rica veta del Paraná. Otro consorcio de dos empresas denominadas H2O Sur y Protein Plus ha decidido hacer las cosas a lo grande: han comprado 5000 hectáreas en la provincia de Córdoba para tener una buena base de operaciones para su latrocinio. ¿De dónde habrán sacado el dinero para comprar semejantes terrenos? Bueno, si nos fijamos en quienes son lo socios de la corporación, podremos imaginarlo: están encabezados por John Ellis Bush, el hermano de Bush y ex-gobernador de Florida -sí, el mismo que trucó el recuento de votos para que ganase su hermanito las elecciones. Otro de sus miembors es George Soros, acaudalado magnate especializado en el tráfico de armas, la familia germano-chilena y pinochetista Paulmann y otra poderosísima familia anticastrista: los Fanjul. Dicho sea de paso, es curioso como estos mafiosos mantienen la misma estructura familiar propia de la camorra. Enumerando a los grandes socios de estas empresas ya es fácil imaginar que estas fortunas se han generado con mucha sangre, con mucha crueldad... Pero su propósito es aun más siniestro: adueñarse de todo el agua del mundo. ¿El aire será su próximo target? Esperemos que no. Esperemos que el próximo target de una humanidad humillada, hambrienta y sedienta, sean esas familias de genocidas, de psicópatas masivos a los que seguramente solo la muerte podrá frenar en su locura.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Banca Ética (!)

En principio este oxímoron recuerda al conocido chiste de la "inteligencia militar", solo que me parece que lo militar y lo inteligente están mucho menos reñidos que lo bancario y lo ético. En efecto, no parece factible que la banca, es decir, el negocio de la usura, hoy ya no solo legal sino respaldado por todos los gobiernos "democráticos", institucionalizado y global, sea compatible con cualquier acepción que otorguemos al término "ética" (sin "h", claro.) De ahí mi recelo hacia esta nueva, en teoría, manera de entender el ejercicio bancario.

Parece ser que los 3 hechos que la diferencian de la banca tradicional son los siguientes:

-1. La concesión de microcréditos, esto es, pequeños préstamos personales concedidos bien para afrontar las necesidades básicas más perentorias, bien para emprender un pequeño negocio. Se supone que estos microcréditos no exigen avales, al menos en el sentido tradicional en el que todos lo entendemos, y que su interés de pago es menor. No obstante, el Premio Nobel concedido al fundador de la Banca Ética, Muhammad Yunus, fue bastante criticado desde algunos sectores de la izquierda, ya que no deja de tratarse de un préstamo concedido con intereses en situaciones límite en las que en muchas ocasiones está en juego la propia supervivencia del solicitante.
-2. La Banca Ética asegura que no especula, siendo su crecimiento, pues, "natural". En este punto solo encuentro una pega: ¿debemos admitir que sea "natural" el crecimiento basado en el préstamo de dinero y la posterior inversión de los réditos obtenidos?
-3. Parte del dinero generado como ganancia se invierte en asuntos de carácter social y en empresas de indudable carácter ético.

Hay algo en lo que coincido plenamente con los promotores de este tipo de banca y es en la necesidad de concienciación de la sociedad. La conciencia debería ser el motor principal de nuestros actos. Por ejemplo, existen ecologistas que ignoran o a los que les da igual que su dinero se invierta en empresas de transgénicos, o pacifistas que "mueven" -cómo odio esta terminología pseudoeconómica- su dinero en el tráfico de armas. Este desinterés no es más que la acomodación originada por el sucesivo proceso de desideologización social, ocultación mediática y asunción sumisa de la falta de control de nuestra propia vida.
Sin embargo, no creo que se pueda iniciar un proceso revolucionario imbricado dentro del propio sistema generador de injusticia y siguiendo las normas que él propone. De ahí mi recelo y mi convicción de que deberíamos poder vivir sin créditos, éticos o no, cuando la inmensa mayoría de los mismos van destinados a cubrir derechos universales como son la vivienda, el alimento, la sanidad, la educación o el trabajo. En cualquier caso, es de agradecer que no me desvele el hecho de en qué negocios podría invertir mis ingentes ahorros, mientras espero que prácticas especulativas como la Bolsa y usureras como los préstamos hipotecarios desaparezcan algún día no muy lejano. Hubo épocas en que la usura estuvo prohibida. Las tres religiones abrahámicas la consideran un grave pecado, aunque ya casi ningún clérigo quiera recordarlo a su feligresía.
Soñaré despierta.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Simone Weil.

