jueves, 17 de diciembre de 2009

Egunkaria: no todos los periodistas son iguales.


Nos gusta pensar que vivimos en un país democrático, en el que los derechos humanos se respetan con exquisitez. Dentro de estos derechos, se consideran especialmente protegidos la libertad de expresión y de prensa. Por eso es habitual leer cómo nuestros periodistas, ejerciendo un sano corporativismo, publican de las denuncias de organismos internacionaales que aluden a la encarcelación, torturas y malos tratos respecto a compañeros periodistas que residen en países del grupo de los "malos" como Marruecos, Cuba, China o Irán. Ello, desde la autocomplacencia de saberse instalados en un país justo y libre.

Estos periodistas tan comprometidos se ve que ignoran que en su país, en su Madrid, en su Audiencia Nacional, a la que tantas veces acuden para cubrir los diferentes autos de fe con que nos deleita este Tribunal Especial de Delitos Políticos, se está juzgando a compañeros suyos del diario Egunkaria en un proceso judicial del que ya ni el fiscal quiere saber nada, sostenido únicamente por dos grupos de extrema derecha como "Dignidad y Justicia" y la AVT. Me pregunto si se admitiría a trámite un juicio contra el periódico "La Razón" en el que la acusación particular la constituyesen pequeñpos grupos radicales de izquierda.
El diario Egunkaria fue clausurado "preventivamente" hace siete años sin pruebas ni indicios, pruebas e indicios que siguen sin aparecer por ningún lado, por lo que, como he dicho, el propio fiscal ha rerecomendado el sobreseimiento del caso y ha renunciado a efectuar pregunta alguna a los acusados. Durante estos siete años, las cuentas bancarias de estos periodistas permanecen clausuradas. La Guardia Civil los ha torturado, las torturas se han denunciado y, naturalmente, las denuncias han sido archivadas sin investigación alguna. Se han perdido numerosos empleos y la vida de estas personas, algunas de ellas ancianas, ha sido y sigue siendo un infierno. Si al final salen absueltos, nadie les va a restituir esos años de persecución y abusos. Se habrá logrado lo que se quería: ser periodista ajeno al sistema en este país tan democrático consiste en eso.

Me asalta la duda acerca de si éste ha sido sólo un juicio político -contra el nacionalismo vasco, línea ideológica del periódico clausurado- o también cultural. En el entorno del gobierno de Aznar, que estaba en el poder cuando la policía cerró el periódico, se acusó a la directiva del diario de formar parte de ETA y de financiarla. Jamás se encontraron pruebas al respecto. El juicio cultural habría que enmarcarlo en el contexto de la persecución del euskera. Nunca he comprendido cómo cualquier europeo, incluídos los españoles, no contemplan este idioma como un patrimonio propio, original y milenario. Sin embargo, como incomprensiblemente sucede con muchos idiomas indígenas americanos y africanos, sobre todo, se lo intenta erradicar en un incomprensible suicidio cultural.
¿Por qué no hemos visto a los independientes y solidarios perodistas españoles, esos que se escandalizan con las censuras en China acudir a la Audiencia Nacional a apoyar a sus compañeros? ¿O es que no son compañeros cuando su ideología no les gusta? ¿O es que son unos vendidos, unos cobardes y una basura humana, unos chupaculos del poder, unos miserables éticos e intelectuales que sólo sirven para corear consignas, hablar del tiempo y del fútbol. relatarnos sucesos morbosos, denunciar lo malos que son los moros y los comunistas y alabar la campechanía del Rey?
Es normal que ya no usemos periódicos como papel higiénico. Ya llevan demasiada mierda encima.

7 comentarios:

. dijo...

Sólo conozco por encima la historia pero supongo que lo que está pasando últimamente es parte de la guerra sucia que se trae el gobierno después de la tregua fallida. Asociaciaciones que pongan denuncias así siempre hay, lo que no está siempre es la justicia de un Estado para seguirles la corriente. Quizás hayan pensado que es mejor torcer la cabeza para otro lado y dejar que algún perro rabioso se coma lo que quieren ver como carnaza.

