Y ahora hablemos del restaurante. El Intxixu es de los de toda la vida -en el pasado funcionaba como asador y se comía de lujo. Pero hace ya un par de años ha sido reabierto por gente nueva que le ha dado un aire y una orientación también nuevas. El local no pretende aspirar a Guía Michelín -mira que es estúpido el nombre ¿cómo puede llamarse Guía Miguelito algo que pretende ser tan exclusivo?- simplemente aspira, parece ser, a dar de comer magníficamente por un precio muy ajustado. Una aspiración loable y, además, hecha realidad.
Ofrece menú del día entre semana, carta y, lo mejor, un menú degustación de viernes a domingo ¡por el increíble precio de 18€! Encima, el menú varía cada fín de semana, cosa nada común.
El que probamos nosotros consistía en tres entrantes, plato fuerte y postre. Los entrantes eran
-Tostada de jamón de pan tierno y crujiente y frotada con ajo -no veas lo que les alegró a mis amigos que yo no pueda comer cerdo, porque debía estar buenísima.
-Un también crujiente y ligero hojaldre de puerros.
-Y una sabrosísima ensalada templada de escarola y langostinos.
El plato fuerte consistió o en una brocheta de langostinos y chipirones o en un taco de buey fileteado con salsa de Treviso. La brocheta parecía quizá algo escasa, sus chipirones no podían estar más tiernos -aunque sí podrían haber estado más sabrosos. El buey también resultó un poco escaso, pero por lo demás tanto la salsa como la carne estaban mejor que bien.
Unas torrijas muy bien presentadas y tiernas y un pelín demasiado dulces sirvieron de postre. También había disponibles una copa de ciruelas al Armagnac.
En cuanto al local, no tiene ningún lujo, pero es pulcro y está todo muy bien cuidado. El personal es eficiente y de lo más simpático, lo mismo los cocineros que las camareras.
El único defecto del local está relacionado precisamente con el hecho de ser bueno, bonito y barato: estaba petado. De padres, de madres, de abuelos, de cuñados, de yernos, de nueras, de una decena de niños... y todos ellos gritando como solo lo saben hacer los vascos cuando se ponen a comer y a beber en una mesa para doce: como condenados. Para colmo, el comedor posee una sonoridad que no ayuda precisamente a disimular el jaleo. Si te gusta sorber la sopa o haces ruido al masticar, los domingos familiares en Intxixu son ideales: nadie se dará cuenta de nada.-Un también crujiente y ligero hojaldre de puerros.
-Y una sabrosísima ensalada templada de escarola y langostinos.
El plato fuerte consistió o en una brocheta de langostinos y chipirones o en un taco de buey fileteado con salsa de Treviso. La brocheta parecía quizá algo escasa, sus chipirones no podían estar más tiernos -aunque sí podrían haber estado más sabrosos. El buey también resultó un poco escaso, pero por lo demás tanto la salsa como la carne estaban mejor que bien.
Unas torrijas muy bien presentadas y tiernas y un pelín demasiado dulces sirvieron de postre. También había disponibles una copa de ciruelas al Armagnac.
En cuanto al local, no tiene ningún lujo, pero es pulcro y está todo muy bien cuidado. El personal es eficiente y de lo más simpático, lo mismo los cocineros que las camareras.
Pero bueno, qué culpa tienen ellos de estas cosas. De hecho, me maravilla la absoluta tranquilidad y eficiencia con la que, a pesar de todo el follón, eran capaces de moverse las camareras.
Como Intxixu no tiene web, dejo aquí los datos:
Ihurrita Bidea, 10 -Oiartzun
Tfno: 943491100.
2 comentarios:
No me extraña la buena fama que tiene la cocina vasca. La verdad es que has aportado todo lujo de detalles sobre el lugar y el menú en cuestión. En este sentido, nada tienes que envidiar a la Guía Michelin, de la que no tienes muy buen concepto. Tus razones tienes para ello, desde luego.
Un andaluz saludo, Dizdira.
Sí, vaya si las tengo...
Gracias por lo que me toca en lo que dices de la cocina vasca. No ya por devolución cortés de piropos, la verdad es que yo en Málaga también he comido muy bien y muy varíado, desde Ronda a la costa.
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