Aunque se la puede considerar también como filósofa o como teórica de la emancipación obrera, Simone Weil creo que será finalmente catalogada como mística. ¿Una mística en pleno siglo XX? Suena sorprendente pero así es. Pero también es verdad que esta mujer es una rara avis en muchos más sentidos.
Aunque el pasado Febrero se cumplieron 100 años de su nacimiento, el otro día me acordé de ella al ver por TV a ese fascista de sotana que ocupa el cargo de Secretario General de la Conferencia Episcopal Española y que me imagino debe colocar a cualquier católico español con un poco de ética ante un problema teológico importante: ¿realmente es el Espíritu Santo quien alienta declaraciones tan malvadas, insidias tan terrenales, actitudes tan inmorales? Martínez-Camino y el pequeño pero influyente colectivo católico-fascista de este país al que representa, parece una paradoja difícil de explicar para cualquier creyente sincero. Por eso me recordó a esa otra paradoja, en las antípodas de estos indecentes que dicen representar a la Cristiandad, que supone Simone Weil, una mujer que llega al extremo de no considerarse digna de bautizarse, de no considerarse digna de creer en Dios.
Es un tópico decir de alguien que su pensamiento y su vida fueron extremadamente coherentes, pero en el caso de Weil es que es la pura verdad. El pensamiento místico-radical de Weil se reflejó en una vida breve y peligrosa que terminó en autodestrucción. Pecando un poco de vulgaridad, puede decirse que allí donde se rifaba una bofetada estaba Weil, allí donde había que defender una causa perdida estaba Weil.
El extremado rigor intelectual y ético de Weil la hace parecer loca. Porque ser coherente con tu teoría siempre es tarea difícil, pero serlo con teorías tan autoexigentes como las de Weil, es digno solo de los héroes y los santos. No es de extrañar que haya quienes han abogado por su canonización.
De la multitud de ideas políticas y teológico-místicas podemos destacar una tónica que es ésta: si la mayoría de la gente crea teorías para justificarse, parece como si Simon Weil las creara para todo lo contrario, para ponerse a sí misma en evidencia.
En el plano político, su idea más defendida, dentro del proyecto izquierdista de la abolición de la explotación, fue que el trabajo manual, físico, estaba infravalorado con respecto al intelectual; que los expertos en lo intelectual siempre terminaban dirigiendo en su beneficio a los expertos en lo manual y que el fin de la explotación precisaba de una valorización del trabajo manual y de unos ciudadanos capaces de manejarse igualmente en ambos campos. Que dijera esto precisamente ella, una persona de extremada torpeza manual y debilidad física pero tan magníficamente dotada en lo intelectual, es un buen ejemplo de esa renuncia a la comodidad, de ese afán de teorizar contra sí misma. Pero la cosa no se quedaba en la teorización: Weil lo llevaba a la práctica. Aunque su familia pertenecía a la burguesía acomodada de París, se puso a trabajar en las más sórdidas fábricas manufactureras, viviendo estrictamente con el exiguo sueldo de los obreros y pagando con él el alquiler de una buhardilla miserable. Ni que decir tiene que su torpeza le supuso un despido tras otro y que su salud al final acabó pasándole factura.

En el plano religioso, dijo frases tan profundas como ésta:

"La religión como fuente de consuelo es un obstáculo a la verdadera fe; en este sentido, el ateísmo es una purificación. Debo ser atea con la parte de mí misma que no ha sido hecha para Dios. En los hombres en quienes lo sobrenatural no ha despertado, los ateos tienen razón y los creyentes se equivocan."

Simone Weil se esforzaba en no creer en Dios y jamás quiso bautizarse: le parecía demasiado cómodo, un don del que es fácil abusar. Seguramente pensó algo así como "Señor, no soy digna de entrar en tu casa". Comparar una actitud tan delicada con la de los sepulcros blanqueados de la Conferencia episcopal, que no solo entran en esa casa sino que se arrogan la autoridad sobre ella y la utilizan para sus intereses políticos, causa espanto. Pero se ve aquí también, igual que en el ejemplo anterior, cómo Weil vuelve a pensar contra sí misma: una de las más convencidas cristianas de su tiempo se niega el pprivilegio de bautizarse: hubo en ello una protesta contra la jerarquía católica, sí. Pero sobre todo hubo un acto más de autohumillación y de renuncia.

Podríamos recordar muchos más ejemplos. Aunque inmensamente necesitada de cariño, jamás se permitió una amistad que no entendiese como absolutamente gratuíta:

"Aprende a rechazar la amistad, o más bien, el sueño de la amistad. Desear la amistad es una gran falta. La amistad debe ser una alegría gratuita como las que da el arte, o la vida. Es necesario renunciar a ella para ser digno de recibirla. Pertenece al orden de la gracia."

Aunque era judía, fue hipercrítica con la tradición cultural y la historia de su pueblo, lo cual le sigue valiendo hoy día las furibundas críticas de algunos. Pero también sufrió en sus carnes el creciente antijudaismo que empezó a surgir en Francia y Alemania por aquella época.


Simone Weil se me presenta así, tal y como la evoco, como un negativo perfecto de Martínez-Camino. Entre la conciencia siempre exigente de una y la actividad desconcienciada del otro media esta frase de Weil, de corte platónico:

"Cuando se realiza el mal, no se lo conoce, porque el mal huye de la luz."

Esta autoexigencia que alguien podría tachar de masoquista o de enfermiza, pues se la ve desde la obtusa comodidad de la rutina, no es un fin en sí misma y por eso no es criticable por tales motivos. Luchar contra la cómoda mentira es el camino, es la auténtica vida. Así nos lo enseña Simone:

"La vida, tal como es, solamente resulta soportable a los hombres por la mentira. Quienes rechazan la mentira y, sin rebelarse contra el destino, prefieren saber que la vida es intolerable, acaban por recibir desde afuera, desde un lugar situado fuera del tiempo, algo que permite aceptar la vida como es. "


P.D. Tras escribir esto he leído el magnífico artículo de Marcos Santos sobre el aniversario del asesinato de los mártires de la UCA en El Salvador por los paramilitares de la ultraderecha. Esa misma ultraderecha en la que se sitúa su compañero de orden Martínez-Camino.

sábado, 14 de noviembre de 2009

A Sinde le da pena Mozart.

