jueves, 31 de marzo de 2011

Contra la Ley de Partidos... pues vale...

Recientemente se han producido dos noticias de cierta relevancia sobre el asunto de Sortu. En primer lugar, una filtracion nos adelanta que el fallo del Tribunal Supremo será que el partido Sortu va a ser ilegalizado. Nada nuevo bajo el sol de España.
La otra noticia es el hecho de que algunos pesos pesados de la intelectualidad internacional de izquierdas han firmado un manifiesto contra la Ley de Partidos. Entre ellos se encuentran Chomsky, Dieterich y Petras o el político mexicano Cuauhtémoc Cárdenas. Las razones que han llevado a algunos de estos intelectuales a criticar el estado de permanente pucherazo en el que vivimos los vascos desde hace años las ignoro. En el post anterior sobre Libia ya expresé la poca confianza que me merecen casi todos ellos. Sin ir más lejos, Heinz Dieterich ha sido uno de los portavoces del linchamiento a Gaddafi desde la supuesta izquierda.
Pero, claro, los manifiestos de los intelectuales no sirven para nada. Los poderosos solo los usan como parte de su propaganda cuando dicen cosas que les interesan. Esta vez no interesa.
Me imagino que la Izquierda Abertzale pretende con este manifiesto lograr internacionalizar la situación de violación flagrante de derechos políticos que se vive en el estado español. Pero soy pesimista. Hace 30 años tal vez la cosa hubiera transcendido. Pero ¿a quién le importa hoy que cien o doscientos mil vascos no podamos votar? La situación económica y política a nivel mundial es tan grave, los desmanes del imperialismo y el capitalismo tan generalizados y catastróficos, que esto ya suena a chiste.
Lo confieso, a mí ya todo esto me empieza a dar igual. No sé si es tan importante que Sortu pueda participar en la putrefacta pseudodemocracia de este país. De hecho, lo que me preocupa realmente no es que Sortu no pueda presentarse a las elecciones, sino que lo quiera a costa de lo que sea...

He aquí el texto del manifiesto:


POR EL DERECHO A LA PARTICIPACIÓN POLITICA

Desde nuestro compromiso con el derecho básico de participación política siempre nos hemos opuesto a las leyes que buscan limitar y coartar la misma. Es el caso de la ley de partidos políticos española diseñada con el único objetivo de excluir a la izquierda abertzale de la vida política. Algo que claramente se ha mostrado imposible.
Recientemente y tras un intenso debate la izquierda abertzale ha vuelto a demostrar con la ponencia Zutik Euskal Herria su voluntad y vocación de superar el conflicto político vasco a través de vías exclusivamente políticas y democráticas, mostrando además su voluntad de constituir una formación política que cumplimentando la citada legislación trabaje por la consecución de la paz y el desarrollo de un proyecto legítimo tal y como es el independentista y socialista vasco.
Los firmantes saludamos esta nueva iniciativa de la izquierda abertzale y su clara voluntad de superar de una vez por todo el largo conflicto vasco. En esta vía compartimos que la configuración de una fuerza política legal que represente a aquellos que en el País Vasco abogan por la independencia y el socialismo es no sólo justo sino necesario.
Exigimos de los poderes públicos españoles el final de la discriminación política a la que es sometida la izquierda abertzale y que se acabe con el abuso legal al que se le somete.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Los sutiles matices de un genocidio.

En este artículo se pretende argumentar que, incluso aceptando que el régimen de Gaddafi fuese tan criminal como afirma la resolución de la ONU, la única postura aceptable para la izquierda es NO A LA INTERVENCIÓN. SIN MATICES.

Mientras escribo esto, decenas de civiles libios mueren asesinados por fuerzas militares autorizadas por la ONU.
En efecto, esta masacre está justificada por una resolución aprobada por su Consejo de Seguridad. En esta resolución se afirma que la Jamahiriya árabe de Libia -es decir, el gobierno libio- es responsable de una gravísima y sistemática violación de los derechos humanos.
Ante esta resolución, la mayoría de portavoces de la izquierda nominal de nuestro pais ha adoptado una general aquiescencia. Eso sí, matizada.
Estos matices, al parecer, serían los que distinguirían su línea ideológica de la de la derecha y sus intereses de los intereses de las transnacionales. Tratemos de clasificar las posturas de la izquierda en función de esos "matices". Partimos, aunque no lo compartimos, de algo que todos ellos siguen manteniendo, que el diagnóstico de la ONU sobre la gravísima y sistemática violación de los derechos humanos en Libia es correcto.

1. -Es preciso intervenir militarmente. Sin matices.
2. -Es preciso intervenir militarmente. Matiz 1: Pero hay que evitar que haya víctimas civiles.
3. -Es preciso intervenir militarmente. Matiz 2: Pero hay que evitar que, de paso, las transnacionales se apoderen de los recursos petrolíferos y las potencias impongan un gobierno títere.
4. -No se debe intervenir militarmente. Matiz 3: Pero el régimen de Gaddafi debe caer.

Clasificada la diversidad de posturas así de escuetamente, podemos argumentar lo siguiente:

La postura 1 resulta indistinguible de la de la derecha. Este blog no está dirigido a personas de derecha, por lo que no voy a molestarme en rebatir su ideario. Es cierto que coincidir en algo con la derecha no implica estar equivocado, ni siquiera implica no ser de izquierdas. Pero coincidir en la necesidad de una intervención militar liderada por, entre otros, Reino Unido, Francia y EE.UU. en un país soberano sin plantearse nada más, salvo apreciaciones como "es el mal menor", aparte de una postura criminal, es una postura incompatible con el izquierdismo. Nadie de derechas estaría de acuerdo con la intervención soviética en Checoslovaquia, sea ésta un mal menor o no.
Por tanto, quienes apoyan la postura 1 NO son de izquierdas -aunque digan o crean serlo.

La postura 2 incluye el matiz de que la intervención debe hacerse sin víctimas civiles. Quienes han mantenido esto hasta el 21 de Marzo pueden ser calificados de ilusos ya que no ha habido ningún caso en el que, tras el decreto de zona de exclusión aérea, no se haya producido un bombardeo masivo con resultado de millares de civiles muertos. Pero quien todavía lo mantenga hoy, es que no lee los periódicos, ni siquiera los de su línea ideológica. O si los lee y sigue manteniendo esta postura es que debe ser idiota.
Por tanto, quienes todavía apoyan la postura 2, o NO son de izquierdas o no han leído las noticias o -con perdón, pero no se me ocurre otra explicación- es posible que sean idiotas.

La postura 3 incluye el matiz de que la intervención para derrocar a la supuestamente criminal Jamahiriya no termine con la imposición de un gobierno afín a los intereses económicos y militares de las potencias implicadas en la intervención. Ahora bien, lo que hay que preguntar es, si eso ocurre ¿quién lo va a evitar? Es decir, una vez eliminadas las fuerzas militares de la nación libia y asentadas en ella las potencias militares extranjeras, si a esas potencias les diera por adueñarse del petróleo y por controlar el país ¿quién lo iba a impedir? ¿Los libios? ¿Los izquierdistas que defienden la postura 3? ¿Con qué medios? Utilicemos una parábola, a ver si así está más claro.
Un pastor tiene un rebaño de ovejas en un cercado, pero un lobo logra entrar en el cercado y va matando ovejas cada vez que tiene hambre. A alguien se le ocurre que para matar a ese lobo lo mejor sería dejar entrar a varios lobos de una manada enemiga. ¿Acaso el pastor no comprendería que con esa solución lo único que conseguiría es no dejar a salvo ni a una sola oveja? Si no, sería, desde luego un pastor muy tonto.
Dejar entrar a las fuerzas de la OTAN en Libia para que los libios vivan en libertad y prosperidad es una idea demencial para cualquiera que conozca los objetivos y el modus operandi de la OTAN y su descomunal e incontestado poderío militar.
Por tanto, quienes apoyan la postura 3, o NO son de izquierdas o -con perdón, pero no se me ocurre otra explicación- es posibe que sean tontos.

