jueves, 30 de septiembre de 2010

Golpe de estado en Ecuador.

La historia se repite: hace ya más de un siglo que el país de la democracia se dedica a organizar golpes de estado a sus vecinos del sur. En esta nueva fase, la del sonriente y Nobel de la Paz Hussein Obama, primero fue Honduras y ahora parece que le toca el turno a Ecuador. Esto nos recuerda a la época Kissinger, otro Nobel de la Paz, a los años setenta, y a los genocidios en países como Chile, Argentina y Paraguay. Y es que cada vez que América Latina levanta la cabeza y se rebela contra el yugo asesino del imperialismo gringo y las oligarquías colaboracionistas nacionales, la sangre civil vuelve a cubrirla de parte a parte.
Las noticias son confusas, pero, según informa Telesur, el Presidente Correa permanece secuestrado por elementos de la policía ecuatoriana. La excusa, en esta ocasión, ha sido la petición de un aumento de sueldo por parte de las fuerzas policiales, pero ya hemos visto demasiadas veces a los golpistas para sospechar que existen razones más profundas. Una vez más, la ultraderecha se esconde trás un motivo económico para derrocar un régimen democrático. La falta de reacción del otro cuerpo armado del país, el ejército, para defender a quien es su comandante en jefe no da ninguna buena espina.
La caída de Correa supondría el fín de la revolución ecuatoriana que apenas había comenzado y el de las aspiraciones de justicia por parte de la población indígena y del pueblo trabajador ecuatoriano tantos siglos objeto de opresión y genocidio. Chávez, que ha podido comunicarse con su homólogo ecuatoriano, afirma que el Presidente se encuentra en grave peligro de muerte.
Una vez más, los gobiernos "democráticos" condenarán el golpe de Estado sin mover un dedo y se sentarán a cenar a los pocos meses con el golpista asesino que ocupa el lugar del legítimo presidente elegido por el pueblo. Igual que ocurrió con Honduras, igual que viene ocurriendo desde que las democracias capitalistas eliminan a los presidentes contestatarios y aúpan a los títeres que les siguen el juego mientras llenan sus bolsillos gracias a la miseria de sus conciudadannos.
Si el pueblo ecuatoriano no está dispuesto hoy a morir y a matar por su libertad mañana será ya tarde y los únicos que matarán serán los de siempre. Que Dios les ayude.

Comiendo fuera. Hoy: Zuberoa.

Pues no, no sé cuántas estrellas Michelín tiene ahora mismo, ni cuántas tuvo otros años este restaurante. Las estrellas Michelín me merecen tanta confianza como el sello de Microsoft en un programa informático o la lista de los 40 Principales. Vamos, que cada estrella Michelín que ostenta un restaurante es para mí como una señal de peligro. Prefiero no imaginarme cómo se obtienen o cómo se pierden estas estrellas infamantes porque si lo hago se me quitan las ganas de comer.
Afortunadamente, estrellado o no, Zuberoa está ligado a algunos buenos recuerdos del pasado. Cuando había que celebrar algo muy especial, una manera de tirar la casa por la ventana -costumbre en verdad muy vasca- era encargar mesa donde Arbelaitz.
El restaurante Zuberoa se encuentra en Iturriotz, uno de los barrios de Oiartzun. El barrio era muy bonito hasta hace poco. Además del entorno natural, cuenta con edificios de cierta solera y belleza, como el caserío donde se ubica el propio restaurante y la casa-torre del siglo XIV. La casa-torre amenaza ruina desde hace tiempo, pero no hay dinero para restaurarla. Para lo que sí que hay es para construir unos preciosos bloques de pisos y una utilísima rotonda. Sugiero añadir un macropárking subterráneo y una plazoleta cuadrada con columpios de colores y suelo blando de caucho y poliuretano. Un Museo del Estropajo de Aluminio diseñado por Moneo ya sería demasiado pedir. Pero soñar es gratis...

Afortunadamente el caserío del siglo XVI en que se encuentra Zuberoa se mantiene en su rincón arbolado un poco al margen de tanto destrozo y no muy distinto a como lo recuerdo en mi infancia. Además del comedor principal, que está situado en una terraza cubierta, tan cubierta que apenas es terraza, Zuberoa tiene comedores privados, que no he tenido el honor de utilizar nunca. En cualquier caso, la decoración y el estilo del salón es sobrio y elegante, sin ese diseño minimalista propio de heladerías y cajas de ahorros. Como el aire se colaba por uno de los laterales y el día era un poco húmedo, habían encendido las clásicas estufas de terraza con forma de seta (que, ante la inminente y orwelliana ley anti-tabaco va a ser el único recurso del hostelero para no arruinarse.)
El servicio también es excelente. Los platos se sirven a su tiempo, el trato está en el punto perfecto de amabilidad y discreción y todo funciona con la suavidad y facilidad con que lo hace un engranaje bien diseñado.
Pero vamos a lo importante en un restaurante. Aunque Zuberoa está considerado como sitio de lujo, no hay que confundirse: aquí se viene a comer, no a hacer meditación zen mientras masticas un trozo de molleja con plastidecor sometida a una cadena de quemado en frío... Sí, estoy pensando en el maestro de las cremaciones, liofilizaciones y combustiones controladas (bueno, a veces no tan controladas.) Tengo entendido que en estos momentos, nuestro Nerón se encuentra en Shangai. Esperemos que le vaya todo bien. El sistema penitenciario chino es estricto y no queremos que el mundo se pierda a ese gran artista.
Estas invectivas las pongo de aperitivo para que, así, teniéndolas presentes, los platos que vengan a continuación resulten mucho más dulces por contraste.
Al elegir el menú, sin darnos cuenta más que cuando ya estaban pedidos los platos, nos salió un menu sinfónico, con sus leit motiv y todo. Los leit motiv eran el bogavante y el pichón. Es verdad que cuando voy al bar y me pido un pincho de tortilla de bacalao y una croqueta de idem, ya estoy haciendo un almuerzo sinfónico. Pero cuando se va a estos sitios tan sibaritas no es posible evitar la pedantería. No quiero ni pensar la fuerza de voluntad que debe tenerse si se trabaja en ellos un día tras otro. Que se lo digan a nuestro Lucio Domitio Claudio.

