miércoles, 16 de febrero de 2011

Judíos en Irán. ( I )

La República de Irán cuenta con la mayor población judía de Oriente Medio, tras el estado de Israel. Es además una comunidad muy antigua, que data de los tiempos de Ciro de Persia. Teniendo en cuenta que la TV y los periódicos nos dicen que su presidente, Ahmadineyad, es un antisemita que odia a los judíos y que los quiere ver a todos muertos, debe suponerse entonces que esas 30.000 personas lo deben estar pasando muy mal. Por lo menos tan mal como los palestinos en los Territorios Ocupados.
Pero lo cierto es que la Constitución iraní los reconoce y protege como minoría religiosa. El propio ayatollah Jomeini publicó en los comienzos de la Revolución un decreto para que los judíos fueran respetados y protegidos. Sólo en Teherán cuentan con 6 carmicerías kosher, 11 sinagogas y 5 escuelas hebreas. El sistema educativo público iraní proporciona enseñanza religiosa judía para los niños que así lo deseen, en sustitución de la islámica. El hospital benéfico judío Dr. Sapir, en Teherán es uno de los cuatro que existen en todo el mundo. Se mantiene con aportaciones caritativas de los judíos y también con ayudas del gobierno iraní. La comunidad judía cuenta con sus propias bibliotecas, periódicos, cementerios, centros benéficos, etc. Estos datos y otros muchos pueden obtenerse de la descripción que ofrece un líder religioso judío de Teherán.
La Constitución iraní exige que un puesto en el parlamento debe ser siempre ocupado por un judío para representar a su comunidad. En las últimas elecciones legislativas de 2008, esas que según la TV fueron fraudulentas, la mayoría de los judíos iraníes votó a Ahmadineyad.

Todo esto no encaja con lo que nos cuentan sobre el fanatismo religioso de Irán. Ni con el antisemitismo de sus líderes, tan frecuentemente comparados con Hitler. Es fácil leer por ahí que tras la Revolución de 1979 muchos judíos tuvieron que huir de Irán. Esto es cierto, pero lo que no se dice es que no huyeron por ser judíos, sino porque vieron que la justicia social que practicaba la Revolución perjudicaba sus intereses. No huyeron los judíos, huyeron los ricos, de entre los cuales, como es lógico, había algunos que eran judíos. Los judíos humildes se quedaron con el resto de gente humilde en Irán, apoyando la Revolución, y es evidente que no se han arrepentido. Por tanto, no hubo ninguna motivación religiosa en esa huída: fue el mismo tipo de motivación que llevó a Miami a los oligarcas cubanos tras el éxito de Castro. De hecho, esos judíos ricos que tan a gusto estaban con el déspota Reza Pahlevi parece que no le tuvieron en cuenta su pasado nazi: el reinado de Pahlevi padre fue el único momento de la historia de Irán en que los judíos fueron realmente perseguidos.

Cabe hacerse esta pregunta: ¿Quién vive mejor? ¿Un musulmán en Israel o un judío en Irán?
La respuesta nos la puede dar esta noticia. Recientemente, una asociación norteamericana, formada por evangelistas y sionistas ha ofrecido 10.000 dólares a los judíos iraníes si emigran a Israel. Pues bien: prácticamente ninguno ha aceptado la generosa oferta...

Os dejo un pequeño documental sobre este caso de unos judíos que no se creen el cuento del paraíso sionista y que no venden su tranquilidad y su dignidad por dinero.


8 comentarios:

P dijo...

No sabes cuánto me alegra que abordes este tema, Dizdira. Hace unos días, en Kaosenlared, discutía yo en un foro con alguno que no parecía tener clara la diferencia entre antijudaísmo y antisionismo.

Por otra parte, me esforcé en demostrarle qué pensaban los judíos de Irán sobre esta República, y que, tradicionalmente, en la nación que un día se llamó Persia las relaciones judeo-musulmanas habían sido siempre, o casi siempre, modélicas.

Piensa, por ejemplo, en la historia semilegendaria de la reina Esther y en el significado en persa/farsi de la palabra "Estel" ("Esperanza" o "Luz", no recuerdo muy bien ahora). Quizá tú lo sepas.

Me consta que la comunidad judía iraní, en su mayor parte, se niega a que Israel le coma el coco fomentando (abusivamente, además)el establecimiento de dicha gente en el Estado sionista.