Una definición bastante convincente de fascismo y que lo diferencia de otros totalitarismos es la que indica que un estado fascista es aquel que está al servicio de, sino directamente controlado por, poderosas entidades privadas -general, pero no necesariamente empresas. Mucha gente se escandaliza cuando observa cómo el Estado, en contra de los intereses de sí mismo y de la nación, permite que la SGAE actúe en contra del interés común. Pero es que a estas alturas no debería sorprender a nadie la connivencia del Gobierno español con un determinado lobby, pues no es que el Estado les deje hacer, es que esos lobbys nos han desposeído a los ciudadanos del Estado: ellos son quienes lo controlan en su beneficio. La bandera rojigualda que en teoría identifica a ese estado y que tanta veneración suscita precisamente en los mayores defensores políticos de los lobbys, sería mucho más representativa de la realidad si fuese como esos paneles llenos de logos de multinacionales que aparecen tras los futbolistas en las ruedas de prensa.
El estado español favorece, en contra de toda justicia y decencia ética, a la banca, a las multinacionales, a la Iglesia Católica, a ciertas ONGs y sectas, a la ONCE, a las empresas de telecomunicaciones, a los mass media, etc. ¿Por qué no lo iba a hacer con la SGAE?
No hay que olvidar el caracter absolutamente privado de esta asociación, que en un primer momento se presentó como una agrupación de autores españoles sin ánimo de lucro destinada a recaudar los ingresos derivados del cobro de derechos de autor para sus integrantes. Este es un punto importante, y muy revelador del modo fascista de estado: lo privado, lo particular se convierte en monopolio absoluto. Con ello la entidad privada -llámese SGAE, Telefónica o Iglesia Católica- logra poseer los privilegios de lo estatal pero sin el control ciudadano que lo público trae aparejado. Lo mismo que los creyentes de otras religiones, los autores que no desean formar parte de la SGAE y, por lo tanto, no pasan por el aro de sus prácticas mafiosas parece que no tienen los mismos derechos o privilegios que los demás.
Amparados, pues, por sucesivos gobiernos que aprueban leyes de carácter inconstitucional por más que vayan avaladas por el Tribunal Constitucional -un órgano de control controlado por aquellos a quienes debería controlar- este grupete de vividores ha logrado que en este país, una vez más, se vulnere el principio básico de presunción de inocencia. Es más, se llega a la barbaridad de asumir castigos colectivos por supuestos delitos privados, lo cual no es que sea preconstitucional, es que nos sitúa en la época del Antiguo Testamento. De esta forma se obliga a todos los ciudadanos españoles a pagar un canon digital -así denominado en un alarde de cinismo linguístico- al adquirir cualquier aparato electrónico: teléfonos móviles, aunque sean el modelo simple que únicamente sirve para hablar, mp4s, reproductores de video, televisores, cámaras de fotos... lo que sea. Y ello porque se considera que quien compra tales aparatos lo hace para delinquir.
No contentos con esto, intentan también acabar con las redes p2p. Y parece que van a conseguirlo. La Unión Europea, esa Faszintern lejana e inútil que, sin embargo nos gobierna al dictado de las transnacionales y la banca, cuyo presidente ni siquiera se molestan en que elijamos los ciudadanos, está a punto de aprobar una ley por la que se puede suspender a un usuario de su acceso a internet ¡sin la mediación de un juez! Creo que es la primera vez que ocurre algo así, que una administración pueda suspender de un derecho a un ciudadano sin mediación judicial. Bonito primer paso para la censura y el control de las ideas que, hasta el momento, circulan por la red con bastante más libertad que fuera de ella. Luego tenemos que oír sus porquerías sobre la censura en China, Irán y Cuba...
Los directivos de la SGAE que han sustituído la creación -si alguna vez la ejercieron- por la gestión lucrativa no se sonrojan ante nada. Vemos diariamente cómo piden miserablemente su cuota en bodas, hoteles, bares, peluquerías e incluso en conciertos benéficos contra el hambre en el mundo o la leucemia infantil. Siempre hay un agente destacado en las fiestas patronales del pueblo más remoto dispuesto a chupar su poquito de sangre, constituyendo una especie de policía fiscal secreta privada dotada de capacidades y poderes propios de la pública. Pero todo esto al gobierno, con su ministra de ¿cultura? le parece perfecto. Le parece perfecto, una vez más, anteponer el afán de lucro y de rapiña de una entidad privada a los derechos básicos de la nación a la que dice representar.
La última noticia desveleda por La Razón destapa la jubilación millonaria que se ha preparado el inefable Teddy Bautista, en concreto 2 millones de euros. Supongo que es lo menos que se merece tan incansable trabajador en pro de la cultura. Me pregunto qué se habrá preparado el ex-rey del pollo frito. También se ha conocido, a través de auditorías, que el 90% de los beneficios se reparten entre el 10% de los integrantes de la sociedad, lo que da una clara imagen de su finalidad, orientación y estructura interna.
Mientras tanto, en el estado español disfrutamos del ADSL más lento y caro de Europa, pues según la señora Sinde no necesitamos más, porque lo vamos a utilizar para piratear. Mientras, en la vecina Portugal, por ejemplo, disponen ya de conexiones de un gigabite. Ahora entiendo eso que dicen de Francisco Xabier: al embarcarse se hizo pasar por portugués por la vergüenza que le daba decir que era español.
Mientras los piratas del mundo a los que cantaba Espronceda -pescadores somalíes, top-manteros, friquis, amantes de la cultura y demás seres antisociales- son perseguidos y criminalizados, los auténticos criminales cenan en Moncloa con sus amigos atracadores de pistola de diamantes y guante blanco.
La miseria moral y la intelectual no sé por qué pero suelen ir muy asociadas. Gracias a ella esta gente nos permite a veces echar unas risas que alivian el sentimiento de indignación. He aquí una frase de nuestra ministra de cultura.
“Mozart vivía en la miseria por no tener derechos de autor”
Uuuf...
Sinde, déjate de Mozart y escucha a Teddy, que te va más.