Empezamos, pues, con una ensalada de bogavante. Llevaba una vinagreta de trufas increíblemente deliciosa. Los trozos de bogavante no eran rácanos y su textura y sabor los que cabe esperar de tan selecto crustáceo.
También llevaba trufas el risotto con foie-gras y salsa de pichón, quizá el plato más delicioso de los cuatro que pudimos probar. El arroz se presentaba de manera absolutamente tradicional y no, como cabía esperar en un sitio de este nivel, adoptando forma de espiral de Moebius. Ni que decir tiene que el punto del risotto era perfecto, con la untuosidad característica. Los generosísimos trozos de foie no podían tener una textura más fina y un sabor más intenso y la salsa de pichón, muy sabrosa, anticipaba el pichón asado que nos aguardaba en el segundo plato. El dato más alarmante de todos es que el plato era inmenso. Es como si te lo hubiese puesto la abuela. ¿Que hace una ración como tú en un sitio como este?

El bacalao ajoarriero con bogavante consistía en exactamente lo que su nombre indica y, en este sentido, puede considerarse como un generoso 2x1. Muy buenos tanto el bogavante, que ya había sido probado en la ensalada, como el bacalao. Eso me recuerda que tengo que hacer ajorriero un día en casa. Ya os contaré cómo me sale.

El pichón asado al romero se presentaba, tal como puede verse en la foto, de esta guisa tan tradicional y apetecible y con romero de ese que se coge del campo, no de los que vienen en bote. Me extraña, de todos modos, porque a Zuberoa no le he visto jardín de hierbas en la entrada. (Sí; esto es otra indirecta contra el augusto -a ver si no me termina pasando como a Lucano.)
No tomamos postre pero sí un magnífico café que acompañaron con tejas y cigarrillos de Tolosa y otros petit fours, como les llaman ellos..
Aunque este es un blog halal y yo no bebo vino, mencionaré para los interesados que la carta de vinos es casi una enciclopedia e incluye variedades de países que no es habitual encontrar en restaurantes. Yo me pedí un zumo de tomate buenísimo y bien condimentado.

Da gusto comprobar que este lugar al que iba de niña con mis padres, no ha sucumbido a las modas vigentes gracias a las cuales las cocinas no huelen a comida sino a placa solar.
Tanta maravilla tiene una pega: el precio. Digamos que comer de carta con postre y copas puede salir a 120€ o más por persona. Yo no sé si es un precio desproporcionado o no. Seguramente sí. Pero creo que dentro de los michelines o ex-michelines, Zuberoa es uno de los sitios de los que puedes salir contento, sin necesidad de autoconvencerte de que no te han engañado sino de que, simplemente, no sabes de gastronomía. Así que vale la pena ahorrar un poco y disfrutar de alguna de esas ocasiones especiales que ocurren unas cuantas veces en la vida.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Gelem, gelem

Hace varios milenios comenzó a producirse un cambio notable en muchas de las antiguas civilizaciones humanas. El célebre historiador marxista V. Gordon Childe describió el modo en que unas sociedades basadas en la cooperación se transformaron en sociedades basadas en la explotación. Lo hizo con las herramientas del materialismo histórico y bautizó a este proceso como "Revolución Urbana". Desde entonces este modelo explicativo apenas puede ser discutido en sus líneas generales salvo en cuestiones de detalle.
La revolución urbana se debió a que las mejoras técnicas en la producción de alimentos generaron excedentes que a su vez generaron una fuerte división entre clases productoras y clases improductivas -sacerdotes, guerreros y jefes. Para que éstos últimos fuesen capaces de someter con ideología o con armas a aquéllos y poder mantener así su posición de privilegio ha sido necesario el empleo durante todos estos milenios de tal cantidad de mentira, injusticia y violencia que con razón puede decirse que desde entonces, el mundo ha sido un infierno progresivamente más sofisticado y global.
Poco a poco todos los pueblos se han ido sumando, por la fuerza o voluntariamente, por contagio o por evolución propia, a esta revolución urbana que en suma consiste en que un 90% de la humanidad sea esclava del resto. En las cunetas de la historia millones de víctimas anónimas jalonan este proceso. El Estado en sus diversas versiones es la forma política en que han cristalizado estas relaciones de explotación.
Ha habido sin embargo un pueblo de irreductibles que se ha negado a adoptar el modelo de sociedad de explotadores y explotados. Su organización tradicional ha permitido que los lazos de parentesco y de comunidad prevalezcan ante el embate de los que pretendían asimilarlos al sistema de explotación masiva. El pueblo gitano no necesita un estado, porque no quiere ni explotar ni ser explotado. Ese es su orgullo y eso es también lo que nunca les han tolerado los opresores, que ejercen sin cesar una presión sobre los gitanos que quizá ningún pueblo más que éste habría podido soportar. A esa presión social y policial permanente se unen periódicas deportaciones y actos genocidas, como el hoy tristemente célebre de Francia.
En España se registró bajo el reinado del borbón Fernando VI uno de los primeros intentos modernos conocidos de genocidio. El marqués de la Ensenada se encargó de realizar una operación para capturar e ingresar en campos de trabajo a todas las familias gitanas del Reino. Su objetivo era acabar con la raza, dejándoles morir en los campos de concentración y sin descendencia. Las idiosincráticas desidia, inoperancia e imprevisión hispanas lograron que el plan no prosperase. Poco después, incluso Carlos III, uno de los reyes más dignos y por ende más odiados por la chusma patria, mostró su repugnancia y vergüenza por el intento de genocidio de su antecesor en el trono.
Pero el dato más revelador de este episodio de la historia de España es que sigue siendo prácticamente desconocido. La Gran Redada se ha dado a conocer gracias a los esfuerzos casi solitarios de investigadores como Antonio Gómez Alfaro.
Los gitanos no importan a nadie. Y es que quien no esclaviza y quien no quiere ser esclavo no suscita interés. Si no se obtiene nada adulándolo ni se le puede explotar ¿para qué sirve un hombre?.
Tampoco suscita hoy el menor interés ese millón de gitanos que fueron exterminados durante el Holocausto. Todo el mundo sabe lo que fue la Shoah, centenares de películas nos hablan de ello. Pero casi nadie sabe lo que fue el Porrajmos. Quizá por eso siga existiendo y se siga tolerando.
La tragedia de su permanente persecución por parte de nosotros, los civilizados payos, es tan consubstancial al pueblo gitano que su himno nacional, -una nación no solo sin estado, sino sin afán de tenerlo- es el terrible relato de los hechos acaecidos hace 70 años en la Europa que de nuevo los ve repetirse. El romà yugoslavo Jarko Jovanovic, a partir de una canción popular de los gitanos del Este, compuso Gelem, gelem, un lamento por las víctimas gitanas de los campos de concentración nazis.
Hace tiempo que no estaba tan justificado como en estos tristes días entonar de nuevo este bellísimo himno nacional.