La postura 4 parece radicalmente distinta a las demás, pues se manifiesta en contra de la intervención militar. Pero al hacerlo nunca se olvida de añadir un matiz: que Gaddafi y/o la Jamahiriya deben ser derrocados. "No a la intervención-No a Gaddafi." Ése es el lema, ésa es la doble exigencia.
El derrocamiento viene justificado porque quienes dicen esto creen que las acusaciones de la ONU son ciertas. Nosotros, aunque consideramos falsas esas acusaciones, vamos a darlas por buenas para no tener que enfrascarnos aquí en un debate sobre hechos.
Desde un punto de vista puramente teórico, esta postura parece perfectamente defendible. Si Gaddafi es un tirano es justo reclamar que sea derrocado. El problema es que las afirmaciones públicas tienen consecuencias no solo teóricas sino también prácticas. De modo que lo que es correctísimo en un plano teórico puede ser sumamente inconveniente en un plano práctico. Llamar cabezón a alguien con una cabeza claramente más grande que la media es teóricamente correcto, pero en la práctica es, como mínimo, una falta de educación. Según qué casos, puede ser incluso una crueldad. Pues bien, pedir el derrocamiento de Gaddafi cuando se sabe que el derrocamiento de Gaddafi es precisamente la excusa que se está utilizando para la intervención militar, puede ser teóricamente muy admisible. Pero en las circunstancias actuales es una tremenda irresponsabilidad y un tremendo contrasentido. Gritar "No a la intervención-No a Gaddafi", en las circunstancias actuales es un oxímoron. Gritar "No a Gaddafi" implica, a nivel práctico, gritar "Sí a la intervención." Se quiera o no.
Pongamos otro ejemplo. Imaginemos que una persona considera que la religión de los Testigos de Jehová es sumamente perjudicial para el que la practica y, en general, para toda la sociedad. Imaginemos también que el Parlamento, opinando lo mismo que esa persona, aprueba una ley según la cual los Testigos de Jehová deben ser internados en campos de concentración. A esa persona le parece que esta medida es absolutamente brutal y desproporcionada, a pesar de lo perjudicial que considera que es esa religión. En medio de las persecuciones a esa minoría indefensa ¿estaría justificado que esa persona saliese con una pancarta que diga "No a los campos de concentración-No a los testigos de Jehová"? ¿A quien beneficiaria esa pancarta? Desde luego, es evidente, por un lado, que los campos de concentración no dejarán de existir a causa de esa pancarta. Pero, por otro, es tambien evidente que, queriéndolo o no, la pancarta está dando una coartada ideológica muy útil para que sigan existiendo.
Aplicado a nuestro caso, hasta el más optimista sabe que una pancarta contra la guerra ya no va a parar la guerra. Pero también debería saber que una pancarta contra Gaddafi le está dando a esa guerra un útil y cómodo apoyo en la opinión pública.
En una relación de fuerzas tan terriblemente desproporcionada como la que se da entre la Jamahiriya y las potencias militares implicadas en la intervención ¿tiene sentido condenar a la primera? En una situación de tan claro desequilibrio, la neutralidad teórica se convierte a nivel práctico en un partidismo por el más fuerte. Los votos en blanco de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU significan neutralidad a nivel teórico, pero suponen partidismo por el más fuerte a nivel práctico.
Por tanto, quienes mantienen la postura 4 deben comprender que esa postura, aunque deje a nivel teórico la conciencia tranquila, en la práctica, es indistinguible de las otras tres.
Nadie les habría echado en cara a esos izquierdistas que en 2007, por ejemplo, hubiesen organizado una manifestación contra el régimen de Gaddafi. En aquel tiempo Gaddafi era amigo de nuestros gobernantes y tenía sentido protestar ante esos gobernantes para que renunciaran a esa amistad. Pero ¿por qué lo hacen justo ahora, cuando ya no hace falta, cuando ya de todos modos sus gobiernos están de acuerdo con ellos? Confieso que no lo entiendo.
Es muy posible que quienes sienten la ineludible necesidad de añadir un "No a Gaddafi" al "No a la guerra" no hayan caído en las consecuencias prácticas de ello. Es posible que sean unos incautos.


Yo no quiero insultar a nadie, y además estoy convencida de la excelente talla intelectual de nuestros portavoces oficiales de la izquierda, desde Luis García Montero a Inmanuel Wallerstein (bueno, admito que ciertas diferencias intelectuales sí que hay entre ambos...) No quiero suponer que esos faros por los que se guía la gente de izquierdas sean idiotas o tontos. Ni siquiera puedo admitir que sean incautos. Pero, por eso mismo, solo puedo considerarlos unos impostores.

Pero si los portavoces de la izquierda, los creadores de opinión de la izquierda, fueran mayoritariamente unos impostores, eso significaría que las personas normales y corrientes de izquierdas estamos en sus manos. ¡Pues al diablo con los portavoces de la izquierda! ¿Quiénes los han nombrado portavoces? ¿Qué medios de comunicación les dan voz? Hay muchas personas que no somos portavoces de nada pero que no estamos de acuerdo con la resolución de la ONU. Algunos incluso, no se consideran de izquierdas. Pero al menos tienen dos cosas, cerebro para pensar y corazón para compadecerse.
Escuchemos, mejor, a esas personas.



sábado, 26 de marzo de 2011

El plusvalor de Marx y la Ribâ del Corán.

En este artículo se propondrá que el concepto marxista de plusvalor es una adecuada interpretación para nuestro tiempo del concepto islámico de Ribâ.


El concepto de plusvalor.

La plusvalía o plusvalor (Mehrwert) es uno de los conceptos fundamentales que introduce Karl Marx para explicar el funcionamiento del sistema capitalista. Puede ser definido así:
Diferencia que hay entre el valor que produce el trabajo del asalariado y el valor de su fuerza de trabajo. De esta diferencia se apropia gratuitamente el capitalista.
Para quien no se haya interesado por la teoría económica de Marx esta definición puede resultar poco comprensible. Por ello intentaré esbozar muy someramente algunos aspectos de esta teoria.


¿Qué quiere decir "proletario"?

El sistema capitalista necesita que la mayor parte de la población sea privada -si es preciso, por la fuerza- de cualquier modo de ganarse la vida por sí misma. (Esto ya lo vimos en una entrada anterior sobre la aventura del señor Peel.) A la persona que se halla en esta situación la llama Marx proletario. Lo único que puede hacer un proletario para ganarse la vida es vender su fuerza de trabajo. Vender la fuerza de trabajo es algo radicalmente distinto de vender los productos o servicios que genera esa fuerza de trabajo.
En una economía primitiva, el hortelano que tiene un huerto, un sistema de riego, unas semillas, unos aperos de labranza y un puesto en el mercado, vende sus hortalizas, pero no su capacidad para cultivarlas. Sin embargo, en una economía capitalista, el hortelano que no tiene ni huerto, ni riego, ni semillas, ni aperos, ni un puesto en el mercado, lo único que tiene para vender es su capacidad para cultivar hortalizas. Es decir, solo tiene para vender su fuerza de trabajo.

Aparece el capitalista.

Imaginemos a alguien que sí que tiene huerto, riego, semillas, aperos y un puesto en el mercado, es decir que sí que tiene esos medios de producción. Esta persona podría cultivar él mismo las hortalizas. Pero si tiene un terreno muy grande seguramente necesitará a alguien que trabaje para él. Para eso están los proletarios. Así que este hombre rico compra al hortelano lo único que éste puede venderle: su fuerza de trabajo. El capitalista es el que compra fuerza de trabajo para obtener con ella un beneficio económico. Gracias a esa fuerza de trabajo que ha comprado y a los medios de producción que posee, el capitalista obtiene hortalizas, de las que automáticamente se hace dueño para venderlas como le plazca.


Fuerza de trabajo: una peculiar mercancía.

La fuerza de trabajo que el capitalista ha comprado al proletario es una mercancía más. Ahora bien ¿a cuánto se paga esta mercancía tan peculiar? Es decir, ¿cómo se fija el valor del salario del proletario? Lo lógico -y lo justo- sería que el valor del salario del proletario fuese más o menos equivalente al valor de lo que ha producido su fuerza de trabajo. De hecho, en el mercado de otros productos, las cosas normalmente funcionan de manera bastante justa. Si yo tengo una bicicleta y la quiero vender, un comprador me tendrá que pagar más o menos lo que la bicicleta vale. De modo que si él se empeñase en pagarme mucho menos, yo me negaría a vendérsela, porque seguro que habría otro comprador dispuesto a pagar más por mi bicicleta. Y si, por el contrario, fuera yo quien me empeñase en cobrarle mucho más, él se negaría a comprármela, porque seguro que encontraría a otro dueño de una bicicleta dispuesto a venderla más barata. Así que al final, la bicicleta terminará vendiéndose por un precio más o menos justo.
Sin embargo, ¿Qué pasaría si yo necesitase urgentemente el dinero para poder comer? ¿Y si, además, hubiese cientos de personas hambrientas como yo, personas que no tienen más que una bicicleta para intercambiar por comida? Está claro que me vería obligada a vender la bicicleta por muy poco dinero, no podría permitirme el lujo de regatear. Pues bien, en el sistema capitalista eso es exactamente lo que ocurre con esa mercancía llamada fuerza de trabajo. Hay infinidad de personas para las que ésta es la única cosa que pueden vender y ello les obliga a aceptar casi cualquier precio por ella: si no lo aceptan, no comen.