viernes, 13 de noviembre de 2009

La multiplicación de los peces

Y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los fueran sirviendo. También repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron. Y recogieron las sobras, doce canastos llenos y también los peces que sobraron. Los que comieron fueron 5.000 hombres. Inmediatamente subió con sus discípulos a la barca.
Marcos 6, 41-45



A la espera de que la inoperancia y las marrullerías de nuestro gobierno no obstaculicen por más tiempo la liberación de los tripulantes del Alakrana, que esperamos vuelvan sanos y salvos con sus familias, será bueno volver a recordar por qué existen "piratas" en las aguas somalíes y por qué ninguno de nuestros medios de comunicación nos lo cuenta. Este vídeo nos muestra la alegría de un país que hasta hoy solo vivía desgracias. Ojalá el ejemplo de los piratas cunda en otros países y África plante cara de una vez al expolio de Occidente.



Otros posts en este blog sobre el mismo asunto: 1, 2

jueves, 12 de noviembre de 2009

Juegos de Rol

Me gustaría aclarar que no soy ni experta ni jugadora habitual de rol. Solo las circunstancias me han permitido mantener cierto contacto y conocimiento de este tipo de juegos a lo largo de los últimos 10 ó 12 años. Por ello, mi artículo no pretende, en modo alguno, ser una crítica documentada y técnica sobre el tema sino una reflexión personal a nivel sociológico sobre la deriva que observo en las nuevas generaciones de jugadores de rol.
En esencia, un juego de rol consiste en crear una historia en la que los personajes principales son interpretados por cada jugador y en la que el máster imagina el resto del mundo y sus eventos. Algunas situaciones aleatorias se deciden mediante la tirada de dados en función de unas reglas. Así, el máster sería el narrador de un cuento y los jugadores sus personajes.
Este tipo de juegos sufrió una terrible campaña de demonización por parte de los mass media hace unos años, cuando todavía suponían una amenaza por potenciar la imaginación y la diversión no consumista.
Sin embargo, tampoco el rol ha escapado a la fagocitación a la que el capitalismo somete a todos los elementos que lo amenazan. Los jugadores habituales se mueven cada vez más constreñidos por unas normas tan farragosas como absurdas que modelan de tal forma los personajes y el mundo que resulta imposible aportar algo de creatividad e ingenio al asunto. Las tiradas y el libro de reglas deciden hasta cuándo puedes dar un paso o rascarte la nariz. Esto deja poco espacio a la imaginación, y lo imprevisto solo ocurre cuando el azar de los dados así lo determina. El máster ya no es un creador de historias, sino un jurisperito en bobadas. Pero esto no es lo peor.
Lo peor es el hecho de que el mundo antes underground del rol se ha transformado en mundo consumista en el que no se puede concebir una historia sin un manual carísimo que te la da bien mascadita. No solo resulta inconcebible jugar al rol sin el manual correspondiente y sus interminables expansiones sino que si pretendes jugar de un modo alternativo sustituyendo el consumo compulsivo y acrítico por la imaginación te consideran un outsider o un incapacitado mental. Es la arrogancia que otorga la pertenencia a una secta de alienados.


Existe, asímismo, el problema de la aculturización: los juegos proceden de películas o viceversa, pero siempre desembarcan de Estados Unidos. Así que, junto con el aburrimiento y la necedad, importamos también su ética y su mentalidad. En estos juegos se suele otorgar una enorme libertad para ser bueno o malvado: el mal carece de restricciones y las reglas hacen más divertido el latrocinio o el asesinato. Eso sí, siempre has de ser el más fuerte, el más inteligente, joven y atractivo y siempre debes actuar de manera interesada, pues las reglas castigan severamente a quien no lo haga así. El romanticismo del perdedor parece poner los pelos de punta a los niñatos roleros que sueñan con ser héroes y heroinas guapos y valerosos en un mundo lejano al suyo real, supongo que para escapar de su realidad anodina y frustrante. Solo que, con esta forma de jugar, esa realidad de centro comercial la trasladan a ese mundo que de fantasía solo tiene ya el nombre. Millones de personas creen vivir en un mundo alternativo cuando se sientan a jugar al rol, pero siguen un guión dictado por un mediocre autor cuyo fin no es la diversión, sino el lucro y cuyo medio no es la imaginación, sino el márketing. Este autor de juegos de rol en nada resulta distinto al guionista de las películas más taquilleras o los programas más exitosos de TV de los que el rol. antaño, era enemigo y hoy es ya mera comparsa.
Se podría establecer un paralelismo tan simple como ilustrativo. Los roleros, que se tienen por gente "especial", reaccionan ante un disidente como lo haría un grupo de adolescentes ante alguien que lleve un pantalón hecho por su madre en lugar de por la multinacional X, y ello aunque objetivamente la prenda sea de mejor calidad y tenga un diseño excelente. Lo malo es que muchos roleros ya están -o se creen- muy lejos de la edad de los pandilleros.
En fín, para que unos amigos se sienten en torno a una mesa a imaginar historias, no es necesario obedecer lo que ordena el equipo de márketing de Wizards of the Coast. No solo no es necesario: es que no hay nada más ajeno a lo que debería ser el auténtico espíritu del rol: crear mundos en los que vivir un rato y que nos liberen de la insulsez, la estupidez y la usura que gobiernan el mundo real.
Estoy segura de que muchos aficionados opinan de forma parecida. El rol auténtico es de lápiz y papel. Y eso lo venden en la papelería Mari Puri, no en Wizards of the Coast.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Fideuá de pollo con cappellacci.

