
El autor, profesor de Economía en la UCM, sobre cuyas ideas generales no voy a opinar aquí, parodia en este artículo el Sermón de la Montaña y el Decálogo cristiano para denunciar el siguiente hecho: nos están vendiendo ideologías reaccionarias como ideas de izquierda. De este modo se hace pasar por izquierdistas a personajes, leyes y partidos que, en realidad son reaccionarios. De ahí lo de "criptoreaccionarios": son reaccionarios disfrazados de progres.
Mi crítica a este artículo no va pues dirigida a su intención principal, que comparto, sino, en primer lugar, a la creo que no muy afortunada selección de 10 fraudes y en segundo lugar y sobre todo, al posible y lamentable malentendido que pueda suponer tratar de criptoreaccionarios a los colectivos que mantienen algunas de las ideas enumeradas.
Éste es un listado de las 11 ideologías criptorreaccionarias en el orden que da el propio Guerrero:
1-Cristianismo
2-Feminismo
3-Ecologismo
4-Pacifismo
5-Antitabaquismo
6-Nacionalismo
7-ONGs
8-Okupas
9-Internautas
10-Defensores de derechos de los animales.
y 11-Posmodernismo.
No cabe duda de que las 11 han sido utilizadas como sucedáneos de la izquierda, y con profusión. Los casos 5 y 9 poseen carácter profético, pues en el año 2000 en el que DG escribió el artículo, todavía no habían dado de sí políticamente todo lo que ahora están dando. Pero creo que la selección podría mejorarse bastante, si lo que se quiere es encontrar los 10 sucedáneos más consumidos por el ciudadano izquierdista de principios del siglo XXI.
-Yo echo de menos algo que ya en el 2000 estaba en su apogeo: los derechos de los homosexuales y transexuales. En cualquier programa de TV, incluídos los informativos, se da por descontado que ser de izquierdas consiste en reconocer tales derechos. Ésa es la razón por la que, aunque sea una burda mentira, los medios de supuesta izquierda, como Público o La Sexta nos dicen que en Cuba estos colectivos son marginados y perseguidos. No solo Público o la Sexta: Esperanza Aguirre se une a sus protestas -y con ello deja claro de paso que no es tan de derechas como la pintan. Recordemos igualmente lo mal que por lo visto lo pasan los homosexuales en otros países enemigos del imperio, como Irán.
-Otro importante sucedáneo que se le olvida a DG es el antirracismo. Creo que basta un ejemplo señero para comprender el truco. A Obama muchos izquierdistas todavía hoy lo consideran mejor que Bush... porque es negro. Y un negro, como una mujer o un homosexual, nunca es tan facha como un hombre blanco heterosexual.
-También echo en falta el ateísmo. Aunque es verdad el punto 1 -y viene siendo verdad desde tiempos inmemoriales- hoy es más efectivo como sucedáneo de izquierdas el ateísmo que la caridad cristiana. He hablado con mucha gente que se creía activista revolucionario por atreverse a blasfemar en público. A intelectuales que casi se creían Lenin por descubrir, con un poco de retraso con respecto a los ilustrados del XVIII, que la Biblia dice maldades y tonterías. A izquierdistas tan íntegros que se vanagloriaban de no haber pisado una iglesia en 30 años (aunque acudían 30 veces al mes al banco y al hipermercado.) El diario Público y el semanario El Jueves convencen a muchos lectores de su izquierdismo lanzando invectivas contra el papa, los curas, las monjas, la Virgen, Jesús, Dios, Mahoma y quien haga falta. Así luego pueden recomendar a los lectores comprar el último gadget de Apple sim que nadie sospeche nada malo.
-Y quizá el mayor de todos los sucedáneos, de todos los fraudes que creo que falta en el listado es el de la "democracia" entendida en el sentido restrictivo que le dan los medios, como el conjunto meramente formal de instituciones de las democracias liberales occidentales. Ser de izquierdas es estar en contra, como decía Carrillo, de todas las dictaduras, hasta de la del proletariado. En contra de los sistemas de gobierno que no tengan partidos, que no tengan sus elecciones, que no se organicen exactamente según nuestro maravilloso modelo. Por eso los izquierdistas deben estar en contra de la democracia cubana, de la Yamairiya libia o de la república islámica de Irán. Las gravísimas consecuencias que esto acarrea las estamos comprobando más que nunca en este año. Da igual que en Libia la riqueza estuviese repartida, o que la democracia se ejerciese barrio a barrio. No había partidos y la figura del líder supremo no tiene cabida en nuestro modelo: hay que matarlo. Y lo mismo pasa con Irán: es una "teocracia", así que hay que derrocarla.
