sábado, 7 de noviembre de 2009

Propinas.



De un tiempo a esta parte me ha parecido observar que se está generalizando la costumbre foránea y que en España parecía ya olvidada de dar propinas. Espero que sea solo una impresión porque me parece un asunto detestable.
Desde el punto de vista del consumidor de un servicio plantea 3 inconvenientes fundamentales:

1. El precio se incrementa indefinidamente sobre lo estipulado.
2. Hay que estar pendiente y ser muy cuidadoso: si se dan muchas, puede acarrear tantos problemas como si se dan pocas.
3. A poco que se tenga un algo de empatía, te hacen sentir mal: un camarero no es un pobre diablo que requiere nuestra limosna, es un trabajador.

Este último punto es importante: las propinas son humillantes para el camarero. Las tareas antaño propias del esclavo o del criado son recordadas hoy con el gesto de la propina, que es otorgada como una limosna, no como el pago por un trabajo realizado. Así, los trabajos de camarero, taxista, botones o repartidor quedan rebajados al nivel de la mendicidad, no son trabajos de verdad. La prueba de que esto que digo es así estriba en que nadie daría propinas a un médico o a un abogado. Y en que de ser así, éstos se ofenderían.
Como clienta, a mí me abochorna dar propinas. Con ese gesto me parece estar colocándome en una posición de gran dama frente a un pobre desgraciado que me sirve la mesa.
Pero para llegar a la raíz del asunto, es necesario hacer la pregunta clave. Si la costumbre de dar propinas perjudica tanto al cliente como al camarero, cui prodest?, esto es, ¿a quién beneficia? Evidentemente, no al camarero, que tiene que trabajarse al cliente para ganarlas, ni tampoco al cliente, por las razones ya expuestas. Luego, solo nos queda el empresario. El empresario, gracias a las propinas, sistema que él mismo se preocupa de fomentar, puede así pagar sueldos irrisorios y esperar que sus empleados lo completen a expensas de la generosidad hipotética de sus clientes. La situación para sus empleados es peor incluso que si percibieran un salario base mínimo y el resto mediante comisiones según se alcancen objetivos concretos, ya que de este modo, al menos, dichas comisiones estarían predeterminadas. No deja de ser un sistema injusto, pero al menos regulado por un contrato.
Aun puede profundizarse más en el análisis y descubrir en todo esto una tendencia general de nuestro mundo. Una tendencia a la anarquía, un abandono progresivo de los principios de isonomía y legalidad que nos legaron los griegos. El pago de propinas establece, incluso en los bares más humildes, la ley del más fuerte. Si no tienes dinero para pagar te servirán después, te tratarán peor, te harán sentir la basura que eres por no tener dinero. La propina, al fin y al cabo, no es sino una versión aparentemente light del soborno.

8 comentarios:

. dijo...

Tienes razón. Es vergonzoso.

Supongo que entre los motivos, que no confesados por nadie, está fundamentalmente el de sentir la superioridad del que las da que así tiene en alguna medida a su merced a una persona que hace un trabajo tan digno como el de otra. Se puede decidir si se dan, se puede decidir la cantidad,... en cierto modo se adquiere la función de un "pequeño dios". Pero claro, un dios feudal.

Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

Esperemos por el bien de todos que no se extienda la costumbre, pues ésta no solo es un síntoma, sino también una causa más de la pérdida de respeto por el ser humano.

Un abrazo.

Maria C dijo...

Si en mi pais la mayoria de los trabajadores leyera este post los creeria crueles e insensibles,a tal punto esta desfigurada la imagen del trabajador que ofrece "servicios".
Como ya habia comentado en otro post eso llega a ser un problema serio cuando la gente es gente y no debe demostrar poder o cosa parecida,se sienten presionados,molestos,invadidos.Pero lo mas triste aun es al cierre del dia ver como se ufanan de su "astucia" para conseguir mayor propina,sin en momento alguno darse cuenta de que para ello trabajaron mucho por una parte,pero se humillaron mas por otra.Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

Para mí tiene mucho valor que opines de esta manera a pesar de que en Paraguay esté generalizada la costumbre de las propinas. Lo peor del caso es que los trabajadores están tan alienados que, como dices, considerarían cruel este post en lugar de comprender que lo que intento hacer es justamente lo contrario, una defensa de su profesión y de toda su persona.
Un saludo.

Maria C dijo...

Mi estimada Dizdira,agradezco tus conceptos pero al mismo tiempo quiero tengas en cuenta en que me convierten mis opiniones en un pais asi,es mas que dificil, eso no hara que cambie mi forma de pensar o actuar,lo que me apena y conflictua es que poco o nada puedo hacer para cambiar las cosas,pero mientras el "bicho raro" sigo siendo yo,triste muy triste,los empleados a mi cargo me odiaban en la misma medida que me adoraban,porque?porque aunque combatia las practicas de servilidad "propropina" peleaba por sus derechos,horas extras,compensacion de horario nocturno y cosas asi,pero sin que jamas entendieran que lo que yo hacia por ellos era solo un "derecho" cosa que no me ayudo mucho ante mis jefes,me volvi una persona incomoda y acabe fuera,no me arrepiento sinceramente.Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

Casi siempre hay que pagar un precio muy elevado por la coherencia. Aunque no sea un gran consuelo siempre te queda la satisfacción de poder caminar con la cabeza bien alta y la tranquilidad de dormir por las noches. En realidad, si prescindimos del éxito social y económico, si consigues superar una experiencia tan negativa como la que cuentas, te vuelves un ser más fuerte y tienes una perspectiva diferente sobre las cosas. Sé que resulta difícil, pero espero que no lo veas como un fracaso sino como un éxito personal.
Un beso.

JL F dijo...

La propina sustituye al salario decente. Es a la vez compensacion, y como dice Dizdira, ejecucion de una superioridad sobre el que da el servicio. En Catalu;a en la Guerra Civil se prohibieron, y me parece bien. Los trabajadores deben exigir que se le pague lo justo en su salario, y no intentar "hacer el agosto con la gracia clemente de los clientes". Pero como controlarlo cuando la mayoria de los trabajadores han tirado la toalla de luchar por su dignidad y optan por el salvese quien puede en vez de por la lucha colectiva? La mejor opcion es no darla y, para los patronos, aumentar los sueldos y hacer que los trabajadores participen en el desarrollo y organizacion de la empresa.

chuy dijo...

saludos desde mexico aca esta my arraigada la propina de echo si vas a comer a algun restaurant y no dejas propina quedas como un grosero mal educado y demas