Gelem, gelem lungone dromensar
maladilem baxtale Rromençar
A Rromalen kotar tumen aven
E chaxrençar bokhale chavençar

A Rromalen, A chavalen

Sàsa vi man bari familja
Mudardás la i Kali Lègia
Saren chindás vi Rromen vi Rromen
Maskar lenoe vi tikne chavorren

A Rromalen, A chavalen

Putar Dvla te kale udara
Te saj dikhav kaj si me manusa
Palem ka gav lungone dromençar
Ta ka phirav baxtale Rromençar

A Rromalen, A chavalen

Opre Rroma isi vaxt akana
Ajde mançar sa lumáqe Rroma
O kalo muj ta e kale jakha
Kamàva len sar e kale drakha

A Rromalen, A chavalen







Anduve, anduve por largos caminos
Encontré afortunados romà
Ay romà ¿de dónde venís
con las tiendas y los niños hambrientos?

¡Ay romà, ay muchachos!

También yo tenía una gran familia
fue asesinada por la Legión Negra
hombres y mujeres fueron descuartizados
entre ellos también niños pequeños

¡Ay romà, ay muchachos!

Abre, Dios, las negras puertas
que pueda ver dónde está mi gente.
Volveré a recorrer los caminos
y caminaré con afortunados calós

¡Ay romà, ay muchachos!

¡Arriba Gitanos! Ahora es el momento
Venid conmigo los romà del mundo
La cara morena y los ojos oscuros
me gustan tanto como las uvas negras

¡Ay romà, ay muchachos!

jueves, 23 de septiembre de 2010

"El problema."

De este modo se refieren los saharauis a cualquier cuestión política que tenga que ver con su pueblo. Lo hacen así sabedores de que en cualquier momento pueden estar siendo espiados por informadores mercenarios pagados por el Reino de Marruecos.
El pasado fín de semana se proyectó en el Zinemaldi de Donosti el documental titulado precisamente así: "El Problema: Testimonio del Pueblo Saharaui."
Sí, junto a los tacones de vértigo de Julia Roberts y la publicidad machacona del último truño de película protagonizada por ella, queda un espacio de cortesía, aunque muy reducido, para el cine no estrictamente basura. El cine ideológico a veces nos trae sorpresas. No siempre se trata de exiliados cubanos o pobres mujeres iraníes que nos cuentan qué bien haríamos en invadir sus respectivos países e instaurar una democracia tan maravillosa como la nuestra. El documental que este año acapara la atención ha sido rodado por Jordi Ferrer y Pablo Vidal durante cinco largos años en los que han tenido que moverse en la clandestinidad, vigilados de cerca por la eficiente policía marroquí.
No solo contiene escenas de una violencia repugnante y explícita sino que nos narra la vida claustrofóbica del pueblo saharaui, encerrado en un territorio del que no pueden salir o entrar con libertad y en el que se saben espiados y controlados hasta límites psicológicos intolerables. Conviene precisar que el documental no habla de los saharauis exiliados en los campamentos argelinos sino de los que continúan viviendo en la antigua provincia española de El Ayun.
Aunque los autores del documental lo han ofrecido de forma gratuita a todas las televisiones españolas, ninguna ha querido emitirlo. De nuevo, como es habitual, se produce un divorcio entre la población del estado español que apoya masivamente la causa saharaui y las autoridades políticas que, indefectiblemente, miran hacia otro lado mientras siguen haciendo negocios con el tirano de Marruecos.



De todos modos no hay que llevarse a demasiado engaño. Si un festival tan políticamente correcto como el de San Sebastián, financiado por entidades bancarias y demás ladrones y con total apoyo de las instituciones, tolera y hasta fomenta la emisión de este documental, ello es debido al mantenimiento de la ambigua política exterior ya tradicional con Marruecos, consistente en dar una de cal y otra de arena, en bajarse un día los pantalones y sacar la banderita española al siguiente. Tiene su gracia que en San Sebastián las mismas autoridades que encarcelan y torturan a los separatistas locales se muestren tan sensibles con los separatistas de allende sus fronteras. Los autores del documental parecen haberse curado en salud y dejan creer al público no versado en el tema que los saharauis nunca han recurrido a la violencia para liberarse de la brutal opresión marroquí -lo cual, desde luego, es falso, porque el Frente Polisario estuvo implicado muchos años en la lucha armada. Seguro que los telediarios marroquíes cuentan otra cosa muy distinta a sus ciudadanos. Quizá incluso hablen, imitando al reino vecino, para referirse a los torturados y encarcelados saharauis, del "entorno de los violentos."