La creación de plusvalor.

El capitalismo consiste en invertir una cantidad de dinero. Con ese dinero se compran medios de producción y fuerza de trabajo. Gracias a que, como hemos visto, ésta última siempre se paga a menos valor, se genera lo que llamamos plusvalor. El plusvalor, como lo definimos al comienzo, es la diferencia entre lo que se le paga al trabajador por su trabajo y lo que ese trabajador produce. Ese plusvalor adopta la forma del producto o servicio del que se trate: hortalizas, bicicletas, novelas, transporte, cursos universitarios, etc. Cualquier bien o servicio que se produzca de este modo es plusvalor. Al ponerse en el mercado y venderse, el plusvalor se transforma en "plus-dinero", es decir, en más dinero del que se invirtió al principio.
Con esto tenemos que en la sociedad capitalista casi todo lo que se produce, y cada vez más, se produce porque es plusvalor o sirve para generar plusvalor. En el capitalismo, una empresa no produce bicicletas porque la gente necesite bicicletas. Es posible que de hecho, las necesite, pero la cuestión es que no las produce por eso sino para producir más plusvalor. Ese es el motivo por el que en la sociedad capitalista se producen tantos millones de toneladas de cosas que no sirven aparentemente para nada: si se consiguen vender y que produzcan plusvalor, es suficiente. Y también ése es el motivo por el que no se producen cosas que sí serían necesarias. La teoría del plusvalor explica muchos fenómenos curiosos, como el de la famosa obsolescencia programada, el del consumismo irracional, el del expolio autodestructivo de los recursos naturales, el de la falta de medicinas baratísimas de producir en el tercer mundo, el de que no se publiquen libros, discos o películas magníficos, etc.


Yo no puse las reglas: las puso el capitalismo.

Se podrá objetar que no hay por qué suponer que los compradores de fuerza de trabajo, los capitalistas, son gente malvada y egoísta. Un capitalista podría decidir ser más justo y pagar a su asalariado, no lo mínimo para que pueda seguir vivo y sano, sino bastante más, de manera que tanto él como sus trabajadores puedan vivir una buena vida.
Pero aquí entra en juego la característica que hace tan especial y tan destructivo al capitalismo y que lo diferencia de otros sistemas de explotación, quizá más crueles e injustos a primera vista, pero a la larga menos destructivos. El capitalismo es un sistema que no permite que los capitalistas sean "buenas personas". Veamos por qué.
En la Antigüedad y en la Edad Media, los dueños de esclavos o los nobles obligaban a la gente a trabajar para ellos. Se necesitaban el látigo y la coacción física para lograrlo. Pero lo que se obtenía con esto era un excedente de riqueza del que se apropiaban para su propio disfrute mediante artículos de lujo y prestigio, para construir suntuosos palacios o templos, para financiar costosas guerras, etc. En esta época cabía la posibilidad de que hubiese un terrateniente generoso, un aristócrata justo y humano que renunciase a parte de su boato y sus caprichos para que sus esclavos o vasallos llevasen una vida más digna. En el capitalismo la cosa cambia. Un capitalista benévolo o justo con sus trabajadores deja de ser un capitalista pasado un tiempo. Veamos por qué ocurre ésto y cómo no tiene nada que ver con las cualidades morales individuales de los capitalistas.
El dinero de los inversores capitalistas, gracias al plusvalor, se convierte en más dinero. El capitalista gana dinero sin hacer nada más que poner dinero. Pero esto solo ocurrirá si se han utilizado buenas técnicas para maximizar el plusvalor. Esas técnicas incluyen cosas como utilizar una mejor tecnología, ampliar el horario de trabajo no retribuído, bajar los salarios, empeorar la calidad real de los productos mejorando la calidad aparente, ampliar mercados, obtener materias primas baratas mediante el expolio de países del tercer mundo, etc. Ahora bien, todos los capitalistas intentarán encontrar las mejores técnicas posibles. De lo contrario, dejarán de ser competitivos y, tras un período de tiempo, si no rectifican, se arruinarán y dejarán de ser capitalistas.
Es decir: esto no es algo que los capitalistas hagan porque sean malvados. Es que si no actuasen así dejarían de ser capitalistas. No es una cuestión de ética individual: es una cuestión estructural. Ante el mal estructural, la ética, la conciencia privada nada pueden. Si un orador lograse, gracias al increíble poder de su palabra, que un gran capitalista mantuviese principios (humanos, culturales, éticos, religiosos) por encima de la lógica del plusvalor, lo único que conseguiría es que otro capitalista sin esos principios ocupase su puesto.
El sistema funciona de tal modo que expulsa automáticamente, como por una ley física, a los que no maximizan el plusvalor. Y maximizar el plusvalor no es compatible con nada que se parezca a justicia.


Todo terminará siendo plusvalor.

El sistema capitalista es un sistema que exige siempre más. Se produce para producir más y a su vez se produce más para producir aun más. Quien no funcione así queda fuera. El capitalismo es expansivo: todo lo debe convertir en plusvalor.
La comida o la bebida, las casas o el transporte, la ropa o los muebles, todos los bienes de consumo que se producen bajo el capitalismo no son sino plusvalor... Pero es que también rápidamente lo están siendo las relaciones humanas, el amor, el odio, la cultura, la religión, el deporte, el agua, el aire, el sol, las ideas, la música, las leyes de la naturaleza, el código genético, la educación, la salud, la familia, la revolución, el pasado y el futuro... Todo se mercantiliza, todo se convierte en plusvalor. Y al hacerlo pierde su naturaleza, pues ya no viene al mundo para cumplir su función originaria, sino solo para generar más plusvalor.
Puede decirse que en nuestro sistema capitalista avanzado y global todos somos y devoramos plusvalor; por más que queramos evitarlo también terminamos siendo engullidos por él y transformados en él. Al final de este post veremos un dicho atribuído a Mahoma en el que parece vaticinarse esta situación.


Los neoliberales confunden plusvalor y mercado.

El marxismo demostró que la causa de la ganancia capitalista es el plusvalor. Es decir, que la ganancia capitalista se produce no en el mercado sino en la producción, antes de la puesta en venta de las mercancías, cuando el asalariado se ve obligado a vender su fuerza de trabajo por menos valor de lo que valen los productos de ese trabajo. Esta teoría ha sido rechazada por los economistas neolíberales, cuyas ideas monopolizan hoy día los medios de comunicación, las universidades y, por supuesto, los Ministerios de Economia. Ellos afirman que las ganancias del capital se producen por el funcionamiento natural del mercado, por la mera ley de oferta y demanda. Para ellos, ese plusvalor del que habla Marx no es otra cosa que el funcionamiento natural y en plena libertad de las leyes del mercado.
Recordemos esta identificación entre plusvalor y mercado que hacen los defensores del capitalismo, porque veremos cómo, antes de Marx, antes incluso de que el capitalismo existiese, fue negada y condenada en el Corán.


Ribâ.

Ribâ es una palabra árabe que significa "incremento", "aumento" y se utiliza casi siempre en su sentido económico.

La monumental Enciclopedia del Islam en 12 tomos, la obra de referencia sobre el Islam en lengua inglesa, define así la palabra "Riba."

RIBA (A.), lit. increase, as a technical term, usury and interest, and in general any unjustified increase of capital for which no compensation is given.

Ribâ es un termino importantísimo en el Islam, pues constituye uno de los pecados más condenados por el Corán. La condena más expresa y la que también más nos interesa para lo que queremos sugerir, aparece en 2:275

Los que se benefician de la ribâ se levantarán como si el Diablo los hubiera enloquecido con su toque. Pues ellos dicen: "Ciertamente, el mercado es igual que la ribâ". Pero Dios ha permitido el mercado y ha prohíbido la ribâ.