Esta receta no deja de ser una fideuá clásica solo que preparada con esta peculiar variedad de pasta que compré por curiosidad hace tiempo en lugar de con fideos normales. Se trata de una especie de sombreritos de diversos colores, con diferentes ingredientes vegetales. La hice así al encontrarme sin fideos; pero al final, como suele pasar, la sustitución ha resultado muy bien.


Ingredientes, para 4 personas:
-Caldo de verduras,
-250 gr de pechugas de pollo,
-250 gr de cappellacci, pero puede ser cualquier pasta seca,
-Mantequilla,
-Aceite de oliva,
-1 chalota,
-Sal.
-Un diente de ajo.
-Pimienta,
-2 cucharadas de salsa de tomate,
-Guindilla molida,
-Mezcla de especias (orégano, tomillo, albahaca, romero, perejil, estragón) Si falta alguna no pasa nada.

Modo de elaboración:
Cortamos las pechugas de pollo en trozos como los de los restaurantes chinos, los salpimentamos y los pasamos por la mezcla de especias. Luego lo enharinamos para sellarlo.
En una sartén, colocamos un diente de ajo entero y un chorro de aceite en el que doramos levemente el pollo. reservamos el pollo dorado y retiramos el ajo.
En esa misma sartén, derretimos ahora un trozo de mantequilla en la que pocharemos la chalota bien picada. cuando esté doradita, añadimos el tomate y un poco más de especias. acto seguido, incorporamos el pollo y la pasta.
Añadimos ahora el caldo de verduras, que hemos realizado previamente. Conviene tener en la nevera caldos de carne, verdura o pescado ya que son muy sencillos de preparar, se conservan bastante tiempo y dan un sabor incomparable a los platos. En este caso, hemos preparado el caldo a base de puerro, cebolla, ajo, pimiento y algún resto de verdura que siempre queda relegado en un cajón. De todos modos siempre podemos recurrir a nuestras socorridas pastillas de caldo.
Dejamos que hierva y en ese momento bajamos el fuego y lo mantenemos de esta manera unos diez minutos. El caldo se irá consumiento y la pasta se quedará al dente más o menos al mismo tiempo. Nos quedará una especie de fideuá de lo más sana y apetitosa.
Buen provecho.

martes, 10 de noviembre de 2009

Hojaldre de bacalao y espinacas

El hojaldre es uno de los inventos gastronómicos más fantásticos. No es especialmente digestivo ni dietético, es muy difícil de preparar, pero hace que cualquier plato salado o dulce pase de lo vulgar a lo sublime. Los franceses se atribuyen su paternidad, aunque probablemente ya era conocido por los árabes, si bien con la diferencia de que ellos utilizaban aceite en lugar de mantequilla para su elaboración. El hojaldre consiste en unas láminas de masa de harina, agua y sal en las que se intercalan láminas de mantequilla. Al hornearlas, la grasa intenta expandirse, separando las distintas capas de masa y creando así la estructura esponjosa y quebradiza tan deliciosa al paladar.

Ya que preparar hojaldre es un reto para auténticos maestros, nosotros nos vamos a conformar con comprar la masa ya hecha. Suele venir congelada o refrigerada, casi siempre en rollos que no tenemos más que extender. Por desgracia, éste es el tipo de producto que suele llevar harinas transgénicas, tan perjudiciales para nuestra salud, para la naturaleza y para los agricultores, y tan beneficiosas para las multinacionales. Como en nuestra amada y democrática patria, las empresas no están obligadas, como en el resto de Europa, a indicar en sus etiquetas si sus productos son transgénicos, debemos andar a ciegas en este asunto. Gracias a la Guía Roja y Verde de Greenpeace, puedo desaconsejar las marcas "La Cocinera" (que en realidad es la multinacional Nestlé) y "Frudesa", (que en realidad es la multinacional Unilever) pues ambas contienen transgénicos.
Otro peligro para nuestra salud presente en muchos precocinados congelados son las grasas hidrogenadas. Hidrogenar una grasa es un procedimiento químico que básicamente consiste en hacer que una grasa que en principio es insaturada, es decir más saludable, pase a ser saturada, es decir proclive a provocarnos problemas de colesterol, entre otros. Os preguntaréis ¿cómo se puede ser tan imbécil y/o psicópata de tomarse la molestia de tratar químicamente un producto en principio saludable para convertirlo en dañino? La respuesta, como siempre en nuestro sistema de libertades capitalistas es sencillo: el lucro, que es el afán por el que la humanidad se comporta como si fuera imbécil y/o psicópata. Y es que las grasas hidrogenadas siendo vegetales -es decir, más baratas- se comportan como animales -es decir más caras- y encima pueden permanecer mucho más tiempo en las estanterías de tu gran superficie preferida sin caducar. Es un gran negocio para los honrados empresarios, y un gran atentado contra nuestra salud, perfectamente impune, por supuesto, que para eso vivimos en un país libre.
Yo he utilizado la marca Rana, que aunque no he podido averiguar si contiene o no transgénicos -gracias a la cobertura que da nuestra legislación a la no información del consumidor- al menos afirma no poseer grasas hidrogenadas. Estaría bien poner esas etiquetas tan grandes y bonitas que vemos en las cajas de tabaco en las bolsas de croquetas de La Cocinera y en tantos otros productos nocivos.

