El borek -o burek- es un plato originario de Turquía. En realidad es típico de casi todos los actuales países por los que se llegó a extender el Imperio Otomano. Pueden encontrarse variedades de burek lo mismo en Sarajevo que en Orán, lo mismo en el Kurdistán que en Grecia. Consiste el burek en una masa filo rellena de carne, verduras, queso, etc. normalmente con la fuerte condimentación característica de la región. La pasta filo es complicada de preparar porque para que esté rica y crujiente ha de ser muy fina, pero lograr amasarla fina sin que se rompa es todo un arte. En el palacio Topkapi, el sultán se mostraba generoso con los cocineros que supieran prepararle una masa filo tan fina como un papel. Hoy, no es necesario ser sultán para que los torpes disfrutemos de una masa filo decente de las que vienen ya hechas, congeladas o refrigeradas.
Yo creía que guardaba una de éstas en el congelador. Ya tenía mi relleno preparado cuando descubri que, por desgracia, no era cierto. Lo más parecido que encontré por los armarios fue pasta para canelones. .
Así que me salió un híbrido de las cocinas turca e italiana, mis favoritas, utilizando un sencillo relleno de burek y la pasta para canelones. Vamos al lío.
Ingredientes:
-1 paquete de pasta de canelones,
-250 gramos de carne picada de ternera,
-Quesitos en porciones,
-1 huevo,
-Queso rallado para gratinar,
-Sal,
-Pimienta,
-Perejil,
-Comino molido,
-1 chalota,
-Aceite de oliva.
Modo de elaboración:
Como seguramente nos indicará la caja de la pasta, ponemos a cocer las láminas con forma de sello de correos en agua hirviendo con una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva. Cuando estén cocidos les demos un golpe de agua fría, lo justo para no quemarnos al y los extendemos sobre una superficie lisa y limpia. Hay que procurar separarlos cuanto antes. Si dejamos que se enfríen pegados, luego no habrá modo de separarlos sin romperlos. si no disponemos de una encimera o mesa amplias, podemos extenderlos directamente sobre la bandeja del horno que habremos untado previamente con un poco de aceite.
Vamos ahora a preparar el relleno.
Picamos una chalota muy fina y la mezclamos bien con la cerne picada. Batimos un huevo y lo añadimos también a la carne.
Salpimentamos la mezcla y la espolvoreamos con perejil y comino. Recordemos que éste último tiene un sabor bastante fuerte y aunque, en realidad, es el que otorga un sabor exótico al plato, puede no ser de nuestro gusto, así que deberemos controlar la cantidad. Para estas cantidades de carne, dos pellizcos son más que suficientes.
Vamos, ahora, a rellenar los canelones. Para ello, colocamos una cucharadita de carne picada y un trozo de quesito en porciones en un lateral del canelón. Luego los cerramos como un libro procurando pegar bien los bordes entre sí.
Una vez rellenos todos los canelones, los espolvoreamos con queso para gratinar y los metemos al horno precalentado a 180º durante 15 minutos, activando la función de gratinado en los últimos cinco.
Podemos tomarlos con salsa de yogur o de tomate.
Si nos sobra relleno, como me pasó a mí, os recomiendo preparar con él unas hamburguesas con queso. Están ricas de veras.
Affiyet olsun!
jueves, 16 de septiembre de 2010
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1 comentario:
Qué blog más interesante. Los platos se sazonan con filosofía y opiniones inteligentes. Al fin y al cabo el patriarcado tendrá que admitir algún día que el secreto de la existencia acaba y termina en la cocina... y que es cosa nuestra :)
Un saludo.
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