También os dejo un vídeo en el que Amadeo Martínez Inglés, un coronel expulsado del ejército español a principios de los noventa por pedir el fín del servicio militar obligatorio y la profesionalización del ejército, (algo que, de todos modos llegaría pocos años después) nos resume el indigno papel que protagonizó su máximo superior, el Borbón, abandonando a su suerte a los saharauis que, en 1.975, tenían la nacionalidad española a todos los efectos. No tiene desperdicio. Buena digestión.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La lapidación de Sakineh es un montaje.


Una vez más, ante los nuevos datos disponibles -datos que ningún medio español ha publicado, que yo sepa- me decido a dar publicidad a este tema con la esperanza, no sé si muy fundada, de contrarrestar con un granito de arena la montaña de mentiras con la que los medios están sepultándonos. Mi intención es, sobre todo, aportar datos que ayuden a personas bienintencionadas que puedan leer esto a que se den cuenta de que están siendo engañados masivamente con el argumento de que lo que aparece en los periódicos, prensa y TV es mucho más fiable que lo que escriben "cuatro pringaos" en webs de información alternativa.
Especialmente triste me resulta encontrar a musulmanes y personas de ideología anti-imperialista que, acostumbrados como deberían estarlo ya a la manipulación y a las mentiras de que son objeto, piquen en este cebo y se unan al coro de los que piden que Irán se acabe con una práctica con la que hace mucho que se ha acabado. ¿Qué pensaríamos si, a partir de alguno de esos deplorables casos de muertes provocadas por rituales de exorcismo en nuestro país, Irán decidiese invadirnos afirmando que en España la Iglesia católica y las tropas del Rey fomentan y permiten tales prácticas?
No hace falta repetir que el caso de la supuesta lapidación de Sakineh Mohammadi-Ashtiani se ha convertido en la mejor arma ideológica para preparar la invasión, saqueo y destrucción de Irán. Quienes preparan desde sus gabinetes estas campañas mediáticas saben perfectamente que es absurdo invadir y bombardear un país y a su población como castigo a una lapidación. Pero saben que a las masas se les puede inculcar más odio y furia precisamente cuanto más absurdo sea el estímulo irritante.
Pero cada día que pasa vamos descubriendo que el caso de Sakineh no solo no supondría excusa alguna para una acción militar, sino que. además, es una absoluta mentira. Ya se intuía por la incoherencia de las noticias que se ofrecían sobre el asunto, pero hoy disponemos ya de nuevos datos. Es el testimonio de un activista que ha logrado entrevistarse con un alto funcionario iraní para pedirle cuentas por el caso de la lapidación de Sakineh y cuyas conclusiones principales se exponen en el siguiente artículo, publicado en la Red Voltaire.
Mientras Sarkozy, en una actuación sin precedentes en Europa desde el régimen de Hitler, ejecuta por un lado una deportación masiva de ciudadanos por motivos raciales, se dedica a enarbolar por otro la campaña humanitaria para evitar la lapidación de una mujer en la lejana Persia.
Resumo aquí el listado de las principales mentiras mediáticas que desmonta el artículo. Me pregunto cuánto habría que repetir esto y con qué voz para contrarrestar las manipulaciones de los medios.
1- Sakineh no ha sido acusada de adulterio, sino de asesinato. Su caso está siendo ahora revisado por el tribunal de apelación.
2- En Irán la Sharia no tiene entidad legal: la única ley en vigor es la votada en el Parlamento.
3- Hay otro imputado en el asesinato: es un hombre, un supuesto cómplice de Sakineh. Resulta curioso que nadie en Occidente pida que le indulten.
4- En Irán no existe la lapidación: la pena de muerte se ejecuta en la horca, nunca por lapidación. La Revolución Iraní abolió esta práctica que sí estaba permitida por el Shá de Persia, aliado de los EE.UU.
5- Pese a la apariencia de alegalidad e improvisación que pretenden transmitir los medios, el sistema judicial iraní, si bien muy severo en sus penas, es perfectamente transparente y sujeto a derecho.
6- El que se ha presentado en Occidente como abogado de Sakineh, Javid Hustan Kian, es un i mpostor: no es ni nunca ha sido su abogado. Se trata de un mienmbro de la organización terrorista Muyaidines del Pueblo que, desde el triunfo de la Revolución, lleva cometiendo atentados en Irán financiada por EE.UU e Israel.
7- Si fuese condenada a muerte por asesinato, Sakineh sería ejecutada cinco años después. Durante ese período la ley iraní permite que los familiares de la víctima -no el presidente de la república o cualquier otra autoridad- decidan si desean o no indultarla.
8- De los datos que ofrecen los medios sobre Sakineh es falsa hasta la foto.

Más información en voltairenet.org

jueves, 16 de septiembre de 2010

¿Canelones o borek?

El borek -o burek- es un plato originario de Turquía. En realidad es típico de casi todos los actuales países por los que se llegó a extender el Imperio Otomano. Pueden encontrarse variedades de burek lo mismo en Sarajevo que en Orán, lo mismo en el Kurdistán que en Grecia. Consiste el burek en una masa filo rellena de carne, verduras, queso, etc. normalmente con la fuerte condimentación característica de la región. La pasta filo es complicada de preparar porque para que esté rica y crujiente ha de ser muy fina, pero lograr amasarla fina sin que se rompa es todo un arte. En el palacio Topkapi, el sultán se mostraba generoso con los cocineros que supieran prepararle una masa filo tan fina como un papel. Hoy, no es necesario ser sultán para que los torpes disfrutemos de una masa filo decente de las que vienen ya hechas, congeladas o refrigeradas.
Yo creía que guardaba una de éstas en el congelador. Ya tenía mi relleno preparado cuando descubri que, por desgracia, no era cierto. Lo más parecido que encontré por los armarios fue pasta para canelones. .
Así que me salió un híbrido de las cocinas turca e italiana, mis favoritas, utilizando un sencillo relleno de burek y la pasta para canelones. Vamos al lío.

