¿Suena sencillo? ¡Lo es! Pero creo que puede ser interesante compartir algunos truquillos para preparar algo tan elemental como unas zanahorias de modo que el resultado supere con creces nuestras expectativas.
Aparte del modo de cocción, lo más importante de la receta, desde luego, es la calidad de las zanahorias. Recomiendo usar las zanahorias en manojo (les he hecho una foto para que las distingáis). Vienen presentadas con sus hojas y son relativamente pequeñas y finas, pero mucho más sabrosas que las grandes. Son menos habituales porque se conservan peor y porque su aspecto las hace parecer de inferior calidad. Pero en las frutas y hortalizas, como en tantas otras cosas, las apariencias engañan.
Incluyo la opción de añadir algunas especias, pero no son necesarias. Quienes no dispongan de ellas o no sean muy aficionados a usarlas pueden cocinarlas simplemente con sal y verán que están mucho más sabrosas que, por ejemplo, las patatas fritas (y encima son bastante más dietéticas.) Quedan muy bien como guarnición para carnes y pescados o a modo de ensalada templada, sola o añadiendo lo que más nos guste.
Ingredientes básicos:
-Zanahorias
-Aceite de oliva
-Sal
Ingredientes opcionales:
-Caldo de verduras
-Cardamomo
-Cilantro
-Comino
-Gengibre
-Zumo de naranja
-Zumo de limón.
Modo de elaboración:
Debemos lavar bien las zanahorias y quitarles la piel con el clásico pelapatatas o raspándolas con un cuchillo. Luego las cortamos en rodajas finas o, mejor, en tiras, porque estas zanahorias son muy estrechas.
Cogemos una olla o un cazo grande y vertemos un chorrito de aceite de oliva, no demasiado porque las zanahorias sueltan su propio jugo.
El truco para conseguir unas zanahorias espectaculares y que me ha animado a escribir esta receta está en el proceso de cocción, que puede durar hasta 20 minutos y que exige que estemos pendientes de él. Lo bueno cuesta trabajo, atención y tiempo.
Empezamos rehogándolas en ese chorrito de aceite a fuego medio-lento, removiéndolas de vez en cuando. Pasados tres o cuatro minutos veremos que las zanahorias amenazan con quedar chamuscadas. Esta va a ser la tónica todo el rato. Debemos lograr que las zanahorias estén a punto de quemarse, pero, claro está, evitando que esto llegue a ocurrir. Esto lo conseguimos añadiendo un poquito de agua a ser posible templada (o de caldo de verduras) que emitirá el clásico ruido de agua al entrar en contacto con una superficie muy caliente.
Tapamos el recipiente (no herméticamente) y bajamos el fuego al mínimo. Cada dos o tres minutos, veremos que, de nuevo, las zanahorias amenazan con carbonizarse. Antes de que eso ocurra, les echamos otro chorrito de agua. Continuaremos con este proceso durante al menos un cuarto de hora y removiendo de vez en cuando. Mientras más tiempo le dediquemos, más tiernas quedarán.
Antes de retirarlas las espolvoreamos con sal fina (no mucha).
Si queremos una versión más especiada (recomendable sobre todo si no hemos logrado zanahorias de buena calidad) podemos añadir (un par de minutos antes de retirarlas del fuego) un chorrito de limon y de naranja y un poquito de algunas o todas las especias indicadas.
lunes, 10 de octubre de 2011
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15 comentarios:
La "objetividad" de Manu Bravo:
http://24milimetros.blogspot.com/2011/09/las-luces-de-la-revolucion-comienzan.html
Una vez cumplido el trabajito propagandistico yo ya no tengo nada que ver con los bandidos, no es como al principio, que me los han cambiao... Si Manu, si, lo que tu quieras. No merece más atención.
PD ¿Que tenéis los amantes de la cocina contra las patatas fritas?
Anónimo y J.K:
El viejo amigo Manu Bravo. Una intentando hablar de comidas ricas y sanas y vosotros me ponéis esto... Parece que queréis que vomite la cena.
Siguendo las instrucciones de los jefes, voceadas por cosas como Amnistía Internacional, los héroes comienzan a retractarse pero con tanta tibieza y simplicidad que da más bien asco. Vaya calentón que ha tenido el pobre con la prisionera libia de 19 años. Apuesto a que le ha sacado la entretela a cambio de su historia -de esas historias que solo un paleto empalmado como él podría tragarse...
Resulta que las bestialidades del CNT son "actos aislados" y de hace solo unos días; los pobres guardias quieren liberar a los prisioneros pero no pueden, la falta de acceso al frente es por la seguridad de los periodistas y él empieza a ver cosas raras (justo cuando le dejan ver cosas raras). Él solo ve pequeñas sombras donde se ha instalado la noche más cerrada y perpetua.
Por cierto, y no es por ponerme quisquillosa, pero alguien debería enseñarle al señor periodista la diferencia entre "sino" y "si no" y tantas barbaridades ortográficas y sintácticas. Que se supone que es periodista y el relato parece la redacción escolar de un adolescente sediento de aventuras guays y ligues exóticos. Por muchos pick up y y gilipolleces que meta por aquí y por allá... penosa crónica.