Has hecho bien en nombrar a Ahmadineyad, quien nunca habló de borrar Israel del mapa y no negó la existencia como tal del Holocausto perpetrado por los nazis y sus colaboradores.

En Irán lo que predomina es el respeto e incluso el cariño a los judíos. Lo que no se ve nada bien es el apartheid israelí y las funestas consecuencias humanitarias que ha traído y trae consigo.

Mis más cordiales saludos. Una materia muy interesante la que has escogido, la verdad sea dicha.

JL F dijo...

Si, pero esto nunca lo repetiran los medios de propaganda, asi que Iran seguira siendo el enemigo de los judios y el defensor del holocausto nazi. Una pena que haya tantos borregos que se conforman en ver el mundo a traves de sus pastores.

Saludos

AJotAtxe dijo...

Ahora hay otra "revuelta popular" en Irán. Según parece, todo esto del efecto dominó de Oriente Medio era para comparar a Ahmadineyad con Ben Ali y Mubarak, lo cual resulta tan "acertado" como comparar a Hugo Chávez con Videla y Pincochet.
A pesar de todo, hoy, a diferencia de ayer, no hay ni rastro en los medios de la gran rebelión iraní. Se ve que no ha tenido demasiado éxito. Igual, como sólo ha habido un muerto en vez de varias decenas, la gente no se ha enfadado tanto. Habrá que contratar a unos tontos para que se quemen a lo bonzo a ver si así...

Anónimo dijo...

Léase el artículo titulado: "¿A qué viene hablar de la República Islámica?", publicado en Kaosenlared.net.
Saludos.

BATDELSAL dijo...

Alguna vez alguien con interés en el asunto, tiempo y un mínimo de conocimientos (anda que no pido, eh) debería exponer a pública información la situación de las minorías no islámicas en Israel. La situación de los islámicos o árabes y las leyes especiales que les controlan mal que bien se conocen (aunque desde luego que merecerían publicidad de su condición de ciudadanos de tercera categoría). Me refiero en especial a todos esos judíos (de religión, supuesta raza o costumbres) que a lo largo de más de medio siglo han ido desde países del Este de Europa, de distintos lugares de África, Asia e incluso Ámérica del Sur, a establecerse en Israel (en un goteo constante o en grupos grandes) tras hacer caso a las llamadas (con costosas campañas publicitarias incluidas) realizadas por los líderes políticos (y religiosos en muchas ocasiones) israelitas. Curiosamente bastantes de ellos fueron "repatriados" justo a tiempo de integrarse en el ejército antes de alguna de las guerras de expansión territorial. Los que lograron sobrevivir a su condición de carne de cañón (o de mujeres reproductoras necesarias para tener más colonos y futuros soldados) casi nunca han podido pasar de ser desarraigados en un país extraño en donde el racismo y la xenofobia alcanzan unos límites que pudieran parecer inexplicables a priori. A pesar de ser materia reservada, algunos medios no oficiales han conseguido en ocasiones publicar el altísimo nivel de suicidios, alcoholismo y delincuencia que asolan a estas minorías desencantadas (etíopes, yemeníes, beduinos, armenios, ugandeses, gitanos, nigerianos, drusos, iraquíes, palestinos, indios, marroquíes, etc) que tienen en común algo distinto a lo que en su día, ellos o sus padres, pensaron: son pobres. Me temo que es la única condición humana que realmente compartimos la mayoría.

Dizdira Zalakain dijo...

Rafael:
Pues hicieste muy bien en discutir sobre este punto. Es importante que, por lo menos la gente que todavía está capacitada para pensar, no caiga en la confusión intencionada que propagan los medios. Ser antisionista no significa tener nada en contra ni de la raza, ni de la cultura ni de la religión judías. Todas ellas son milenarias: el sionismo es una ideología política con un siglo de existencia.

José Luis:
Cierto, pero al menos podemos intentar que la gente de izquierdas no se trague esas mentiras. Todavía es habitual encontrarse a admiradores de la revolución bolivariana que se incomodan al ver a Chávez firmando pactos de cooperación con Ahmadineyad. O que se cree las chorradas de las lapidaciones y las revoluciones verdes.

Ajotatxe:
Sí, se ve que eso de la revolución verde está todavía muy verde. De momento tienen que limitarse a hacer como la gusanera de Miami: acudir a que los entrevisten para quejarse de qué dura es la vida en un país en el que no hay libertad para ir a un concierto de Alejandro Sanz o Shakira.