Ingredientes:
-1 paquete de pasta de canelones,
-250 gramos de carne picada de ternera,
-Quesitos en porciones,
-1 huevo,
-Queso rallado para gratinar,
-Sal,
-Pimienta,
-Perejil,
-Comino molido,
-1 chalota,
-Aceite de oliva.

Modo de elaboración:
Como seguramente nos indicará la caja de la pasta, ponemos a cocer las láminas con forma de sello de correos en agua hirviendo con una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén cocidos les demos un golpe de agua fría, lo justo para no quemarnos al y los extendemos sobre una superficie lisa y limpia. Hay que procurar separarlos cuanto antes. Si dejamos que se enfríen pegados, luego no habrá modo de separarlos sin romperlos. si no disponemos de una encimera o mesa amplias, podemos extenderlos directamente sobre la bandeja del horno que habremos untado previamente con un poco de aceite.
Vamos ahora a preparar el relleno.
Picamos una chalota muy fina y la mezclamos bien con la cerne picada. Batimos un huevo y lo añadimos también a la carne.
Salpimentamos la mezcla y la espolvoreamos con perejil y comino. Recordemos que éste último tiene un sabor bastante fuerte y aunque, en realidad, es el que otorga un sabor exótico al plato, puede no ser de nuestro gusto, así que deberemos controlar la cantidad. Para estas cantidades de carne, dos pellizcos son más que suficientes.
Vamos, ahora, a rellenar los canelones. Para ello, colocamos una cucharadita de carne picada y un trozo de quesito en porciones en un lateral del canelón. Luego los cerramos como un libro procurando pegar bien los bordes entre sí.
Una vez rellenos todos los canelones, los espolvoreamos con queso para gratinar y los metemos al horno precalentado a 180º durante 15 minutos, activando la función de gratinado en los últimos cinco.
Podemos tomarlos con salsa de yogur o de tomate.
Si nos sobra relleno, como me pasó a mí, os recomiendo preparar con él unas hamburguesas con queso. Están ricas de veras.
Affiyet olsun!

martes, 14 de septiembre de 2010

Pulpo rebozado a la mostaza.

Aunque el pulpo a la gallega es la reina de las recetas para este molusco cefalópodo, siempre podemos innovar un poco y dejar por una vez el pimentón guardado en la alacena. En esta ocasión vamos a presentarlo con un crujiente y sabroso rebozado.
Existen muchos trucos para cocer el pulpo correctamente, como el de introducir una patata en la olla (se supone que cuando esté cocida la patata estará cocido el pulpo.) Otro truco consiste en congelarlo. Por lo visto, de esta manera nos aseguramos de que está blando. Mi propuesta, sin embargo, es todavía más sencilla y consiste en comprar pulpo ya cocido. Así nos ahorramos todos los trabajos previos. No me considero una experta catadora de moluscos, pero yo creo que nos podemos encontrar pulpo cocido muy bueno y a buen precio en, por ejemplo, marcas blancas de supermercados.

Ingredientes:
-1 yogur,
-Medio vaso de leche,
-2 huevos,
-2 cucharadas soperas de mostaza,
-500 gr de pulpo cocido y troceado,
-Sal,
-Pimienta,
-Harina.
-Aceite de oliva.

Modo de elaboración:
En un bol vertemos un yogur cremoso, medio vaso de leche, 2 huevos, dos cucharadas soperas de mostaza, sal y pimienta. Batimos la mezcla con un tenedor -mejor que con la batidora. No importa si quedan unos pocos grumos.
Si no venía ya troceado, troceamos el pulpo en piezas de un tamaño parecido a las del pulpo a la gallega. Ponemos a macerar en el frigorífico los trozos en la mezcla que hemos preparado al menos durante quince minutos.
Una vez macerados, los pasamos por harina y los ponemos a freir en abundante aceite muy caliente. Cuando se doren, sacamos las piezas y las vamos colocando en papel absorbente. Es recomendable servirlas acompañadas de alguna salsa: mayonesa, o aun mejor, ali-oli. Ya hemos explicado en otra receta cómo se puede preparar un ali-oli rápidamente.
Pueden valer como entrante o como plato completo, acompañados de unas simples patatas cocidas aliñadas con aceite de oliva, sal y pimentón, o de un arroz blanco aromático del tipo Basmati.
Buen apetito.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Slow food.

El encabezamiento de este blog, en el que al final hablo de muchas otras cosas, reza que aquí se trata de "cocina fácil y ética." Así que me parece adecuado expresar ahora mi opinión sobre el movimiento Slow Food, que en principio tiene que ver con mi tema.
De qué va el movimiento puede consultarse, por ejemplo en Wikipedia. Basándonos en lo que allí se dice, el "movimiento" parece una cosa un tanto frívola pero bienintencionada. Se trata de promover la costumbre de comer disfrutando de la comida: con lentitud, sabiendo lo que se come, usando productos de temporada... Su nombre está pensado precisamente en oposición a las cadenas de comidas fast food.
Sin embargo, en su propia página se nos ofrece ya algo más que una mera "filosofía." Allí leemos esto:

"(...) fomentamos una nueva lógica de producción alimentaria, desarrollamos programas de educación alimentaria y actuamos a favor de la biodiversidad."

