Revuelto de boletus.

El boletus edulis es una de las variedades de setas más apreciadas. Hoy ya podemos encontrar esta delicia culinaria durante todo el año, gracias a las conservas de setas en aceite. El aceite crea una película protectora impenetrable para los microorganismos que, además de garantizar la conservación de las setas, les proporciona un sabor, un aroma y una textura que incluso mejora las originales. Eso sí, hay marcas y marcas. Yo voy a recomendar una que me pareció exquisita. "El Campanillo" es una empresa de Cáceres que vende una enorme variedad de setas locales, al natural, en aceite, desecadas, en polvo, etc. además de otras conservas vegetales.
Aunque las grandes superficies comerciales son una especie de infierno ni siquiera sospechado por Dante, en ocasiones nos deparan sorpresas agradables. Esto mismo me ocurrió hace días cuando me encontré en Alcampo con una promoción de productos de Extremadura. Entre otras delicias de las que tal vez hable en futuras entradas, me encontré con un buen grupo de latas de boletus edulis "El Campanillo". No he dicho antes que esta marca es muy buena, sí, pero que de barata no tiene nada: es un producto delicatessen. Pero resulta que por algún despiste gerencial o por un excesivo esfuerzo promocional, se encontraban a 2 euros la lata de 250 gr. -cuando su precio real es de más de 6€. Así que hice un acopio de hongos como para resistir a una invasión alienígena. Como siento algún pequeño remordimiento por haber dejado sin setas a todo el pueblo, prepararé esta receta como acto de contrición.

Ingredientes, para 4 personas:
-Una lata de boletus edulis,
-150 gr de gulas,
-150 gr de gambas,
-6 huevos,
-Aceite de oliva,
-Sal,
-Pimienta,
-Perejil.
-Una bandejita de ajos frescos -o dos ajos picados.

Modo de elaboración:
Aunque las setas en aceite de esta marca son tan tiernas que podrían consumirse tal cual vienen en la lata, conviene ponerlas en una sartén, con el aceite que traen y espolvoreadas de perejil, a fuego muy lento, durante unos cinco minutos.
Mientras, pelamos los ajos frescos. El modo de hacerlo es sencillo: con un cuchillo, cortamos el penachito que tienen al final y las extremidades que cuelgan por la otra punta. Les quitamos un par de capas y los cortamos en rodajitas muy finas.
Los ponemos a sofreir con un chorrito de aceite en una sartén grande, ya que será en la que preparemos el revuelto. Debemos cuidar de que no se quemen porque aportarían un sabor amargo muy desagradable, así que fueguito bajo y paciencia.
Cuando estén dorados, añadimos las gambas y las gulas. damos un golpe de fuego fuerte y lo volvemos a bajar. Las gambas se cocinan en unos 3 minutos.
En ese momento, añadimos los boletus. Mezclamos todo con una cuchara de palo y usando una tapa escurrimos el aceite y el caldo que siempre quedan en la sartén.
Volvemos a colocar la sartén al fuego y salpimentamos la mezcla.
Por último, añadimos seis deliciosos huevos de caserío -o por lo menos de la máxima calidad, pues en estos platos es en los que más vamos a apreciarla. Los añadimos sin batir. subimos el fuego y entonces los removemos con la cuchara de palo hasta que el huevo comience a cuajar, momento en el que volvemos a bajarlo. Lo mantenemos al fuego hasta que adquiera esa consistencia típica del revuelto, ni muy seco ni sin cuajar.
Y ya tenemos una rica cena que podemos acompañar de rodajitas de pan tostado.