Bien, pasemos a la receta.

Ingredientes:

-Masa de hojaldre.
-250 gr. de espinacas -valen las congeladas.
-250 gr. de bacalao.
-100 gr. de gambas pequeñas peladas -valen las congeladas.
-Una chalota o media cebolla
-Sal
-Una pastilla de caldo
-Harina
-Mantequilla
-Leche
-Nuez moscada
-Un poco de aceite de oliva
-Un huevo

Modo de elaboración:
Echamos las espinacas congeladas en una olla con agua hirviendo, sal y una pastilla de caldo. Las dejamos cocinarse unos diez minutos. Una vez cocidas, las debemos escurrir muy bien, aplastándolas para que suelten todo el agua que sea posible.
Desalamos el bacalao -podéis comprarlo desmigado, que se desala antes y es más barato, y para este plato es lo mismo. Lo picamos en trocitos. Descongelamos las gambas.
Picamos la chalota o cebolla lo más finamente que podamos y la ponemos a pochar a fuego lento en una sartén con un trozo de mantequilla y un chorrito de aceite. Cuando esté pochada, añadimos el bacalao picado y las gambas, subimos a fuego medio y vamos removiéndolos para que se cocinen bien durante un pàr de minutos.
Ahora preparamos una bechamel.
Ponemos un trozo de mantequilla en una sartén honda y la derretimos. A fuego lento, añadimos harina poco a poco y removemos en círculos sin parar para que se mezcle uniformemente con la mantequilla. Hay que vigilar la temperatura para que no se queme la mezcla. Ahora añadimos leche poco a poco. Si no habéis hecho nunca una bechamel, os asustaréis al comprobar que, nada más echar la leche, se forman unos grumos espantosos. Que no cunda el pánico. Sigamos removiendo y añadiendo leche poco a poco hasta que los grumos se vayan disolviendo. Con un poco de suerte terminaremos obteniendo una salsa de color blanco tostado similar a la de un puré poco espeso. En ese momento le añadimos un poco de sal y nuez moscada, removemos un poco más y lista la bechamel.
Mezclamos la bechamel, el bacalao, las gambas y las espinacas, de forma que más o menos quede todo a partes iguales.
Ahora desenrollamos la masa de hojaldre y, recordando nuestros trabajos manuales del colegio, decidimos qué forma queremos darle a nuestro hojaldre. Podemos hacer desde una gran ensaimada, usando la lámina entera de masa, o cortarla en trozos y hacer piezas más pequeñas. Cada uno que lo haga según su habilidad manual y creatividad.
En vez de sobre la encimera o cualquier otra superficie, es muy aconsejable extender los recortes de la masa directamente sobre la propia bandeja del horno, previamente enharinada para evitar que el hojaldre se pegue. Así nos evitamos transportar los hojaldres una vez rellenos hasta la bandeja, pues la masa es muy fina y tierna y podrían destrozarse nuestras obras maestras durante el traslado.
Con una cuchara vamos extendiendo el relleno sobre el centro de la masa - no conviene poner una capa muy gruesa, pues queda un poco basto y además el hojaldre puede romperse por el peso. Untamos los bordes del hojaldre con huevo batido -esto nos servirá de pegamento- y los vamos uniendo formando empanadillas -o la forma que cada uno quiera, aunque la de empanadilla es la más sencilla. Una vez cerrados, con un tenedor vamos aplastando los bordes de manera que se sellen mejor y se quede una bonita superficie acanalada. Podemos untar también con el huevo batido la parte superior del hojaldre, para que quede más lustroso una vez horneado.
El horno ha de estar precalentado a 220º y así hay que mantenerlo hasta que se dore el hojaldre. Lo normal es que tarde unos 15 minutos. Si las piezas son pequeñas, un poco menos.

El plato ha sido trabajoso, pero si ha habido suerte y nos ha salido medio bien sentiremos que en casa se puede comer como en los mejores restaurantes.
Aunque el hojaldre recién hecho es lo ideal, también está muy rico una vez frío, en plan canapé. Esto es preferible a recalentarlo.
Buen provecho.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Propinas.



De un tiempo a esta parte me ha parecido observar que se está generalizando la costumbre foránea y que en España parecía ya olvidada de dar propinas. Espero que sea solo una impresión porque me parece un asunto detestable.
Desde el punto de vista del consumidor de un servicio plantea 3 inconvenientes fundamentales:

1. El precio se incrementa indefinidamente sobre lo estipulado.
2. Hay que estar pendiente y ser muy cuidadoso: si se dan muchas, puede acarrear tantos problemas como si se dan pocas.
3. A poco que se tenga un algo de empatía, te hacen sentir mal: un camarero no es un pobre diablo que requiere nuestra limosna, es un trabajador.