Puestos a exterminar no creo que en última instancia se diferencie mucho entre política y cultura. Es más fácil poner todo en el mismo saco y procurar que desaparezca lo más pronto.Después de todo desde los dos lados se puede ver la amenaza y cuando hay miedo...

Saludos

Maria C dijo...

...y cuando hay miedo...hay mucha ignorancia o interes malsano de por medio.Lastimosamente eso no ayudara a los trabajadores que ademas de ser calumniados y torturados perdieron su fuente de trabajo.Muy triste.Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

No es casualidad que en el resto del estado español apenas haya información al respecto. Son sus compañeros periodistas los encargados de omitirla.
También yo creo que se va a buscar una salida "honrosa". Quizá se impongan condenas simbólicas para contentar a la acusación. En cualquier caso, da miedo pensar lo frágil que es nuestra libertad y de qué forma inesperada podemos llegar a perderla. Contentar a la ultraderecha con víctimas propiciatorias para que no se enfade demasiado... Cualquier aficionado a la historia del siglo XX sabe a qué nos aboca esto.
Saludos a ambos.

JL F dijo...

El caso Egunkaria es uno mas de la estrategia tan tolerante que usan las democracias capitalistas: o estas conmigo o estas contra mi. En este caso, si no repites lo que que hay que decir contra el enemigo eres parte del enemigo. El enemigo es ETA. Asi que Egunkaria, como paso con Egin, y como algun dia puede llegar a pasar con Gara, son acusados de ser de ETA, por escribir en euskera, por no condenar una parte concreta de la violencia, y por denunciar lo que creen: que hay represion contra lo vasco y miles de presos politicos consecuencia de ella.

El juicio de Egunkaria es un juicio de Tribunal de Orden Publico franquista (hoy Audiencia Nacional), y por lo tanto las condenas ya estan pactadas de antemano (y si no encuentran pruebas o se las inventan o reinterpretan la ley).

¿A quien le gusta pensar que vivimos en democracia? En todo caso, nos gusta soñar que algun dia viviremos en una democracia, porque de momento es pura y dura dictadura bien maquillada

Dizdira Zalakain dijo...

Esta pantomima me recuerda a lo que comentas en tu blog sobre el juicio del Raval. Lllama la atención que ningún periodista haya aparecido junto a sus compañeros imputados, lo que demuestra que en este país no existen periodistas libres. Si Couso hubiese trabajado en Gara y hubiese muerto torturado por la Guardia Civil, nadie habría movido un dedo por él. Los grandes grupos mediáticos han dado la espalda a sus compañeros huyendo del corporativismo habitual en estos casos. Qué curioso.

pcbcarp dijo...

Buenos días, correspondo a tu visita y lo primero que me encuentro me gusta.

Es sumamente inquietante que, cuando el PP en el gobierno pareció descubrir la estrategia hasta entonces privativa de la izquierda extraparlamentaria de producir siglas y más siglas para poner al pie de las convocatorias de manifestaciones, los tribunales confirieran a esos grupusculos el papel de martillo de herejes.

Según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, los autos deben archivarse si no acusa el fiscal ni la acusación particular (o sea, los directamente perjudicados) Es claro y no hay vuelta de hoja. Lo malo es que el Tribunal Supremo se inventó una doctrina ad hoc según la cual, cuando no hay perjudicados individualizables, el procedimiento puede seguir adelante sin acusación pública (fiscal) ni particular, sólo con la acusación popular. Eso ha dado alas a grupúsculos mafiosos tipo "manos limpias", como ocurre en el caso Egunkaria.

Otro cantar es el "silencio" de los periodistas de los medios, digamos, oficiales

Dizdira Zalakain dijo...

Muy pertinentes tus aclaraciones sobre las cuestiones jurídicas del tema. La sociedad española, y no sólo los periodistas, aunque principalmente ellos, se enfrenta a la necesidad moral de denunciar el uso por parte de los tres poderes de las etiquetas ETA, Al-Qaeda, etc. con fines espurios. ¿Qué digo necesidad moral? Es pura autodefensa. Cualquier día les puede tocar a ellos.
En fin, gracias por tu visita y tus comentarios.