Justamente ésto es lo que hemos visto que afirman los neoliberales hoy día: que el mercado sí es igual que la ribâ. Pero el Corán advierte que tal confusión es propia de los que han sido enloquecidos por el Diablo. El mercado sin más no es malo de por sí, lo que lo hace malo es la ribâ.

¿Interés o usura?

Ahora bien ¿qué significa aquí ribâ? He dejado ribâ sin traducir precisamente porque la interpretación de qué significado tiene la palabra ha producido las más enrevesadas y acaloradas disquisiciones entre los sabios musulmanes de todos los tiempos. Podríamos resumir las dos posturas más importantes que se mantienen hoy día así:
-Para algunos, ribâ significa en el Corán "interés" -es decir, prestar dinero y luego cobrar intereses por ello. Dentro de esta postura hay una infinidad de respuestas a distintas casuísticas. Muchas de ellas, lógicamente, eran desconocidas en tiempos de Mahoma. Por ejemplo: ¿es lícito que el prestamista exija, por lo menos, que se le devuelva el dinero según el aumento del IPC?
-Para otros, el Corán solo condena la ribâ entendida como interés abusivo, como usura.
Actualmente los primeros suelen defender algún tipo de banca islámica. En algunos países como Irán solo están permitidos este tipo de bancos.
Los segundos en realidad se limitan, como lo hacen otras religiones, a condenar los intereses que se consideran subjetivamente como abusivos. Precisamente el hecho de que "abusivo" sea un concepto subjetivo anula cualquier posibilidad real de prohibir la usura.

Lo que parece evidente, no solo en este caso, sino en cualquier otro similar del Corán y de otras escrituras consideradas sagradas por sus creyentes, es que es imposible no interpretar hasta cierto punto lo que ese texto sagrado dice. A mí me parece que en este caso concreto es imprescindible comprender que una prohibición de tipo económico debe cobrar distintas formas en función del contexto económico. Por ejemplo, en época de Mahoma no existía papel moneda, ni bancos, ni bolsa, ni el sistema imperante era el capitalismo. Quizá dentro de unos cuantos siglos existan circunstancias económicas que hoy ni podemos imaginar. Por eso lo razonable sería comprender cuál es el espíritu, la intención o el sentido de la prohibición de la ribâ. Y ese sentido está, me parece, en su significado más general, despojado de cualquier concreción que no sea la única que puede interesar a un musulmán: la moral. Así, para cualquier época o circunstancia, la ribâ es un incremento inmoral de los bienes. Evidentemente, aquí "Inmoral" significaría algo así como "a costa de los bienes de otro, de otros o de todos."
Tenemos, pues, que en su significado etimológico más puro, en su sentido menos específico, ribâ, no es solo interés, o solo usura, o solo especulación, sino, en general, incremento, aumento inmoral de los bienes materiales.
Ahora bien ¿cuál, según hemos visto, es el aumento inmoral por excelencia en nuestro tiempo? Es el plusvalor, sin duda. El interés que pagamos al firmar un préstamo bajo el capitalismo es solo una consecuencia de él y está regido por él.
Curiosamente, además, plusvalor es una traducción literal de ribâ. Quizá no sea mera casualidad que ribâ signifique exactamente lo mismo que Mehrwert, la palabra que eligió Marx para nombrar aquello que constituye la clave del sistema capitalista y, por tanto, la clave de toda inmoralidad económica de nuestro tiempo.
Yo creo que, aunque es perfectamente loable condenar la ribâ como interés abusivo, y, más aun, como interés a secas, la situación económica actual exige comprender que esos tipos de ribâ, bajo el capitalismo actual, son solo derivados de la ribâ verdaderamente decisiva, verdaderamente maligna, la ribâ como plusvalor.
La ribâ hoy es el plusvalor.


El plusvalor y el Mal estructural.

En el mundo actual, el sistema capitalista es el imperante en prácticamente la totalidad del planeta. Este planeta y los seres humanos, animales y plantas que lo pueblan han sufrido un cambio brutal en los últimos dos siglos que es imposible no conectar causalmente con el capitalismo. El capitalismo ha eliminado miles de especies ; ha horadado la tierra, ha esquilmado el mar, ha destruído bosques, ha fundido glaciares, ha aumentado la radioactividad, ha creado aglomeraciones humanas inabarcables, ha derribado tradiciones milenarias, ha acabado con culturas, religiones, lenguas y códigos éticos. El mundo actual sería irreconocible para alguien de hace solo dos siglos. El motor de toda esta destrucción es el plusvalor, o, si lo preferimos, la ribâ. O peor aun, en lo que se está convirtiendo todo el mundo, nosotros, los seres humanos también, es en una inmensa masa de plusvalor que crece y se reproduce devorando todo lo que queda en el mundo que aun no lo es. Esto es lo que algunos teólogos de la Liberación cristianos han denominado con toda exactitud "el Mal estructural."


Un hadiz profético

Quiero terminar citando un hadiz.
Un hadiz es un dicho o hecho atribuído por la tradición a Mahoma. Al contrario que las azoras del Corán, que los musulmanes consideramos no palabras de Mahoma, sino de Dios, los hadices son obra del Profeta, aunque en algunos casos se consideran inspirados por Dios. En árabe, a Mahoma se le denomina Rasul. Aunque se suele traducir así, Rasul no significa "profeta" en el sentido que se le suele dar coloquialmente hoy dia, como alguien capaz de pronosticar acontecimientos del futuro. Significa más bien, Mensajero. Sin embargo este hadiz sí que creo que tiene un espeluznante carácter profético, en el sentido de que describe a la perfección el trágico panorama de este mundo nuestro actual. Solo hay que, según hemos argumentado, leer "plusvalor" donde pone "ribâ". Compárese con lo que decíamos arriba de un mundo en el que devoramos y somos devorados por el plusvalor.

Cuenta Abu Hureyra: El Profeta, la paz sea con él, dijo: "Llegará ciertamente un tiempo a la Humanidad en el que no quedará nadie que no devore ribâ, y si queda alguno, no podrá evitar contaminarse con ella."

(Abu-Dawud: Kitab Al-Buyu)

viernes, 18 de marzo de 2011

Aviso.

Tengo que ausentarme algún tiempo por razones personales. No sé si serán varios días o semanas durante los que no podré publicar nada, ni leer los blogs que sigo habitualmente, ni, en general, responder a los correos.
Aprovecho para enviar un afectuoso saludo a todos mis compañeros blogueros que en tan tristes circunstancias siguen dedicando su tiempo a intentar crear un pequeño refugio virtual contra el tsunami de las mentiras mediáticas. Mientras se sigue avivando el falso debate sobre las simpatías franquistas de Gaddafi, o su estado de salud mental, la organización genocida ONU se dirige hacia Libia como lo hizo hacia Yugoslavia y Afganistán.
Aunque hasta ahora no había puesto censura previa en los comentarios, ahora me veo en la necesidad de implantarla, al menos mientras esté ausente, porque estoy harta de aguantar los insultos y desvaríos de fascistas que se dicen de izquierda y que no se conforman con tener toda la prensa disponible para vomitar su estupidez y su mala educación. También parece que sienten la necesidad de atacar a este blog ignoto que siempre ha pretendido ser un lugar de intercambio de información y debate respetuoso y razonado.

Gracias por todo y espero que hasta pronto.

(24 de Marzo)
A partir de hoy creo que, poco a poco, podré volver a ocuparme del blog.
Ya está eliminada la censura previa. Su objetivo era evitar que, estando yo ausente y suscitando este tema pasiones tan encontradas en estos días, se produjeran cadenas de insultos y, en general, cualquier tipo de vandalismo cibernético. Los pocos mensajes que iban en esta dirección han sido eliminados. He publicado todos los demás comentarios pendientes. Pido disculpas a los comentaristas por el retraso y por no poder contestar a cada uno individualmente. Lo haré en general:

-Agradezco de todo corazón los comentarios de aprecio y apoyo.

-Los comentarios en los que se plantean nuevos e interesantes temas para debate, por desgracia no han podido ser aprovechados como merecían. Lo siento de veras.

-Hay comentarios en los que se rebaten las tesis de mis posts sobre la situación en Libia con argumentos o datos que ya están tratados en el propio post o en los comentarios subsiguientes. Una cosa es que no convenzan tales datos o argumentos y otra es, sencillamente, ignorarlos o negarlos sin aportar razones para ello.

