Hace unos años descubrieron el filón de la discriminación de los homosexuales. Lo experimentaron con gran éxito en Cuba. Manifestaciones, documentales, películas y mil montajes mediáticos más lograron que, hasta hoy, la mayoría de los españoles piense que en Cuba a los gays se les mete en la cárcel, a pesar de ser Cuba uno de los países de América más avanzados en cuestión de derechos de los homosexuales.
Inmediatamente se aplicó el mismo truco con Irán. Los periódicos y televisiones de todo el mundo libre y democrático mostraron la imagen de dos hombres ahorcados. Según nos decían, habían sido condenados a la horca por ser gays. Investigando por internet, de entre cientos de entradas de Google en las que se sigue manteniendo esta versión, resplandecen, como monedas de oro en un basurero, unas pocas páginas en las que se cuenta lo que realmente pasó. Estos dos hombres condenados a muerte eran homosexuales, es cierto, pero no fueron condenados por ello, sino por violar a un menor.
Ahora el bombardeo mediatico se realiza a costa de la supuesta inminente lapidación de Sakineh Mohammadi Ashtiani cuyo delito es el adulterio. Ni que decir tiene que, al mismo tiempo, se da a entender que es así como se castiga a toda adúltera en Irán. La cosa es tan absurda que, tras un mínimo examen detenido, sin ni tan siquiera contrastar fuentes, cae por su peso.
En primer lugar, en un país de 70 millones de habitantes, es de prever que, a pesar de los castigos más estrictos, se produzcan miles de casos anuales de adulterio. De ellos, parece lógico suponer que al menos uno de cada diez sería descubierto. Con lo cual, si realmente en Irán el castigo por adulterio fuese la lapidación, nuestros periódicos tendrían lapidaciones cada día para abrir su sección de Internacional.
En segundo lugar, el Código Penal iraní prohibe expresamente esta práctica que, de todos modos, tampoco era habitual en la tradición persa.
En tercer lugar, como pasó con el caso de los homosexuales que, aparte de homosexuales, eran violadores de niños, parece que el cargo por el que se juzga a Sakineh es el de asesinato de su marido. El adulterio aquí es lo de menos. Digo "parece" porque las autoridades judiciales iraníes guardan de momento silencio sobre el proceso y las investigaciones que de él se derivan.
En segundo lugar, el Código Penal iraní prohibe expresamente esta práctica que, de todos modos, tampoco era habitual en la tradición persa.
En tercer lugar, como pasó con el caso de los homosexuales que, aparte de homosexuales, eran violadores de niños, parece que el cargo por el que se juzga a Sakineh es el de asesinato de su marido. El adulterio aquí es lo de menos. Digo "parece" porque las autoridades judiciales iraníes guardan de momento silencio sobre el proceso y las investigaciones que de él se derivan.
Por si acaso es necesario aclararlo, aclaro que quien esto escribe es contraria a la pena de muerte. Pero si de penas de muerte se trata -con juicio previo o sin él- es lo lógico que se acuda primero al país que más seres humanos mata por año, los Estados Unidos de América. País, por cierto, en algunos de cuyos estados aun es delito el adulterio y en el que hasta hace unos pocos lo seguía siendo la sodomía. También hay que recordar las ejecuciones de menores de edad o de personas con retraso mental.
La propaganda mentirosa de EE.UU previa a una invasión y masacre ya debería aburrir, por lo reiterativa. Pasados los años, y una vez arrasados los países, se reconoce que todo eran mentiras o "errores." En Irak, el problema eran las armas de destrucción masiva. En Afganistán, los burkas y las mujeres maltratadas. En ambos, el espantajo de Bin Laden aparecía poniéndole las cosas fáciles al público idiota de los telediarios: "Yo soy muy malo y voy a matar a todos los buenos y mis amigos son los de tal pais." Siendo ese país el país que EE.UU. desea invadir y destruir. Con Irán, como es un enemigo más temible, prueban ambas estrategias: Irán está preparando bombas atómicas para lanzárnoslas a nosotros, los amantes de la democracia y la libertad, y, además, lapida a pobre mujeres y ahorca a pobres homosexuales.
Pero lo más absurdo, lo más demencial de todo esto me parece lo siguiente. Vale, aceptemos que yo me creo todas esas mentiras sobre dos tipos que han sido ahorcados por gays y una mujer que va a ser lapidada por adúltera. Aun así ¿justifica que se den esos hechos el bombardeo y destrucción de un país entero? Si finalmente Sakineh no es lapidada le va a dar igual, dentro de poco morirá reventada por una bomba de racimo, o violada y torturada por marines borrachos. Y con ella millones de mujeres iraníes.
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