De este modo se refieren los saharauis a cualquier cuestión política que tenga que ver con su pueblo. Lo hacen así sabedores de que en cualquier momento pueden estar siendo espiados por informadores mercenarios pagados por el Reino de Marruecos.
El pasado fín de semana se proyectó en el Zinemaldi de Donosti el documental titulado precisamente así: "El Problema: Testimonio del Pueblo Saharaui."
Sí, junto a los tacones de vértigo de Julia Roberts y la publicidad machacona del último truño de película protagonizada por ella, queda un espacio de cortesía, aunque muy reducido, para el cine no estrictamente basura. El cine ideológico a veces nos trae sorpresas. No siempre se trata de exiliados cubanos o pobres mujeres iraníes que nos cuentan qué bien haríamos en invadir sus respectivos países e instaurar una democracia tan maravillosa como la nuestra. El documental que este año acapara la atención ha sido rodado por Jordi Ferrer y Pablo Vidal durante cinco largos años en los que han tenido que moverse en la clandestinidad, vigilados de cerca por la eficiente policía marroquí.
No solo contiene escenas de una violencia repugnante y explícita sino que nos narra la vida claustrofóbica del pueblo saharaui, encerrado en un territorio del que no pueden salir o entrar con libertad y en el que se saben espiados y controlados hasta límites psicológicos intolerables. Conviene precisar que el documental no habla de los saharauis exiliados en los campamentos argelinos sino de los que continúan viviendo en la antigua provincia española de El Ayun.
Aunque los autores del documental lo han ofrecido de forma gratuita a todas las televisiones españolas, ninguna ha querido emitirlo. De nuevo, como es habitual, se produce un divorcio entre la población del estado español que apoya masivamente la causa saharaui y las autoridades políticas que, indefectiblemente, miran hacia otro lado mientras siguen haciendo negocios con el tirano de Marruecos.
De todos modos no hay que llevarse a demasiado engaño. Si un festival tan políticamente correcto como el de San Sebastián, financiado por entidades bancarias y demás ladrones y con total apoyo de las instituciones, tolera y hasta fomenta la emisión de este documental, ello es debido al mantenimiento de la ambigua política exterior ya tradicional con Marruecos, consistente en dar una de cal y otra de arena, en bajarse un día los pantalones y sacar la banderita española al siguiente. Tiene su gracia que en San Sebastián las mismas autoridades que encarcelan y torturan a los separatistas locales se muestren tan sensibles con los separatistas de allende sus fronteras. Los autores del documental parecen haberse curado en salud y dejan creer al público no versado en el tema que los saharauis nunca han recurrido a la violencia para liberarse de la brutal opresión marroquí -lo cual, desde luego, es falso, porque el Frente Polisario estuvo implicado muchos años en la lucha armada. Seguro que los telediarios marroquíes cuentan otra cosa muy distinta a sus ciudadanos. Quizá incluso hablen, imitando al reino vecino, para referirse a los torturados y encarcelados saharauis, del "entorno de los violentos."
También os dejo un vídeo en el que Amadeo Martínez Inglés, un coronel expulsado del ejército español a principios de los noventa por pedir el fín del servicio militar obligatorio y la profesionalización del ejército, (algo que, de todos modos llegaría pocos años después) nos resume el indigno papel que protagonizó su máximo superior, el Borbón, abandonando a su suerte a los saharauis que, en 1.975, tenían la nacionalidad española a todos los efectos. No tiene desperdicio. Buena digestión.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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3 comentarios:
El caso del Borbon, que para mantenerse en el poder vendio a todo un pueblo (de nacionalidad española, como tu dices) demuestra que esta gentuza hará cualquier cosa para seguir llenando sus bolsillos, y que el pueblo, tanto el saharaui como el vasco, el extremeño o el español en general, les importan realmente un pito
Siempre se aprende algo,esto no lo sabia,lastimosamente no me asombra a los limites que llega cierta gente para no perder poder y dinero.Excelente como siempre el post.Gracias,un abrazo.
José Luis:
Si me permites una broma, a veces me pregunto si no hubiera estado bien que Juancar nos hubiese vendido a los vascos a Francia, Andorra, Marruecos o quien fuera. De hecho, por qué no vendió el Reino entero. Hubiera sido un buen modo de librarnos de él.
María C:
No me extraña que no lo sepas. Del Rey en España se sabe muy poco porque los mediosocultan todas sus porquerías. Y en el extranjero no interesan las andanzas de este señorito de casino de pueblo con corona. Creo que el clímax de su carrera regia lo alcanzó cuando balbució "¿Por qué no te callas?" al Presidente de Venezuela.
Y gracias por tus alabras tan amables. Un beso.
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