Esta declaración ya implica una dimensión política. La producción alimentaria es uno de los puntales de la economía capitalista y, por cierto, la causa directa de la muerte por hambre de millones de seres humanos. La biodiversidad es así mismo algo vital para la supervivencia de los humanos como especie y hoy está igualmente amenazada por el modelo económico imperante en la mayoría de países. Así pues, Slow Food no se nos presenta como lo que aquí en Euskadi llamaríamos una Sociedad Gastronómica, sino como una organización que pretende y dice ser capaz de cambiar el modelo económico actual.
La cosa no extraña si se revisa la biografía de su fundador, Carlo Petrini, que durante los 70 y 80 fue un activo y notable miembro del Partido Comunista Italiano y otros grupos de ideología marxista.
Sin embargo, enseguida surge la disonancia fundamental. Si Slow Food se opone al modo actual de alimentarse y de vivir y, como parece, posee medios y recursos económicos suficientes como para poder poner en práctica esta oposición, es que es un temible elemento antisistema. Pero entonces ¿cómo es posible que se hable elogiosamente de ellos en los medios prosistema? ¿Cómo es posible que los mismos cocineros que deben su prestigio a la publicidad que continuamente hacen de ellos los medios de comunicación afectos al sistema figuren como miembros de este selecto club antisistema? ¿Cómo es posible que entre los patrocinadores de Slow Food se encuentren multinacionales de la alimentación que en principio son la antítesis de lo que predica Slow Food?
La respuesta no es complicada por dos razones. Primero, porque lo que hace Slow Food lo hacen centenares de asociaciones, partidos políticos, empresas, grupos religiosos etc. etc. del mundo actual. Se trata de plantearse una utopía y pretender hacerla realidad sin hacer otra cosa que decir lo bonito que sería un mundo así. Estro ocurre en multitud de conocidos casos: Iberdrola, una de las empresas más destructivas del ecosistema, nos habla de respetar la naturaleza en sus spots publicitarios. El partido político que acaba de perpetrar la reforma laboral más salvaje de la historia española, celebra sus congresos cantando la Internacional. Y así sucesivamente.
El sistema logra al hacer esto dos objetivos, uno es evidente y el otro no tanto, pero es mucho más dañino. El primero es que la gente crea que de verdad Iberdrola es ecologista o que de verdad el PSOE es socialista. El segundo consiste en que la gente, una vez decepcionada con Iberdrola, el PSOE y centenares de casos similares, considere que la ecología y el socialismo son engañabobos, estupideces o incluso cosas perjudiciales. Empleando una metáfora tomada de la biología, a esto se le llama fagocitación. El sistema capitalista es inmune a las ideologías, porque no las rechaza o combate, como hacían los anteriores regímenes, sino que las convierte en eslóganes publicitarios. Con ello las hace trabajar para su causa y, de paso, las destruye. Utilizando otra metáfora biológica, puede decirse que el capitalismo tiene un sistema inmunológico muy desarrollado contra las ideas. Por eso en los países capitalistas se toleran bastante bien las ideas antisistema.
En este sentido, Slow Food es un ejemplo claro de banalización de ideas que sin embargo son vitales para la humanidad. En Slow Food nos dicen que debemos comer lento y comer productos naturales. Magnífico consejo. El problema es que no nos dicen cómo puede comer lento y natural un trabajador explotado de suburbio que no tiene ni tiempo ni dinero para ello. El problema que tienen en África no se deriva de una mala filosofía sobre nutrición, sino de una falta de alimentos. Y la falta de alimentos no se deriva de otra cosa que del robo sistemático al que son sometidos.
Esto nos lleva al segundo motivo por el que Slow Food, a pesar de ser aparentemente antisistema es tolerada y fomentada por el sistema. Desde Marx es imposible ignorar que el mundo no cambia con la palanca mágica de las ideas. Slow Food, Iberdrola y el PSOE tienen bonitas, magníficas ideas. Pero las ideas no son hechizos mágicos, que convierten en realidad lo que se desea. Las ideas de Slow Food no son realizables en el mundo actual. Para hacerlas realidad, habría que acabar con todo lo que se interpone entre sus deseos y el sistema. Un mundo en el que triunfasen las ideas de Slow Food debería acabar antes con cosas como las multinacionales de la alimentación, la explotación laboral, el expolio del tercer mundo, etc. Nadie va a convencer a los grandes del capital mundial con filosofías ni discursos. Y si alguno sucumbiera a ellas, inmediatamente su puesto sería ocupado por otro.
Para quienes estén interesados, existe una documentadísima crítica a Slow Food en este blog.

El sistema inmunológico del capitalismo no solo no se ve afectado, sino que se ve reforzado con vacunas como Slow Food. Los spots de Mc Donalds ya empiezan a incorporar sus eslóganes. No importa demasiado -salvo para sus conciencias y el Juicio Final- si Carlo Petrini y demás miembros son conscientes de que están actuando contra lo que predican. El caso es que tras conocer a Slow Food, yo misma pienso que no sirve de nada hablar de cocina ética en un blog.
De esto no nos librarán las ideas sin más... Las ideas son necesarias pero no suficientes. Si algún día el sistema se derrumba no será por predicar su caída.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Thilo Sarrazin.

A estas alturas da un poco de asco estar siempre hablando de tal o cual nazi que ocupa un alto cargo en la jerarquía de los explotadores de tal o cual país o tal o cual macrocorporación y que suelta tal o cual mierda por su infecta boca. Eso, desde que ya no es delito ser racista -excepto con los judíos- es tan cotidiano como los accidentes laborales o el recorte de derechos por decreto ley. La historia se desliza hacia un nuevo infierno decisivo y esto ya no hay quien lo pare. De modo que los efímeros personajillos de los que hablo no son más que una langosta en una plaga de millones de ellas y no merecen ni la molestia de la enumeración, como sí la merecieron los aqueos embarcados hacia Troya en el Canto II de la Iliada.
Pero este caso me hace gracia precisamente porque en una lista lo único que tenemos es el nombre. Y el de este insecto es ridículamente paradójico. En la taxonomía de esta plaga bíblica tenemos que en el filo neonazi, clase idiota, familia islamófoba se encuentra un tipejo llamado Thilo Sarrazin, de profesión Gran Consejero Usurero del Bundesbank. ¡Sarrazin! Este apellido, de origen francés, significa exactamente lo que parece: "sarraceno". Y, como es lógico suponer, a su remoto antepasado le fue colocado tal apellido no por casualidad. Qué paradoja que este tío, famoso por su islamofobia se llame así. Si en Alemania se estilase ponerse el apellido materno, quizá descubriésemos otra nueva paradoja: tal vez su madre se apellide Einstein o Leibniz.

