martes, 19 de mayo de 2009
Comiendo fuera. Hoy: Andoni Gaztelumendi (Oiartzun)
Hoy voy a hablaros del restaurante Andoni Gaztelumendi -que hasta hace unos años se llamaba Kaxkazuri- donde, casualmente, he tenido el gusto de comer este mediodía.
Se trata de un lugar muy acogedor y agradable situado en pleno centro de Oiartzun, en una de las pocas casitas que han escapado al derribo y posterior sustitución por un horrendo bloque de pisos. Su propietario es encantador y un buen cocinero, así que el servicio, tanto el suyo como el de las chicas es excelente y la comida muy buena. Y a un precio muy asequible.
Dispone de una carta algo menos exigua de lo que por desgracia empieza a ser habitual, un menú degustación y un menú de diario, de lúnes a viernes, que, por 15 euros ofrece un abanico de platos muy aceptable. Hablando de carta, éste es uno de esos restaurantes en los que se toman la molestia de enumerarte de viva voz los platos. Esto posee varias ventajas:
-Se pueden preguntar las dudas que vayan surgiendo inmediatamente.
-No se le pùede tener a uno esperando media hora hasta que se vuelven a acordar de ti para tomarte nota y tenerte otra media hora esperando al primer plato.
-El trato es más cercano, cosa que cuando el camarero es agradable y educado es una ventaja. Aunque cuando se trata del clásico borde-plasta-graciosillo es mucho peor...
El local es poco grande -apenas una decena de mesas y con una bonita decoración, por dentro y por fuera. La música la tienen muy baja, lo cual también se agradece.
El cuidado por los detalles es excepcional para tratarse de un simple menú del día: pequeño aperitivo inicial, delicada vajilla, retirada de las migas de pan, y un vino más que aceptable para ser el de menú. He comido en sitios de los de 60€ por cabeza con peores servicios y complementos
Es muy habitual que a los lugares en los que se respira tranquilidad y buena educación acuda también gente igualmente tranquila y educada. Nunca me he encontrado en este restaurante con gente de esa que berrea o con esas familias que se creen que los restaurantes son chikiparks para sus malcriados monstruítos.
Vamos a centrarnos en lo más importante: nosotros nos pedimos el menú del día, que los tiempos no están para gastos excesivos.
En el día de hoy ofrecían el siguiente:
-Entrante: Ensalada de mollejas de pollo. Spaghetti carbonara. Alcachofas salteadas con jamón. Pastel de merluza.
-Segundo plato: Rotí de pavo. Pollo a la brasa. Congrio en salsa verde con almejas. Trucha con jamón, Codillo con salsa de cereza.
-Postre: Helado de yogur. Pudding de manzana. Torrijas. Profiteroles.
Elegimos los pasteles de merluza, el pollo y el codillo. Todo estaba cocinado y presentado con sencillez y buen gusto. Sin duda, se trata de uno de los lugares más recomendables de Oiartzun, ahora que tantos restaurantes antaño estupendos han caído en manos de esos pseudochefs que van cambiando de restaurante cada cuatro años para ir timando a gente distinta cada vez.
Si alguien vive cerca, además, con la excusa de comer en Oiartzun, -o viceversa- puede aprovechar el día para hacer un poco de turismo y visitar el valle que, todavía, en los lugares en los que las hordas de Sauron no han llevado el hormigón y el Bauhaus de pueblo, sigue siendo precioso. El pueblo está rodeado de bidegorris que pueden recorrerse andando o en bici y con la estampa increíble de las Peñas de Aia al fondo del paisaje.
Que lo disfrutéis.
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