P.D: Que conste que me encantan las patatas fritas. Seguramente están entre mis tres platos preferidos -pero no las chips del burguer.
A este tipo hay que encausarle, hay que denunciarle por cómplice de genocidio, limpieza étnica, terrorismo, violación... por ni-ni, si no, sino, y todo lo que se me ocurra.
Pero que miserable hijoputa, que ASCO me da, ya me ha jodido la noche.
Por cierto, las patas fritas, que gran invento, nunca agradeceremos lo suficiente a los amerindios ese gran invento que fue la PATATA. Y además no engorda, es lo que la acompaña lo que engorda, como pasa con la diosa birra.
Esta claro?
¡Qué gran regalo para el estómago y para la vista (esto último, por lo de la vitamina A)! Me apunto de buena gana a esta receta.
Como ves, amiga Dizdira, aquí hablo hoy de lo que hay que hablar: de gastronomía, no de política. Es lo que toca. Lo dice la carta. ¡Marchando una de zanahorias estofadas!
Un fraternal saludo,
el camarada Rafael Ángel
Cuando la sangre ya está derramada, los "héroes" intentan retractarse, con más torpeza que acierto.
Discúlpame, Dizdira, no era mi intención arruinarte la cena. Si te consuela saberlo a mí también se me quitó el apetito.
Por cierto, soy el anónimo de arriba.
Un abrazo.
Resulta difícil entrar a comentar, más que nada porque hay que leer primero los comentarios anteriores para no repetirse y al hacerlo uno tiene tendencia a la dispersión, al no enterarse de nada y todas esas cosas, pero hoy no puedo reprimirme:
1.- Muy bueno lo de la foto para que tus lectores no confundan una zanahoria con hoja de otra sin hoja. Ya sabes: una imagen más que mil palabras.
2.- El proceso de estofado como la lucha eterna del ser humano/a contra el chamusqueo me ha resultado de lo más poético.
3.- Prueba a hacerlas sin rasparles la "piel". Ya sé que es un coñazo frotarlas para quitarles la mierda, pero si son tiernas merece la pena.
PS. Un chorillo de coñac en vez del agua le va tb de coña.
Joder, lo siento. Lo del coñac. Juro que se me había olvidado.
Ernesto:
Pues ya ves: Gaddafi lo tuvo capturado y le dejó irse tan pancho a los pocos días- Y eso que es un sanguinario déspota (y Manu Bravo era uno de los encargados de hacer que todo el mundo pensase así.)
Lo de las birras... Ya sé que los médicos ahora dicen (me imagino que subvencionados por la poderosa industria cervecera) que no engordan y que bla, bla... Pero las barrigas cerveceras se llamarán así por algo.
ciberdemonio:
Un abrazo para ti y buen provecho, Rafael.
Jorge Díaz:
Coincido en que Manu Bravo se retracta "cuando la sangre está derramada", pero dando a esa subordinada un significado de adverbial de tiempo, no de causa. Pues, si de causa se tratase, sería más exacto decir: Manu Brava se retracto "cuando se le indica que ya puede empezar a hacerlo."
Un abrazo para ti.
eSedidió:
No hay nada que sentir, ni lo del coñac, ni lo de la coña.
El objetivo de la foto -aparte de que decora y va bien con el naranja del blog- era distinguir entre esto
http://tenerbuenasalud.com/wp-content/plugins/wp-o-matic/cache/ae351_zanahorias.jpg
y esto:
http://tenerbuenasalud.com/wp-content/plugins/wp-o-matic/cache/35be5_zanahorias3.jpg
JAJAJAJA Eso es por que toman 20 birras, así todo engorda.Y porque miráis con una visión distorsionada, es vuestra vista la que os engaña, y distorsiona la realidad.
Artículo largo e interesante del periodista francés Thierry Meyssan: http://www.voltairenet.org/La-contrarrevolucion-en-Medio
Hay algunas cosas en él que me sorprenden, como el supuesto papel que están jugando los Hermanos Musulmanes en Egipto - país que parece vuelve a estar sacudido por una ola de odio interrelgioso.
Anónimo, la fecha del artículo: 15 de Mayo. Por aquella época me temo que alguna amistad iraní le jugó una mala pasada al Meyssan. También le colaron una sobre mercenarios israelís y Gadafi que bueno... Muchas cosas le han pasado al propio Meyssan desde entonces...
Egipto lo que está sacudido es por una ola de provocaciones. Manifestación de cristianos coptos. Disparos que no se sabe de donde vienen contra los militares. Estos salen pitando y atropellan a unos cuantos manifestantes. Ni que fuera la primera vez.
Bueno, soy Superdemonio. Pero Ciberdemonio suena mucho mejor, la verdad.
Cordiales saludos.
Ernesto:
¡Seguramente será eso!
Anónimo:
Coincido con JK. Thierry Meyssan anduvo confiado en que la información de las agencias iraníes sobre las revoluciones árabes era de fiar... Hasta que se trasladó en persona a Libia. Su cambio de opinión le honra, pues es denuestra de que no está al servicio de nadie más que de lo que él considera que es verdad. ¡Si todos los periodistas fuesen como él!
superdemonio:
Perdona, te he confundido con un monstruo de videojuego ;)
me gustaria saber sobre el origen de esta receta, me puedes ayudar?
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