jueves, 16 de abril de 2009

Monsanto nos envenena.


Esta mañana he tenido la ocasión de volver a comprobar hasta dónde llegan los tentáculos económicos y, por tanto, de poder, de esta nefasta empresa. Se ha emitido un reportaje en la cadena SER, aunque podía haber sido cualquier otra, un reportaje propagandístico en el que el infame Bill Gates, disfrazado de filántropo, colaboraba con Monsanto en la investigación de maíz transgénico resistente a las sequías. En esta ocasión, con la excusa de acabar con el hambre en Sudáfrica, país que, por otra parte, es el primer exportador mundial de oro.
Podía haberse optado por la agricultura ecológica y a pequeña escala, pero, de esta manera, los pequeños agricultores estarán atados de por vida a esta multinacional, que es la que les suministra las semillas.
Esto me lleva a recordar la situación de los transgénicos en el Estado Español que, como siempre va a la cola. Una piensa que en lo que se denomina tercer mundo, se puede experimentar con total impunidad, pero resulta que España produce el 75% del maíz transgénico europeo.
Este maíz, denominado con las siniestras siglas "MON 810" está prohibido, en cuanto a la comercialización y cultivo en los siguientes países: Alemania, Francia, Luxemburgo, Austria, Hungría y Grecia. En nuestro magnífico país ni siquiera se cumple la normativa europea vigente del etiquetado que obliga a identificar cualquier producto en cuya elaboración intervenga, de alguna manera, un transgénico. Por eso es imprescindible consultar esta guía:
El maíz transgénico está diseñado mediante ensayos biotecnológicos, para terminar con las plagas que lo atacan, pero de paso termina con todos los insectos protegidos que forman parte del ecosistema. De esta forma, se incide en una parte importante de la cadena trófica.
Por otro lado, mediante la polinización, termina contaminando a los cultivos que se encuentren en un entorno de varios kilómetros a la redonda, con lo cual, los agricultores que han optado por la agricultura ecológica, se ven obligados a destruir su cultivo o a venderlo como transgénico por un precio irrisorio.
Si todo esto nos da igual, convendría recordar que existen estudios guardados en un cajón -intuyo por qué razón- que demuestran la presencia de una toxina cancerígena en ratones de laboratorio alimentados con este maíz. Falta saber el efecto que puede tener en los humanos.
Llama poderosamente la atención que gobiernos de derechas como el alemán o el francés planten cara esta multinacional invasora y carente de escrúpulos, mientras que el supuesto gobierno español socialista le rinde pleitesía. Recomiendo visitar la página de Greenpeace,que aporta información rigurosa. Y para más detalles sobre los mafiosos de Monsanto, podéis pasaros por aquí.
Ya veremos la repercusión que tiene en los medios la manifestación contra los alimentos transgénicos que se ha convocado para el próximo 18 de Abril en Zaragoza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I was not aware about the magnitude of the "Santomonstruosity".