La industria discográfica ha intentado fagocitar el hip hop como hace con cualquier movimiento contracultural, vaciándolo de su contenido revolucionario y antisistema y centrándose en esos mensajes ególatras e insulsos característicos del rap comercial. No obstante, este estilo está lo bastante consolidado como para discurrir por cauces paralelos a la dictadura del mercado.
Uno de estos casos lo constituye Akil Ammar, un rapero mejicano que lucha por la independencia económica de la música y mantiene una linea de compromiso social constante en sus mensajes. He aquí una versión del tema de John Holt "Policías en helicópteros". Aunque ha publicado un trabajo posterior elijo esta canción porque va muy acorde con mi estado de ánimo actual.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Carlos Santana dijo que, puestos a tocar con grupos Mexicanos, prefería hacerlo con Maná antes que con Molotov. No por nada preconcebido, sino más bien porque Molotov es más "plano", no usa apenas la melodía como hace Maná. Esta melodía es fundamental en el estilo musical de Santana.
Me gustaría unir lo anterior a la distinción que hace John McLaughlin de música y expresión cultural. Para él mucha música que se hace es se puede considerar como expresión cultural pero no artística.
En mi caso tengo un poco de interés por el hip-hop (aunque me haya llegado en buena parte por lo referido al baloncesto) pero me cuesta saber si lo "plano" es expresión cultural o artística. No hay que olvidar que en los orígenes africanos del rap (hablo de Mali) ya hay una forma plana de cantar/hablar de la que es heredera toda esta tradición.
Seguramente es una cuestión de sensibilidades/capacidades.
Saludos
No podría opinar con fundamento sobre el aserto de John McLaughlin, porque no sé qué entiende él por "expresión cultural" y "expresión artística." Las palabras arte y cultura son enormemente polisémicas, y además los contornos de cada significado se solapan y son borrosos. Intuyo -pero es solo una suposición prejuiciosa- que en realidad el significado profundo -quizá inconfesado- de esa división en dos grupos equivale a la distinción entre música sin más -la que es expresión de una identidad cultural, como el ladrido lo es de una identidad zoológica- y música artística -que, aunque también pueda expresar una identidad cultural, añade a ésta una original e innovadora aportación individual.
Dicho de manera más descarnada y menos diplomática, John McLaughlin parece que distingue sencillamente entre música con valor artístico y música sin él. Me parece que todos estaríamos de acuerdo con esta distinción: el problema es que "valor artístico" no es una cualidad que se use de modo objetivo, como "en si bemol menor" o "a capella". En realidad, esa cualidad equivale, no por su significado, sino por su valor de uso habitual, a música buena y música mala. Todo esto, repito, lo digo suponiendo que John McLaughlin no ha definido antes qué entiende él por "expresión artística."
Con respecto a lo "plano" del hip-hop, me ha parecido que por "plano" entiendes el estilo carente de melodía, o al menos en el que la melodía apenas importa. Por lo que he dicho antes, me considero incapaz de responder a tu pregunta y decidir si esa ausencia de melodía es una expresión cultural o artística, pues no sé muy bien qué debo entender por ambos conceptos.
Solo añadiré que siento gran interés por el hip-hop debido a que, de promedio, sus letras poseen una elaboración formal y una densidad y profundidad de contenidos infinitamente superiores a casi toda la música actual. No solo éso: para mi gusto, muchos de los poetas vivos y laureados están bastante por debajo de la calidad media de las letras de hip-hop. El hip-hop ha retomado una tradición perdida desde la antigüedad clásica: el concepto de la poesía recitada y acompañada con una base rítmica y quizá algún apoyo melódico y también el de la improvisación lírica -que en mi pueblo se mantiene aun gracias a la tradición de los bertsolaris . La Ilíada es la letra de parte de una enorme saga de hip-hop: fue concebida para ser memorizada y cantada por el rapsoda, que se acompañaba de algún tipo de instrumento, desde simples golpes de bastón a instrumentos de cuerda.
Estoy convencida de que en el futuro -si hay futuro- la literatura más valorada no será la que hoy es premiada con el Nobel, sino la que se rapea por poetas vocacionales a los que nadie toma en serio.
Saludos.
Publicar un comentario