-Sobre los comentarios acerca de la poca fiabilidad del testimonio de Leonor Massanet o sobre sus intereses ocultos, etc. aunque me parecen algunos de ellos de muy poco gusto, tengo que limitarme a recordar que su testimonio es suyo, no mío. Yo me he limitado a entrevistarla. Si alguien quiere discutir estas cuestiones puede hacerlo con ella, que para eso tiene un blog.

-Algunos comentarios de tono más bien insultante los he mantenido porque, en tanto no sean abiertamente ofensivos y/o repetitivos prefiero priorizar la libertad de expresión al buen tono.

Muchas gracias y disculpas de nuevo por los inconvenientes que os haya podido causar mi falta de atención al blog. Espero poder ir volviendo a ocuparme de él poco a poco.

martes, 15 de marzo de 2011

Leonor Massanet: un testimonio directo sobre Libia.

Leonor Massanet es una psicóloga mallorquina que desde hace cinco años vive en contacto directo con Libia, un país del que está enamorada desde que lo conoció. En su blog Leonor en Libia nos viene contando sus experiencias con esta nación, que posee un magnífico patrimonio histórico y natural y, sobre todo, una cultura absolutamente propia que los libios han sabido mantener orgullosamente hasta hoy a pesar de las poderosas y crecientes influencias occidentales.
Gracias al testimonio de alguien como Leonor, una mujer que no está adscrita a ningún grupo político y que no trabaja para ningún medio de comunicación, podemos comprender mucho mejor lo que está ocurriendo en Libia.
Pido disculpas por la poca calidad del sonido, pero por desgracia carezco de los medios técnicos que un testimonio tan importante se merecería.
Escuchad a Leonor y comparad con lo que nos dicen los corresponsales contratados por los oligopolios mediáticos. Luego, elegid libremente si la creéis a ella o a los demás.








jueves, 10 de marzo de 2011

Libia ¿Revuelta popular? Nuevos datos.

En este artículo se ofrecen enlaces a noticias de fuentes fiables de cuya lectura se concluye que, en 2009, Gaddafi presentó un plan que incluía estos tres puntos principales:
1- Nacionalización de los hidrocarburos.
2- Desmantelamiento de la burocracia ministerial y gestión directa del ejecutivo por órganos populares.
3- Distribución directa y equitativa de los ingresos del petróleo a los ciudadanos.
La cúpula de poder se opuso a este plan y logró que el Congreso Popular votase por un aplazamiento de su puesta en marcha.

Por fortuna parece que el peso ineludible de los hechos y la reflexión están permitiendo rectificar a buena parte de esa izquierda que aplaudía demasiado irreflexivamente las inexplicadas revoluciones norteafricanas y en especial la de Libia. Se llamaba conspiranoicos a los que veían en ellas nuevos casos de golpe de estado blando organizados por las transnacionales. Como ya en un post anterior me referí a un artículo de Santiago Alba para ejemplificar esta postura, hoy vuelvo a referirme a otro artículo suyo, publicado ocho días después, en el que se aprecian notables cambios. No lo hago con el fin de dejarlo en evidencia. Al contrario, valoro la capacidad de rectificar o de evolucionar en las ideas y espero, además, que esa evolución no se detenga, ni en él ni en nadie.
El primer artículo es del día 24 de Febrero, y el segundo es del 4 de Marzo.
Se aprecia cómo Alba ahora ya acepta que las conspiraciones no son ni fantasías ni excepciones, sino el funcionamiento estructuralmente inevitable de la política internacional. Ojalá algunos lo tuvieran más en cuenta: Herodoto o Tucídides ya tenían muy claro su papel fundamental para explicar sucesos históricos. También se aprecia que ya no descalifica a Gaddafi de forma tan dura. Si el día 24 de Febrero consideraba improbable una invasión de la OTAN, el día 4 la considera un riesgo tan probable que la prioridad del izquierdista es oponerse a ella. Una prioridad, por cierto, que coloca por encima de la de derrocar a Gaddafi. Ni que decir tiene que ya no menciona lo de los bombardeos a manifestantes en Trípoli. Por si alguno, después de todas las evidencias que han ido apareciendo, aun lo pone en duda, puede preguntar a los delegados de la UE que visitaron ayer la capital Libia.
Mi agradecimiento y respeto por los que saben rectificar. Santiago Alba hace honor a su condición de filósofo.
No obstante, la idea que Santiago Alba sigue manteniendo y que muchos de nosotros, sin embargo, no compartimos es que la revolución contra Gaddafi es realmente una revolución
La idea de que las revueltas populares en Libia poseen un genuino caracter popular, es decir, que no han sido provocadas, organizadas, mantenidas por servicios de inteligencia del imperio es una idea que no sostiene con argumentos. En su segundo artículo, repite en varias ocasiones que el pueblo libio tiene derecho a derrocar a Gaddafi. No voy a entrar a discutir hasta qué punto el puesto que ocupa Gaddafi es legítimo, es decir, hasta qué punto emana de la soberanía popular. Digamos solo que, como mínimo, es tan legítimo -si no más- que el de nuestro monarca.
Pero lo que voy a intentar demostrar aquí es lo extraño que resultaría afirmar que Gaddafi no goza de apoyo popular en Libia, a tenor de los datos que voy a ofrecer. Es más: tales datos indicarían que son más bien ciertas élites de poder del país las que tendrían motivos para desear derrocarlo.
Si bien podrían buscarse datos en varias áreas de la vida política libia, está claro que el área decisiva es el petróleo. Aunque se ha repetido hasta la saciedad, recordemos que Libia es la principal reserva petrolífera de África y que se estima que aun no se ha explotado ni la tercera parte de sus recursos.

La National Oil Company.
1970-1973
La National Oil Company (NOC) es la empresa pública libia encargada de gestionar las riquezas petrolíferas del país. Está controlada directamente por el Congreso Popular Libio. Fue creada por Gaddafi un año después de la Revolución que derrocó al rey Idris. En 1970 las multinacionales petroleras que se enriquecían libremente con los recursos energéticos libios, Esso, Mobil, Texas Gulf, etc, fueron obligadas o a marcharse o a acatar unos Acuerdos de Reparto de Producción (ARP). Un ARP es un acuerdo por el que el estado permite a una compañía petrolera privada operar en su territorio a cambio de pactar un reparto de la producción entre el estado y la empresa privada.
La política petrolera del régimen libio a partir de los 70 consistió en nacionalizar progresivamente más pozos petrolíferos a través de la empresa pública NOC y en pactar ARPs cada vez más beneficiosos para el estado con una pluralidad de petroleras de muy diversos países, en lugar de con unas pocas, lo cual parece suponer una clara estrategia de "divide y vencerás". No hace falta decir que esto indignó a las transnacionales. Pero lo que realmente colmó el vaso de su imperial paciencia fue el embargo que en 1973 Libia y otros países árabes decretaron contra los países que financiaban la política genocida de Israel contra los palestinos. De entre los países embargados estaba EE.UU. El embargo se prolongó hasta Marzo de 1974 y el único país que se negó a levantarlo fue precisamente Libia.
1973-1992
Desde entonces, la presión de EE.UU. fue en aumento. Sólo el apoyo de la URSS libró a Libia de una invasión. En 1982 los EE.UU. decretan un bloqueo comercial a Libia. En 1984 perpetran un atentado fallido contra Gaddafi. En 1986, ya sin miedo ante la URSS de la Perestroika, bombardean Trípoli y Bengasi.
1992-1999
A partir de 1992, una vez eliminados los regímenes socialistas del este de Europa, la ONU, controlada ya sin oposición por EE.UU. y sus aliados, decreta un embargo a Libia tras considerar a su gobierno responsable del atentado de Lockerbie. En 1993 lo endurece aun más. Tras el embargo, en pocos años, la economía de Libia, dependiente totalmente de los hidrocarburos, se tambalea.
1999-2009
Ante la situación económica insostenible y la probable inminencia de una invasión como la de Irak, Gaddafi decide pactar una especie de rendición con EE.UU. y sus aliados. En 1999 la ONU levanta las sanciones. En 2004 lo hace EE.UU. A cambio, Libia renuncia a su proyecto de generar energía nuclear y, desde 2005, saca a subasta los pozos petrolíferos hasta entonces públicos y establece un nuevo ARP, mucho más ventajoso para las multinacionales. En ese 2005 anuncia dos subastas, en 2006 otra y en 2007 otra más. Decenas de empresas petrolíferas, entre ellas Repsol se lanzan al gran pastel y Gaddafi es recibido amistosamente por los gobiernos que antes lo declaraban terrorista.
Esta historia es de sobra conocida y puede consultarse en cualquier lugar, por ejemplo en Wikipedia.
2009-2011
Ahora toca explicar por qué de pronto todo cambia, por qué la denominada "comunidad internacional" vuelve a pedir el derrocamiento de Gaddafi, de ese que hasta ayer era su amigo. Mucha gente piensa que es porque ha habido una revuelta cívica. De entre ellos se distinguen dos grupos.
-Los de derechas, como los articulistas de ABC o El País, piensan que el objetivo de esa comunidad internacional es ayudar al pueblo libio a cumplir sus justas aspiraciones de democracia y libertad. Esto no lo voy a rebatir, porque asumo que los que leen este blog se reirán ante semejante explicación.
-Los de izquierdas, como Santiago Alba, piensan que el objetivo de esa comunidad internacional es aprovechar la justificada revuelta popular para invadir el país y expoliar por completo sus riquezas.