Pero es que hasta dentro de nuestras fronteras aplicamos este criterio. Aquí parece que basta con ser antimonárquico para ser de izquierdas, pues la monarquía hereditaria no casa con nuestra idea de perfecta democracia formal.
Este sucedáneo, el de la "democracia", es quizá hoy mucho más digno de ser el que encierra a los demás, ahora que ya el posmodernismo está más bien pasado de moda (hasta Vattimo lo ha abandonado)
Seguro que a vosotros se os ocurren más sucedáneos. Me ha parecido que era importante señalar algunos más para completar el panorama. Pero más importante me parece despejar un posible malentendido que puede surgir al leer el texto de Diego Guerrero y, en general, al escuchar las cosas que decimos los que en esto pensamos como él. La forma en que está escrito el artículo de Guerrero, en concreto, se presta, me parece, a esta interpretación que, supongo, no es la que el autor apoya.
Se trata de considerar reaccionarias a esas ideologías por sí mismas, y no en función de como son utilizadas por los medios.
Así, por ejemplo, la lucha para acabar con la discriminación de la mujer o de las minorías étnicas o de los homosexuales no son en absoluto luchas reaccionarias, no son en absoluto ideologías incompatibles con ser de izquierdas. Otra cosa será discutir sin son condiciones necesarias y, más aun, si son suficientes para poder llamarse "de izquierdas"
A la hora de definir cualquier cosa es importante evitar la confusión entre condiciones incompatibles, condiciones necesarias y condiciones suficientes. Para definir a un perro, una condición incompatible es que vuele (es imposible ser perro y volar) y una necesaria es que sea vertebrado. Pero ser vertebrado no es una condición suficiente, ya que hay muchos vertebrados que no son perros.
Pues bien, lo que nos ofrecen los mass media es una constelación de ideas que pueden o no ser necesarias para la izquierda pero que nunca son suficientes ya que olvidan lo que desde Marx define a la izquierda, y que no es una cuestión de ética ni de derechos humanos, sino de mera economía política.
El listado de DG es muy heterogéneo y es ofrecido todo él bajo el epígrafe "criptoreaccionario". Ello invita a pensar que DG -y los que estamos de acuerdo con él en este punto.- somos partidarios del maltrato animal y el machismo y estamos en contra de la ley antitabaco.
Lo que hay que hacer notar es que casi cada caso es distinto. Hay casos en los que ideas que son necesarias (¡imprescindibles!) en la izquierda, como la igualdad de derechos de la mujer o la conservación del medio ambiente, son tergiversadas y convertidas en estupideces o en contrarrevolucionarias por parte de los medios y de muchas grandes organizaciones feministas y ecologistas.
Hay casos de idelogías neutras, no son ni izquierdistas ni reaccionarias. Son ideas formales: depende de para qué se usen y en qué contexto, cumplirán un papel reaccionario o revolucionario. Es el caso del nacionalismo. Ya he comentado hace poco cómo me temo que el nacionalismo de Amaiur es un sucedáneo de socialismo y no un medio para lograr implantarlo en Euskal Herria.
Hay otros, como el maltrato animal, que son cuestiones éticas. Estar en contra del maltrato a los animales no es una cuestión de izquierdas o de derechas: se trata de ser un hijoputa o no.
Hay movimientos que no son ni tienen porque pretender ser suficientes ni la panacea, como los okupas o algunas ONGs, pero que no necesariamente tienen por qué ser criptorreaccionarios. Otra cosa es que los medios los utilicen para hacerlos pasar por lo que no son. No llamaría criptorreaccionarios a algunos curas y monjas que pasan penurias en el Congo, ni a la mayoría de okupas que conozco.
Y hay cuestiones que son sencillamente estupideces o nimiedades, como el antitabaquismo. Otra cosa es que oculten intenciones aviesas, como las dos que denuncia DG en el artículo o la que yo creo ver en éste.
En resumidas cuentas, hay que comprender que lo que importa no es tanto la intención de los que se manifiestan contra el maltrato animal, los derechos de la mujer, la protección de la naturaleza, la independencia, la democracia real ya, etc, ni la de los que trabajan y hasta pierden la vida a cambio de nada en ONGs o movimientos okupas. Lo que importa es detectar y denunciar qué función ideológica desempeñan en los medios, que son los que nos crean una realidad a su medida, una izquierda a su medida, una izquierda despojada de lo que realmente la define.
Socialicemos los medios de producción. Luego nos ocuparemos del feminismo, de la ecología y de todo lo demás. No confundamos los efectos de una política de izquierdas con sus causas.