El amigo Sarrazin se dedica profesionalmente a recortar derechos sociales a los trabajadores alemanes y a engrosar con lo que de ello obtiene las cuentas de los hombres de negocios de todo el mundo, entre ellos numerosos jeques árabes. Luego, en sus ratos libres, escribe libros de ensayo político de elevado estilo e insondable profundidad, -para que nos hagamos una idea, semejantes en enfoque y calidad a los de nuestro gran Federico Jiménez. Esos libros los compran los mismos pringados a los que acaba de rebajar las pensiones, a los que acaba de mandar al paro, a los que lleva años robando la vida como si de una tenia se tratase. En esos libros les dice que la culpa de que ahora estén así de mal la tienen los sarracenos -bueno, él suele evitar esta palabra, les llama "árabes". Y con árabes se refiere sobre todo a los turcos, que todo el mundo sabe que son tan árabes como finlandeses son los de Murcia.
Dice la prensa que dice en sus libros y conferencias cosas como que los turcos tienen genes distintos y de poca calidad y que por eso sería más rentable para Alemania contratar en su lugar a judíos del Este, que contienen genes un 15% más inteligentes. En cambio los turcos no sirven más que para vender fruta. En lo único que son altamente productivos es en la fabricación de mujeres con velo. Al final, dice él, si esto sigue así, Alemania y la cultura alemana quedarán destruídas por esa plaga sarracena. Diga usted que sí, señor Sarrazin, bamos a salbar a la qurtura questa en peligro por culpa la mierdalosmoros.
Pero no hay nada que salvar, esta langosta con gafapasta redonda quizá no lo sepa, porque una langosta no sabe que forma parte de una plaga, simplemente se deja llevar por la corriente de aire y sus tres instintos básicos de insecto: devorar, destruir, no pensar. No hay nada que salvar. La cultura alemana hace años que ha muerto. La automasacre de borregos de la Love Parade que celebra el derrumbe del Muro que garantizaba sus derechos sociales es lo que queda de la música alemana. Los libros de Sarrazin es lo que queda de la filosofía alemana. Si la nueva generación de jóvenes turcos se avergüenza de hablar alemán y prefieren volver a su lengua y su cultura turcas, por algo será. Un mercachifle como tú, Sarrazin, debería saberlo: el cliente nunca se equivoca.
Y a ver cómo te entiendes con tus otros colegas, porque dicen que Alemania necesita 500.000 puestos de trabajo inmigrante al año. Llama a esos judíos tan inteligentes de los países del Este. Serán tan inteligentes que a buen seguro estarán encantados de trabajar como mulas por un sueldo miserable para que tú sigas comiendo caviar y vomitando basura.

martes, 7 de septiembre de 2010

No más 900.

En España, hacer una reclamación telefónica por un cobro indebido ante una empresa u organismo público suele acarrear de por sí otro nuevo cobro indebido. Esto lo ampara nuestra legislación al permitir la existencia de los llamados teléfonos de tarificación adicional en los servicios de atención al cliente de numerosas entidades privadas y públicas.
Veamos algunos ejemplos.
Si la compañia eléctrica Iberdrola -la cual, por cierto, no has podido elegir como reza el credo liberal, pues opera en régimen práctico de monopolio- te cobra de más, el primer paso para que te devuelvan lo robado implica un nuevo robo: hay que llamar a un número de teléfono que empieza por 902 y eso supone un gasto aunque hayas contratado tarifa plana para las llamadas entre teléfonos fijos.
Pero los casos de entidades públicas resultan aun más sangrantes, pues se entiende que su fin no es el lucro. A pesar de ello, si por una urgencia médica, tienes que llamar, pongamos por caso, al Hospital Sur de Alcorcón deberás hacerlo a un 902. O si quieres participar en un programa de EiTB. O saber qué ha sido del paquete que te ha extraviado Correos... Si, tras llamar a ese 902, en vez de no cogerte porque están ocupados, te dejan una musiquita y te tienen diez o quince minutos al aparato, no te quepa duda de que ello es porque, además de estafarte en la factura eléctrica, reírse de tu urgencia médica, mentir en la radiotelevisión que tú pagas y extraviarte tus envíos, además de todo eso, te están timando. Y de la manera más humillante. Te están timando llamándote idiota y valiéndose de tu indefensión y desesperación y todo para robarte un par de euros. Ese par de euros, multiplicados por millones de usuarios es mucho dinero....



Los teléfonos que empiezan por 901 y 902 constituyen una estafa que, sorprendentemente, se ejerce con impunidad en este país en el que los delitos de los que llevan corbata siempre son legales. La estafa consiste en que un servicio que técnicamente es gratuíto se cobra al usuario. Y es que los teléfonos 901 y 902 son en realidad teléfonos fijos corrientes. El dinero que el usuario debe abonar se lo reparten, como buenos hermanos en el latrocinio, el titular del número de teléfono, Telefónica -ahora llamada Movistar- y, normalmente, una empresucha que alquila a Movistar la "gestión" del chanchullo.
Los ladrones afirman que el servicio se hace para mejorar la gestión de las llamadas, pero eso es una mentira: las llamadas pueden gestionarse igual de bien con un número fijo corriente. La diferencia es que con el 902, es el llamante el que paga al empresario los costes de su centralita
También dicen, con desfachatez, que los 902 abaratan el coste de la llamada, ya que el precio es inferior al de una llamada interprovincial. Lo de abaratar el coste tenía sentido hace quince o veinte años, cuando no existía tarifa plana para teléfonos fijos. Pero precisamente entonces apenas había 902. Sin embargo, hoy, cuando casi todo el mundo tiene ya tarifa plana, ¡es cuando más proliferan!
Otra cosa que se suele decir es que los 901, a diferencia de los 902, no constituyen lucro para la empresa a la que se llama: en este caso el dinero iría a parar solo a Movistar. Sin embargo esto también es mentira. La prueba es que, de ser así, ningún empresario en su sano juicio perjudicaría a sus clientes solo para enriquecer a Movistar. La realidad es que con el 901 el empresario sufraga buena parte del gasto que le supondría contratar un servicio de centralita. Además, muchas de las empresas que alquilan servicios de 902, ofertan beneficios directos a los empresarios también con los 901, como puede comprobarse en este ejemplo.