Este último punto es importante: las propinas son humillantes para el camarero. Las tareas antaño propias del esclavo o del criado son recordadas hoy con el gesto de la propina, que es otorgada como una limosna, no como el pago por un trabajo realizado. Así, los trabajos de camarero, taxista, botones o repartidor quedan rebajados al nivel de la mendicidad, no son trabajos de verdad. La prueba de que esto que digo es así estriba en que nadie daría propinas a un médico o a un abogado. Y en que de ser así, éstos se ofenderían.
Como clienta, a mí me abochorna dar propinas. Con ese gesto me parece estar colocándome en una posición de gran dama frente a un pobre desgraciado que me sirve la mesa.
Pero para llegar a la raíz del asunto, es necesario hacer la pregunta clave. Si la costumbre de dar propinas perjudica tanto al cliente como al camarero, cui prodest?, esto es, ¿a quién beneficia? Evidentemente, no al camarero, que tiene que trabajarse al cliente para ganarlas, ni tampoco al cliente, por las razones ya expuestas. Luego, solo nos queda el empresario. El empresario, gracias a las propinas, sistema que él mismo se preocupa de fomentar, puede así pagar sueldos irrisorios y esperar que sus empleados lo completen a expensas de la generosidad hipotética de sus clientes. La situación para sus empleados es peor incluso que si percibieran un salario base mínimo y el resto mediante comisiones según se alcancen objetivos concretos, ya que de este modo, al menos, dichas comisiones estarían predeterminadas. No deja de ser un sistema injusto, pero al menos regulado por un contrato.
Aun puede profundizarse más en el análisis y descubrir en todo esto una tendencia general de nuestro mundo. Una tendencia a la anarquía, un abandono progresivo de los principios de isonomía y legalidad que nos legaron los griegos. El pago de propinas establece, incluso en los bares más humildes, la ley del más fuerte. Si no tienes dinero para pagar te servirán después, te tratarán peor, te harán sentir la basura que eres por no tener dinero. La propina, al fin y al cabo, no es sino una versión aparentemente light del soborno.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Matrimonios de conveniencia

Es curioso que en el estado español se contemplen con absoluta naturalidad e incluso se saluden con alborozo a algunos matrimonios de conveniencia que, a duras penas, consiguen aparentar la normalidad en su faceta pública o que terminan rompiéndose ante la imposibilidad de interpretar los papeles para los que han sido adiestrados durante toda una vida. Tal es el caso de algunos matrimonios de la familia real española.

Pero al mismo tiempo, existe en nuestro país un mecanismo policial destinado a perseguir y castigar a los matrimonios de conveniencia. Eso sí: solo a aquellos que han sido concertados con extranjeros y solo a extranjeros de determinados países.
No es que me oponga a la persecución de las mafias que se lucran con este asunto. Me parece mezquino aprovechar la necesidad, en muchos casos de un compatriota, para ganar dinero. Pero, cuando se legisla con presupuestos racistas y excluyentes, cuando se expolia un territorio, esclavizando o sometiendo a sus legítimos pobladores y, después, se les aísla en su país esquilmado impidiéndoles progresar, tanto en su lugar de origen como en un destino que pueda mejorar su situación, entonces, la mejor postura que se me ocurre es la solidaridad matrimonial, es decir, la de casarse con extranjeros para que puedan cruzar las alambradas de espinas que separan el primer mundo del inmenso campo de concentración restante.

Pero lo más sangrante de esta persecución estriba en la presunción de culpabilidad general: cualquier matrimonio entre un extranjero de más allá de la alambrada y un español es inmediatamente asediado y perseguido por las FSE. Conozco casos de matrimonios efectuados genuinamente por amor que se han convertido en un verdadero via crucis. El gobierno español, ése que se dice socialista y preconiza esa pantomima de las tres culturas, no tiene ningún inconveniente en que un nacional se case con un ciudadano extracomunitario siempre que sea noruego, canadiense o norteamericano, es decir, siempre que provenga del "primer mundo." Pero la cosa cambia si decides casarte con un colombiano o un marroquí, por ejemplo. En este caso, es preciso superar una ingente cantidad de trámites burocráticos y después aguantar un seguimiento policial a base de interrogatorios e intromisiones en tu vida privada que atentan, sin ninguna duda, contra los derechos humanos más elementales. El más elemental de los cuales es, como he dicho, el de la presunción de inocencia. Pero también el de no ser discriminado en razón de la nacionalidad. Y otros más...
Si te casas con uno de estos parias prepárate: los agentes del orden y la democracia te efectuarán interrogatorios por separado. Te espiarán. Irrumpirán en la intimidad de tu hogar en plena madrugada para comprobar si realmente convives con tu pareja.
Entre otras cosas, esta persecución es profundamente racista por varias razones:

1. Presupone que las personas que no pertenezcan a un determinado grupo de países son pobres. Esta ley ignora que, también en Colombia o en Argelia existe gente acaudalada, o de clase media que ha podido enriquecerse a pesar de o gracias al latrocinio de Occidente.
2. Coloca, por ello, a diferente rango legal a ciudadanos extranjeros según su procedencia: países "amigos", como USA en rango de igualdad y países situados en el punto de mira, como prácticamente el resto de América, África y casi toda Asia.