Lo que aquí sostenemos, sin embargo, es que en Libia no ha habido una revuelta que pueda ser denominada popular y justificada
De hecho, negamos que la revuelta haya sido popular. Pero para demostrar esto sería preciso recurrir a pruebas fácticas irrefutables. Y esas pruebas son de las que, por desgracia, casi nunca se dispone en sucesos como estos. Tenemos de ello indicios muy claros, como el repentino e inexplicable potencial militar del que gozan los rebeldes, y algún otro que se verá a continuación. Así que nos veremos obligados a demostrar que la revuelta no es justificada. Lo cual, en realidad, constituirá el mejor indicio de que tampoco es popular, pues es poco probable que el pueblo se rebele contra sus propios y evidentes intereses.

Las pruebas que presento, como no podía ser de otra manera, proceden de internet. Hubiera estado bien poder acceder a la página web de la compañía NOC, pero, sintomáticamente, está caída, al menos cuando escribo este post. Pero en esta otra página tenemos todo lo necesario:
Se trata de Energy-pedia News, una web dirigida a personas interesadas en el mundo de los grandes negocios relacionados con la energía. En ella hay una completa recopilación de noticias para inversores y empresarios del sector. Si pulsamos en el margen, accederemos a las News by region, desde donde podemos buscar noticias sobre Libia para un determinado año. Nos interesan las noticias desde 2009 hasta hoy. Si les damos un vistazo rápido observaremos que menudean las que se refieren a nuevos hallazgos petrolíferos en diversas regiones, tanto del desierto como del mar. También, sobre todo conforme más nos acercamos a nuestros días, figuran noticias sobre rescisiones de contratos de explotación a diversas compañias. Hay un grupo de noticias muy curioso que va desde mediados del año 2010 hasta casi el día de antes de la revuelta en las que se nos cuenta que BP no hace más que posponer la prospección marítima que estaba anunciada para 2010. Ciertamente, esto no es una prueba fehaciente de que BP ya sabía que iba a haber una revuelta en Libia, pero desde luego se trata de una notable casualidad.
Pero las noticias que más nos interesan yo creo que son éstas tres:

25 de Enero de 2009. Gaddafi estudia la nacionalización de las compañias petrolíferas extranjeras.
(extractos traducidos de la noticia)
El líder libio Muammar Gaddafi dijo el pasado miércoles que su país y otros exportadores de petróleo están considerando nacionalizar las empresas extranjeras, dado el descenso del precio del petroleo. (...) "No podemos adherirnos a las regulaciones de la OPEP porque nuestro sustento depende del petróleo." (...) El principal periódico del estado, generalmente considerado como el portavoz del propio Gaddafi, dijo que el Congreso Popular, el máximo órgano legislativo y ejecutivo, debería votar la nacionalización de las empresas extranjeras en la sesión que tendrá lugar dentro de unos días. (...) "Los países exportadores de petróleo deben tender a la nacionalización (...) No nos podemos permitir vender a precios tan bajos." Los rumores sobre nacionalización comenzaron a raíz del informe para 2008 de la NOC cuyos expertos sugerían la necesidad de modificar la política basada exclusivamente en ARPs. Algunos diplomáticos afirmaron que se trataba de una amenaza para presionar a las empresas petrolíferas de cara a las próximas negociaciones.

16 de Febrero de 2009. Gaddafi instó a los libios a que apoyen su plan para recuperar los ingresos del petróleo.
(extractos traducidos de la noticia)
El líder libio Muammar Gaddafi pidió el sábado a los libios que le apoyaran en su propuesta de destituir al gobierno y entregar los beneficios del petróleo directamente a los 5 millones de ciudadanos del país. Su plan de entregar los ingresos del petróleo directamente a los libios se ha encontrado con la oposición de los altos cargos, que se verían abocados a perder sus puestos de producirse la purga que Gaddafi quiere llevar a cabo para terminar con lo que él denomina estado de corrupción persistente y generalizada. Cargos como el Primer Ministro Al-Baghdadi Ali al-Mahmoudi y el Gobernador del Banco Central, Farhat Omar Bin Guidara, advirtieron a Gaddafi en Noviembre que su proyecto terminaría dañando la economía del país miembro de la OPEP.
"No tengáis miedo de tomar directamente el dinero del petróleo y la responsabilidad de crear las estructuras de gobierno necesarias para el bien de nuestro pueblo." dijo Gaddafi a los representantes del Congreso Popular Libio. El Congreso Popular es la espina dorsal del régimen de la Yamahiriya libia. Constituye el máximo órgano ejecutivo y legislativo. Representa al pueblo a nivel regional y local y vota las leyes y las decisiones políticas del gobierno. (...) Muchos libios afirman que no se han beneficiado del aumento de la producción petrolífera y la inversión extranjera desde que en 2003 terminó (...) su aislamiento internacional. (...) "La administración ha fallado y la economía estatal ha fallado. Ya está bien. La solución es que nosotros los libios nos apropiemos directamente del dinero del petróleo y decidamos qué hacer con ese dinero." dijo Gaddafi, en un discurso retransmitido por la TV pública. Gaddafi urgió a una profunda reforma de la burocracia gubernamental, afirmando que el sistema ministerial tenía que ser desmantelado para librar a los libios de la corrupción y la mala gestión. "Estos ministerios deben devolver al pueblo la propiedad de todas las escuelas, fábricas, granjas, de todas las empresas públicas y el dinero del petróleo."

4 de Marzo de 2009. El Congreso retrasa el plan de reparto de petróleo de Gaddafi.
(extractos traducidos de la noticia)
El Congreso Popular de Libia (...) ha votado retrasar el plan de Gaddafi de disolver el gobierno y entregar el dinero del petróleo directamente al pueblo. (...) Existe una inusitada atmósfera de oposición entre los altos cargos del gobierno, que consideran que semejante plan causará estragos en la economía nacional, provocando el descontrol de la inflación y la fuga de capital. El propio Gaddafi advirtió a los libios que el plan, que promete rentas de hasta 23.000 dólares anuales para el millón de ciudadanos con menores ingresos, podría provocar al principio un cierto caos. "No tengáis miedo a experimentar nuevas formas de gobierno" dijo, antes de proceder a la votación y advirtió: "Este plan es para ofrecer un futuro mejor a nuestros hijos. Si lo hacéis fracasar, yo me lavaré las manos, pues será responsabilidad vuestra." (...) En las votaciones efectuadas (...) solo 64 de los 468 miembros del Congreso del Pueblo votaron por el plan de apropiarse del dinero inmediatamente. 251 aceptaron el plan en principio, pero pidieron que se retrasara hasta que fueran tomadas las medidas apropiadas. (...) Esto permitirá retrasar el proyecto por lo menos unos cuantos meses, dando así tiempo a desactivarlo.