Pero el robo normalmente no es un delito aislado. Su ejercicio supone una serie de daños colaterales en las víctimas. Desde sentimiento de indefensión, miedo o humillación hasta daños físicos. El robo de los 902 no es una excepción. Para que el golpe sea más rentable, ya hemos dicho que es bueno no atender inmediatamente al que llama. Con lo cual, el usuario no solo tiene que pagar por lo que debería ser gratis, sino que, precisamente por tener que pagar, recibe un servicio mucho más deficiente. Así se entiende la lógica subyacente a la rutina de que cuando llamamos a alguno de estos castillos de Kafka, nos retienen minutos y minutos o escuchando una musiquilla infernal, u obligándonos a repetir datos innecesarios a un contestador automatizado que siempre tiene problemas para entendernos, o pasándonos de un teleoperador a otro, vacilándonos para que la caja siga aumentando. Si tenemos en cuenta que normalmente quien llama a uno de esos teléfonos lo hace porque tiene un problema serio que muchas veces es culpa de la propia empresa u organismo al que se llama, se comprenderá el daño real y el daño moral que se proporciona a cambio de una calderilla. Sabandijas, insectos saprófitos y aves carroñeras son seres vivos que se sentirían avergonzados ante estas prácticas.

Hemos dicho que los 902 y 901 son en realidad números fijos normales y corrientes. Basándose en ello, y gracias al trabajo altruísta de personas anónimas, podemos encontrar las equivalencias de todos ellos en esta web. Con ello nos ahorraremos el daño, más moral que otra cosa, de tener que ser robados impunemente.
Sin embargo, la existencia de esta web no es una victoria definitiva.
-En primer lugar, porque los "daños colaterales" del robo se siguen produciendo: esperas y petición de datos innecesarios, etc. Es como salir a la calle con la cartera vacía. Es verdad que así no te pueden robar el dinero, pero no por ello evitarás el riesgo de ser atracado.
-En segundo lugar, porque precisamente la población más vulnerable, económica y culturalmente, es la que menos acceso tiene a las soluciones que generosamente ofrece esta página web.
-Y, sobre todo y por último, porque es muy triste que la única manera de luchar contra los abusos y los delitos de los encorbatados sea la picaresca, solo al alcance de los más espabilados, y no la ley y la justicia, que se supone que está para amparar a los débiles y a los vulnerables, no a los buitres y a los criminales.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Dorada a la sal.

Vamos a preparar otra receta fácil y deliciosa. Es tan sencilla que la explicación de cómo se prepara apenas exigiría un renglón. Eso no quiere decir que no tenga, como todo, sus intríngulis. Además, acompañada de verduras al vapor, ensalada o patatas resulta una cena excelente.
No sería raro que hubiesen sido los gaditanos de época fenicia los primeros en cocinar las doradas de este modo. No les faltaban, desde luego, excelentes materias primas para ello. De hecho, hoy, tres mil años después, en Cádiz y Huelva siguen siendo unos maestros preparando doradas a la sal.
Pese a lo que pueda parecer, el pescado queda con su punto perfecto de sal y totalmente limpio de grasas, pues éstas las absorbe la capa de sal. El resultado son unos filetes jugosos pero limpios y con una condimentación suave que resalta la textura y sabor naturales de la pieza.


Ingredientes:

-Doradas limpias y enteras,
-Sal gorda.



Modo de elaboración:

En la pescadería debemos pedir las doradas limpias y enteras. Enteras significa con su cabeza y su cola, y limpias, sin las tripas. Se cocinan enteras para que la piel evite que la sal penetre demasiado en el pescado. Hay quienes prefieren cocinarlas con tripas y luego, extraerlas una vez horneadas y antes de servir. En mi opinión, esto es un poco asqueroso, porque a veces las tripas dejan un sabor desagradable a los filetes. Si en la pescadería le sacan las tripas por una pequeña abertura practicada en las agallas, el pescado sigue quedando bien cerrado.
El tamaño de las doradas recomendable debería ser de al menos un kilo cada una.
Tomamos la bandeja del horno y extendemos sobre ella papel de aluminio. Sobre el papel extendemos un lecho de sal y luego colocamos los pescados encima y, de nuevo, los cubrimos totalmente con más sal gorda.
Precalentamos el horno e introducimos la bandeja a 200º grados durante 35 minutos; esto suponiendo que los pescados son de un kilo. Para tamaños mayores, se requiere más tiempo -unos 45 minutos para doradas de 2 kilos.
Es recomendable preparar la dorada antes de servirla, salvo que seais muy mañosos. Para ello, utilizamos un cuchillo y una paleta. Enseguida veréis que es facilísimo retirar el caparazón de sal que recubre el pescado. Con él, saldrá también el pellejo. Quitamos la espina central, la cabeza y la cola y, luego, con el cuchillo y una paleta, sacamos los filetes y los servimos en un plato limpios y relucientes, solos o con alguna guarnición.
Ya veréis que poco duran en la mesa.