Anónimo:
Un buen dossier sobre cómo los medios y las organizaciones de concienciados sin cerebro organizan (de nuevo) un golpecito de estado de colores en uno de los pocos países que quiere y puede plantar cara al imperio. Pero la república de Irán es inmune a esas pantomimas porque lleva 31 años aguantando ataques mucho peores. En ese sentido es una revolución que no se ha dormido en los laureles.

Batdelsal:
Pues es verdad que resultaría muy interesante conocer el oscuro mundo de cómo el sionismo utiliza a los judíos low profile como carne de cañón y/o colonos para mantener los territorios robados a los palestinos. Ciertamente, no hay que olvidar que el sionismo está siendo letal para los judíos de la "diáspora pobre". El documental ya afirma en dos ocasiones que el gran problema del sionismo es la falta de efectivos humanos para ocupar lo que los tanques y las bombas arrasan. Una prueba muy nítida de que hacen falta seres humanos -no solo dimero y máquinas- para ganar una guerra.

pcbcarp dijo...

Es bueno que se cuenten estas cosas y es cierto que la situación de la minoría judía en Irán no tiene nada que ver con la de la casi mayoría musulmana en Israel (vbgr. durante la invasión de Líbano de 2006, los cristianos y musulmanes no tenían plaza prevista en los refugios israelíes)

Ahora bien, el hecho de desmentir las mentiras de la propaganda "occidental" sobre Irán, tampoco nos debe llevar a considerar al régimen iraní como "guay", ¿no? Independientemente de que la intervención del así llamado mundo libre tiene mucho que ver con los problemas iraníes y de que su régimen es una democracia pura en comparación con alguno tan "moderado" y tan "aliado" como el saudí, me temo que buena parte de los iraníes están hasta las narices de los curas y sus historias.

Dizdira Zalakain dijo...

Depende de lo que se entienda por "buena parte". No dudo que exista en Irán una parte de la población que preferiría una república con criterios laicos. Pero la mayoría no opina así, nos guste o no.
Por otra parte, "librarse de los curas y sus historias" no significa "librarse de los x y sus historias." Toda república posee principios llamémoslos fundacionales que en realidad suponen una elección ética que, como tal, no deja de ser subjetiva. Yo también quisiera librarme de los oligarcas y sus historias, o de los sociatas y sus historias, o de los monárquicos y sus historias, o de los curas -esta vez, dicho con propiedad- y sus historias, o del grupo Prisa-Vocento y sus historias. La cuestión es ¿qué legitimidad tiene el grupo Prisa-Vocento para ser mi predicador, qué legitimidad tiene el Rey para ser mi jefe de estado o los bancos para poner/quitar a mis representantes en el Parlamento?
En cuestiones de legitimidad no creo que Irán tenga nada que envidiar a, por ejemplo, España. Y, además, un poco de relativismo cultural siempre viene bien. Por increíble que nos resulte, a la mayoría de los iraníes les parece estupendo lo que dicen sus líderes religiosos: los "curas y sus historias" son para los iraníes los libertadores y sus ideas. Seguramente a ellos les parecerán también demenciales nuestras ideas sobre la libertad: poder sintonizar cadena 40 o Cadena Dial, poder votar a Zapatero o a Rajoy, ser del Madrid o del Barça.... mientras los bancos nos roban hasta el último euro.
Vamos, hay opios del pueblo que entontecen y hay opios del pueblo que despiertan. Y algo -la experiencia histórica- me dice que el opio de las democracias occidentales entontece -y genera madres que juegan al escondite no frustrante y bancos que gobiernan sin que nadie les vote- y el opio del Islam despierta -y genera una resistencia inusitada y ejemplar en Palestina o unos Leónidas en Irán.
Sean opio o sean realidad, las historias de los curas de Irán han traído independencia, justicia, cultura, unidad y prosperidad a los iraníes, a pesar de las agresiones externas. Pero las historias de Prisa-Vocento están trayendo sumisión, injusticia, incultura, desunión y empobrecimiento.
Ser posmoderno y desencantado de todo es nuestro privilegio y nuestra maldición de occidentales. Pero ese opio si que destruye cualquier atisbo de dignidad del ser humano.
Saludos.