Creo que la lectura de estos tres artículos sorprenderá a más de uno. El Gaddafi tirano, estalinista, napoleónico, proburgués y capitalista del que nos han hablado los medios de izquierda aparece aquí, en estas noticias escritas por y para consumo más bien privado de capitalistas, como un radical comunista dispuesto a cargarse hasta el aparato burocrático de su gobierno y a realizar un reparto directo de la riqueza nacional. Vemos cómo la oposición a Gaddafi surge precisamente de entre las élites políticas y no del pueblo. Vemos cómo el Congreso Popular logra aplazar unos meses el plan de Gaddafi de repartir la riqueza directamente al pueblo, una vez nacionalizado el petróleo. Y vemos cómo tras esos meses, aparecen grupos armados dirigidos por un ex-ministro afirmando representar al pueblo.
¿Alguien puede creer que el pueblo libio va a oponerse a este plan, va a levantarse en armas para pedir la cabeza de quien se ha atrevido a proponer la nacionalización del petróleo y el reparto directo de sus beneficios a todos los libios?
Leyendo estas noticias ¿puede todavía un marxista mantener que las revueltas en Libia, o mejor dicho, que el golpe de estado en Libia, es popular y justificado?


(Añadido del 26 de Marzo)

Para aquellos que todavía dudan de la autenticidad de las pruebas aportadas, incluyo otra más, tomada del blog Librexpresión.




Además, un amable comentarista me ha hecho saber de la existencia de una cronología similar a la que se ofrece en este post, pero más completa. Como dice su autor, los que mantienen que en Libia hubo una revolución popular, deberán desmentir estos datos. Que su razón les haga despertar ya que no lo ha hecho su corazón, tras ver a tanta gente inocente asesinada.
Puede consultarse aquí.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Zahi Hawass no es Indiana Jones.

Se veía venir que, como pasó en Irak, uno de los pequeños inconvenientes de las "revoluciones cívicas" dirigidas no se sabe por quién y con no se sabe qué ideas políticas iba a ser la destrucción y el expolio del patrimonio arqueológico nacional. Nacional y de toda la Humanidad: si a principios de la década pasada se destruía una de las dos bases de nuestra civilización, Mesopotamia, en esta década probablemente se destruirá la otra, Egipto. Es como si en las postrimerias de la historia, esta barbarie definitiva y total que es el capitalismo, quisiera acabar con todo: no solo con el futuro de la Humanidad, también con su pasado.
Hace un par de días el Ministro de Antigüedades egipcio, Zahi Hawass, dimitió de su cargo ante la imposibilidad de evitar el saqueo. La razón es sencilla: se le ha privado del personal de seguridad que hasta ayer protegía las inmensas riquezas arqueológicas de todo el país.
Cualquiera que tenga un mínimo interés por la historia antigua conoce a Zahi Hawass. Es el arqueólogo egipcio que durante los últimos diez años se había encargado del Consejo Superior de Antigüedades. Las Antigüedades son algo tan importante en Egipto que el 31 de Enero pasado fue creado un Ministerio exclusivo para este área, cuya cartera fue otorgada por el Gobierno al doctor Hawass.
Hawass es un hombre de innegable capacidad de trabajo y de gran talento. Se decía que se encargaba de supervisar personalmente los más mínimos detalles de la inmensa cantidad de cuestiones que están relacionadas con las antigüedades en Egipto. No solo se limitaba a las tareas de gestión: seguía ejerciendo como científico y como arqueólogo y además se implicaba personalmente, y con notable éxito, en las campañas de divulgación y publicidad imprescindibles para atraer divisas.
A pesar de su labor titánica y su carisma, a pesar del respeto y admiración que suscita en los egiptólogos de todo el mundo, a pesar de la sana envidia que muchos arqueólogos extranjeros -entre ellos los nuestros- sienten al comparar a este gestor y científico con los lameculos incompetentes que suelen pulular por nuestros lares, a pesar de todo ello, ya era perceptible desde hacía años que los medios de comunicación occidentales hablaban a menudo de él con adjetivos claramente peyorativos. Ante la noticia de su dimisión, El País, nos lo presentaba el otro día como el "faraón que todo lo controlaba" e incidía en que este hombre era el ojito derecho de Mubarak. Lo que el avispado lector de El País debe deducir es que, como Mubarak es un tirano, entonces, Zahi Hawass, es un amigo y colaborador de tiranos. Está claro.
Pero antes de que la prensa internacional nos descubriera, hace un mes, que Mubarak es un tirano, las acusaciones de querer controlarlo todo (como si eso fuese malo en un ministro cuyo trabajo debería ser precisamente ése), de protagonismo y hasta de corrupción eran igualmente frecuentes. ¿A qué se debe tanta inquina contra este hombre?
Bueno, pues no es difícil adivinarlo. Zahi Hawass ha sido el firme y convencido defensor de esta idea: el patrimonio arqueológico de Egipto no está en venta: es un bien público propiedad de los egipcios. Esto le ha llevado a enfrentarse sin descanso contra hombres muy fuertes del gobierno de Mubarak, como el magnate siderúrgico Ahmed Ezz, que pretendían privatizar la gestión y propiedad del patrimonio. Pero también le ha llevado a acabar por primera vez en la historia de Egipto con el saqueo y el mercado negro de antigüedades, financiado por millonarios coleccionistas europeos y americanos. No sólo eso: había iniciado una campaña legal y diplomática sin precedentes para exigir a los museos europeos y americanos que devolviesen las obras de arte que habían robado a los egipcios durante los últimos dos siglos.
A causa de su dedicación a la arqueología y su sombrero, Zahi Hawass era comparado con Indiana Jones. Pero más allá de este parecido, lo que resaltan son las abismales diferencias: el repugnante personaje de Spielberg es un ladrón de antigüedades, un asesino, un agente del colonialismo y, sin duda, una ridícula caricatura de un hombre de ciencia. Zahi Hawass es todo lo contrario: un protector de antigüedades, un divulgador, un servidor de su nación y un gran sabio. Zahi Hawass, en una película de Indiana Jones, sería el malvado moro al que hay que matar porque se empeña en impedir al intrépido Indiana saquear una tumba.
Este es el tipo de cosas que llevan a que El País hable mal de ti. Y este tipo de políticas, que pretenden evitar que el capital lo destruya todo, incluso el legado de las civilizaciones más antiguas, son a las que las revoluciones cívicas de colores quieren poner fin.
La prensa nos habla de ladrones y saqueadores y nosotros pensamos en desharrapados fanáticos con turbante y lamentamos lo ignorantes y malvados que son los egipcios, capaces de destruir su patrimonio por unas "rupias". Pero Zahi Hawass nos dice "Imaginad que durante solo una semana, todos los museos de Roma o de Londres quedan sin vigilancia. ¿Creéis que la gente los respetaría?" ¡Claro que sí, los europeos somos muy civilizados! Por eso las antigüedades egipcias, donde mejor están es en manos de los coleccionistas privados, como ya lo están las de Mesopotamia.

Os dejo con lo único que, de no mediar un milagro, nos va a quedar del antiguo Egipto -las imágenes de archivo. En estos dos vídeos Zahi Hawass nos habla primero de la posibilidad de que las tumbas de Marco Antonio y Cleopatra se encuentren en el templo de Taposiris Magna y después de la impresionante pirámide escalonada. Con su capacidad de gran comunicador, nos hace sentir amor por un pasado que 50 siglos no han sido capaces de borrar pero que las sucias botas de un marine disfrazado de Revolución de Jazmín están a punto de aplastar para siempre.





jueves, 3 de marzo de 2011

El misterio del Grupo Islámico Combatiente Libio.(GICL)

Tengo la convicción de que, ante la inundación de mentiras mediáticas, una de las armas más poderosas es la hemeroteca. Los medios nos presentan desde hace un mes a Libia como un país en el que la población se opone mayoritariamente a Gaddafi desde posicionamientos ideológicos próximos a los ideales occidentales de democracia liberal. Los propios intelectuales de izquierda, como Santiago Alba Rico, afirman que la oposición a Gaddafi no tiene "ni asomo de socialismo, pero tampoco de islamismo". Lo que no acaban de explicar es a qué se debe tan repentino cambio. Porque hasta hace apenas un año, la única oposición digna de tal nombre que tenía el gobierno Libio era un grupo nominalmente islamista, el Grupo Islámico Combatiente Libio.
Ahora ningún medio nos habla de ellos. Así que habrá que investigar qué nos decían hace años.