Teniendo en cuenta que la Ley de Extranjería es tan restrictiva que ya ni concede refugio a los asilados políticos que se enfrentan a la muerte si regresan a su país, me parece una buena respuesta la insumisión civil de concertar matrimonios con extranjeros en masa, sin recibir, por supuesto, nada a cambio. Aún a riesgo de tener que pagar la multa de entre 10.000 y 100.000 euros.
Como ya dije en otro post hace poco, hoy, en este país de mierda que algunos incautos todavía creen democrático, son precisos nuevos Schindler, porque la policía persigue y encarcela a la gente solo por su lugar de nacimiento.

martes, 3 de noviembre de 2009

Comiendo fuera: Hoy, "Don Bacalao" (Valladolid)

(Gracias a Mary, que sacó la foto y a Antonio, que me invitó a cenar.)

Este fin de semana he aprovechado mi estancia en Valladolid para hacer turismo gastronómico. La experiencia más agradable en este terreno fue la que pasé cenando en Don Bacalao.
El local está situado en el centro histórico y, pasada una interesante barra de tapas, se accede al restaurante donde se cena, no muy grande pero sí desahogado, y decorado con muy buen gusto. Destaco los preciosos ventanales. Pero lo que más me gustó, en el apartado no estrictamente gastronómico fue el servicio, que mantuvo el punto justo entre la amabilidad y la discreción.
Como su nombre -quizá no muy afortunado- indica, la especialidad de este restaurante es el bacalao. Se puede encontrar de muchas formas tradicionales: al ajoarriero, dourada, pil-pil, etc, pero también en recetas que son creaciones del chef -ello sin contar con las tapas de la barra. Desde mi viaje a Portugal no me había encontrado con tantas maneras de hacer el bacalao en un mismo restaurante.

Claro está que no solo de bacalao se vive en este local. Un vistazo a la carta revela una oferta equilibrada de productos, con sus imprescindibles carnes castellanas, los boletus propios de la temporada y otros platos que se quedaron por probar para otra ocasión. Además de la carta, se ofrece un menú degustación que varía cada mes -que es por el que optamos finalmente- y un menú especial a causa de la Seminci -el célebre Festival de Cine de Valladolid- que justo concluía el fin de semana pasado. El menú de la Seminci, basado en nombres de películas como "Jamón, jamón" "Ratatui" o "Chocolate", cada uno de ellos maridado con su vino adecuado. Ante estas referencias cruzadas entre cine y gastronomía y su amenazador aspecto gafapasta y, más aun, después de la experiencia Mugaritz de la semana anterior, me dio miedo tener otro encontronazo con la Nouvelle Cuisine. Puestos a elegir, prefiero quedarme con la Nouvelle Vague, de la que, por cierto, se ofrecía una buena selección en la Seminci. Así que nos decidimos por el degustación.

Estuvo precedido por un aperitivo visualmente atractivo pero un tanto escuálido. En un mismo plato teníamos un vaso de chupito con un consomé de boletus muy logrado, una única aceituna rellena de Martini y una tostada con queso y anchoa muy fina, crujiente y sabrosa pero demasiado pequeña. Lo acompañaron con un blanco de uva verdejo, o de cava -a elegir. Yo, que no bebo vino, solicité un zumo de tomate. Esta petición, aparte de un cierto engorro, supone una excelente medida de cómo funciona un restaurante. Al ser inesperada, se pueden averiguar varias cosas:
-La disponibilidad de materias primas en el restaurante
-Las verdaderas habilidades y conocimientos culinarios del chef
-La buena disposición y afán del restaurante en complacer a los clientes.
Pues bien, en los tres apartados, Don Bacalao merece un sobresaliente. Me sirvieron un zumo de tomate magnífico: tan perfectamente aliñado con tabasco, sal y limón y presentado de modo tan aparente que parecía que el zumo de tomate constituía una de las especialidades de la casa.

Los primeros platos eran tres:

-Una ensalada de bacalao marinado exquisita,
-Unos pimientos rellenos de boletus y jamón que en mi caso fueron sustituídos amablemente por unos fideos de arroz que fueron cocinados in situ añadiéndole una riquísima e hirviente salsa de pescado.
-Una original crema de calabacín, con una base de arroz e ingredientes que no supe identificar pero que le proporcionaba un original sabor frutal y dulce.

Los segundos platos consistían en diversas clases de bacalao. Uno de nosotros se decidió por el confit de pato -tierno y muy sabroso. Y los demás pedimos bacalao con salsa de bígaros y carabineros. El bacalao era de primera, desde luego, pero la salsa de bígaros y carabineros tenía muy poca presencia y el bocado de bacalao hubiera resultado soso de no ser por la excelente calidad de éste.

Mis compañeros tomaron un Ribera de Duero que resultó estupendo: un Arzuaga.
De postre tomamos un tiramisú muy correcto.

Todos los platos oscilaban entre aceptables y deliciosos y por un precio más que asequible: 35€ por persona, incluído el Arzuaga de 26 € (¡y el zumo de tomate!).

Por tanto, un sitio digno de ser visitado, con una cocina que roza a veces el campo de lo experimental y minimalista pero sin traspasarlo y a un magnífico precio, con un servicio intachable y un entorno agradable e impoluto en el que se puede fumar -frente a otros sitios asfixiantes en los que está prohibido.

En fin: una cena de cine.