Este grupo fue creado oficialmente hace 15 años. Muchos de los integrantes fundadores del GICL eran excombatientes contra la ocupación soviética de Afganistán, entrenados y subvencionados como los talibán, por la CIA. Muchos movimientos islamistas libios disconformes desde hacía años con las injusticias sociales del régimen fueron captados por el GICL, que los manipuló para luchar por sus intereses. A partir de la constitución de este grupo supuestamente islamista en 1995, lo que hasta entonces habían sido pequeños y esporádicos enfrentamientos, pasaron a convertirse en una seria amenaza interna al régimen de Gaddafi.
En ese 1995, de repente, los insurgentes supuestamente islamistas cobran una capacidad operativa inusitada.
En Junio logran infiltrarse en las fuerzas de seguridad y liberar a uno de sus líderes, preso en un hospital. En Agosto consiguen, también con infiltrados, asaltar la prisión de Bengasi y liberar a más activistas. Gaddafi pone en máxima alerta a sus fuerzas de seguridad y denuncia que los ataques están provocados por elementos entrenados y financiados desde Sudán por un agente llamado... Bin Laden -por entonces, un perfecto desconocido para la opinión pública.
En Septiembre, surge una insurrección popular contra Gaddafi en Bengasi. La insurrección fue eliminada tras un centenar de muertos por ambos bandos. Llama la atención que esa ciudad, que hasta ayer era un nido de islamistas radicales, hoy se haya convertido en el centro de la democracia y el liberalismo libios.
¿A qué se debe este estallido islamista tan repentino? Una de las claves ya la hemos dado: un tal Bin Laden se había instalado en Sudán para entrenar activistas. Pero aun más importante y significativo es el hecho de que los miembros del grupo GICL, aunque eran considerados terroristas por la UE, recibieron asilo político en Gran Bretaña. Asilo político... y algo más.
En Febrero de 1996, el GICL organiza un espectacular atentado contra Gaddafi, que mata a varios de sus guardaespaldas. Un ex agente del MI5 ha revelado que el gobierno británico financió el fallido intento de magnicidio con 160.000 dólares.
Sería prolijo enumerar el listado de acciones terroristas e intentos de rebelion protagonizados por este grupo armado. Quien esté interesado puede consultar este artículo.
Ya nos hemos referido en otro post al cambio de orientación que da Gaddafi a su política económica e internacional a partir de la proclamación por parte de Bush de la War on terror. A partir del momento en que Gaddafi abre las puertas a las transnacionales petroleras -la mayor parte de las cuales son, casualmente británicas- se desencadenan una serie de sorprendentes y repentinos cambios con respecto al GICL, acontecimientos que van acompañados de un rápido descenso de su actividad.
-El 10 de Octubre de 2005, el Reino Unido declara ilegal al grupo al que hasta entonces protegía y financiaba.
Comienza a difundirse la falta de apoyo de al Qaeda al GICL
-En 2006, el gobierno de Libia inicia conversaciones de paz con el GICL dirigidas por Sayf al-Islam Gaddafi.
-En 2009, los ideólogos del
GICL rompen oficialmente con las tesis de la supuesta organización islamista al-Qaeda.
-El 17 de Febrero pasado, 110 prisioneros del GICL son puestos en libertad por el gobierno de Gaddafi.

Esta sucesión de hechos indica claramente que la mayoría de activistas del GICL eran personas justamente ansiosas de mejoras sociales manipulados por los servicios de inteligencia occidentales y al-Qaeda para derrocar a Gaddafi. Cuando Gaddafi dejó de ser un enemigo para occidente y los saudíes, los militantes y presos del GICL fueron abandonados a su suerte.

Ahora, cuando Gaddafi había conseguido acabar con la amenaza del GICL y se estaba aproximando a la política venezolana de nacionalización del petróleo, surge de nuevo una revolución en Bengasi, un nuevo intento de golpe de estado. Pero esta vez ya no se trata de supuestos islamistas. Milagrosamente, tan milagrosamente como surgió el GICL, surge un comité ciudadano de ideología difusa encabezado por un ministro de Justicia que ha traicionado a Gaddafi y un tal Hafiz Gogha, del que nadie, ni los propios libios, había oído hablar hasta ayer.

La clave del asunto nos la ofrece, sin querer, Jean-Pierre Filiu: "Las sublevaciones populares han acabado en semanas con regímenes que Al Qaeda amenazaba, pero a los que nunca puso en peligro a lo largo de sus 20 años de existencia." Lo que hay que entender con esto es lo siguiente: al-Qaeda no ha logrado uno de los objetivos para el que había sido creada por Zbigniew Brezinski: desestabilizar a estos países bajo supuestos principios islamistas, logrando arrastrar tras de su bandera a una gran base social. Al contrario que los españoles con el PSOE, los musulmanes han descubierto la impostura: al-Qaeda no tiene nada que ver con lo que predica, sino que es un engendro de la CIA.
Por eso es preciso crear de la nada un nuevo movimiento popular que no sea ni socialista ni islamista, sino tan difusamente "rebelde" como un anuncio de Pepsi o un concierto de Víctor Manuel y Ana Belén, carente de ideología para que suscite simpatía y apoyo universales: desde Losantos hasta Santiago Alba Rico, todos deben apoyarlos. Porque así, con ese apoyo masivo, será apoyada también la invasión militar, ésa que parece revelarse para las transnacionales como la única manera posible de acabar con Gaddafi, una vez que la financiación de la disidencia externa se ha demostrado infructuosa.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Suflé de espinacas y requesón.

Resulta extraño ponerse a cocinar y, peor aún, hablar de cocina con la que está cayendo, pero a mí me sirve de evasión, supongo que como a otros pintar, cuidar sus plantas o echarse una partida de cartas. Además, comer es de esas cosas que hay que hacer quieras o no. Así que, al menos, vamos a disfrutar ahora que todavía podemos.
La palabra suflé (soufflé) significa inflado. Esto que vamos a cocinar hoy no es exactamente un suflé, porque en el suflé se utilizan sólo las claras de los huevos -y eso es lo que hace que se hinche como un globo -y luego, con el tiempo se vaya desinflando, también como un globo. Por eso nuestro suflé tendrá una consistencia ligera y esponjosa, más parecida a la de un flan.

Ingredientes:
-Masa de hojaldre
-300 gr de espinacas.
-150 gr de requeson (o queso fresco de untar)
-150 gr. de nata.
-1 puerro,
-2 chalotas,
-Aceite de oliva,
-Mantequilla,
-100 gr de fiambre de pavo,
-4 huevos,
-Sal,
-Pimienta.

Modo de elaboración:
1. Untamos con mantequilla un molde de horno para que no se nos pegue el hojaldre.
2. Cogemos una lámina de hojaldre de esas precocinadas y cubrimos el fondo y los laterales del molde con ella, pues estamos haciendo una especie de tartaleta gigante. Es posible que la lámina no tenga el tamaño deseado. De ser así, podemos extenderla más si la amasamos con un rodillo -a cambio, claro está, la masa quedará más fina. Recordemos que para amasar hojaldre es preciso enharinar la herramienta con la que lo vayamos a hacer o se nos pegará.
3. Introducimos el hojaldre en el horno precalentado a 200 grados durante 5 minutos, ya que de momento se trata de darle solo un golpe de horno para que el hojaldre se seque.
4. Una vez retirado del horno, cubrimos el fondo con fiambre de pavo hecho pedacitos.
5. Vamos ahora con el relleno. Si las espinacas son congeladas, las descongelamos y las escurrimos al máximo, para que pierdan todo el agua que sea posible. Para ello podemos ponerlas en un escurreverduras y aplastarlas. Si son crudas las usamos tal cual.
6. En una sartén, vertemos un chorro de aceite y ponemos a pochar el puerro y las chalotas bien picados. Cuando estén tiernos y doraditos, añadimos las espinacas y las rehogamos durante cinco minutos.
7. Añadimos el requesón o queso fresco para untar, salpimentamos y removemos para que se mezcle bien.
8. Vertemos el contenido de la sartén en un bol y lo pasamos por la batidora.
9. En el mismo bol, añadimos los 4 huevos y la nata y volvemos a batir la mezcla. Nos quedará una crema verde de lo más vistosa.
10. Vertemos esta crema sobre el hojaldre uniformemente y volvemos a introducirlo en el horno. En esta ocasión a 140 grados durante unos veinte minutos.

Listo. Puede comerse caliente o como aperitivo frío, partiéndolo en pequeñas porciones.
No ha sido a cosa hecha, pero ahora veo que este plato es igualito a la bandera de Libia. ;) Sirva como homenaje a esta nación que, de no suceder un milagro, pasará a ser la próxima víctima de la rapiña capitalista.