Hace poco el Senra cumplió 25 años y desde entonces ha evolucionado hacia una cocina nueva y elaborada sin perder por ello la tradición y la buena calidad de las materias primas.
Aunque Gros es un barrio lleno de buenos bares de pintxos, Senra es uno de los indiscutibles. Está situado en la Calle San Francisco, que desde hace un tiempo es peatonal. En Donosti, las calles peatonales son aquellas en las que los coches, en vez de ir por asfalto, van por baldosa. A pesar de todo, Gros es un barrio que continúa manteniendo cierto ambiente de barrio, algo cada vez más difícil de encontrar en esta nueva ciudad de horribles cubos de Moneo, congresos absurdos y festivales de cartón-piedra. Supongo que es el engendro cosmopolita y asfáltico que el alcalde y su equipo de empresarios se empeñan en potenciar. Afortunadamente, el pueblo es un tanto correoso y sigue empeñado en sus gustos provincianos, qué le vamos a hacer... Como digo, en Gros todavía reside gente que consume en las bonitas tiendas del barrio. Eso le confiere un ambientillo agradable y, además, tiene la ventaja de que, al estar algo retirado del centro, está menos invadido de turistas y los precios son algo más moderados.
Ocupándonos de lo que nos interesa ahora, en Casa Senra se disfruta con el paladar por un precio razonable. Disponen de raciones, platos de carnes y pescados de calidad y una deliciosa y surtida variedad de pinchos, creativos pero no snobs. Las últimas novedades, por ejemplo, son éstas:
-Jamón asado con salsa de Idiazábal y coulis de pacharán, y
-Montadito de foie con hongos y salsa de Coca-cola.
Nosotros decidimos comer de pinchos. No fueron los típicos pinchos de palillo, aunque éstos también los tienen en la inmensa barra, y muy buenos y variados, sino los llamados "pintxos calientes", que se sirven en pequeños platos y que son como menús en miniatura. Desde luego se puede ir comido o cenado con tres o cuatro de ellos. Nosotros elegimos lo siguiente:
-Ensaladilla rusa. Bastante presentable, con un generoso despliegue de pimientos del piquillo.
-Chipirones a lo Pelayo con bacalao. Un poco escasos los chipirones, pero en general un conjunto muy logrado, con deliciosa salsa, crujiente cebolla y un macizo trozo de bacalao a la plancha.
-Rodaballo con tomate y pistachos. Muy original y con una especie de ali-oli muy suave
-Solomillo de ciervo en salsa. En su punto la carne -y la salsa como para mojar pan.
-Pato relleno con salsa de manzana. Es un clásico, pero es de los mejores patos que he probado, muy sabroso y muy tierno.
-Croqueta de almeja y croqueta de chipirones. Originales, de buen tamaño y bastante bien fritas.
-De postre probamos una leche frita que, aunque rica de sabor, resultaba, por contra, demasiado aceitosa.
Aunque Gros es un barrio lleno de buenos bares de pintxos, Senra es uno de los indiscutibles. Está situado en la Calle San Francisco, que desde hace un tiempo es peatonal. En Donosti, las calles peatonales son aquellas en las que los coches, en vez de ir por asfalto, van por baldosa. A pesar de todo, Gros es un barrio que continúa manteniendo cierto ambiente de barrio, algo cada vez más difícil de encontrar en esta nueva ciudad de horribles cubos de Moneo, congresos absurdos y festivales de cartón-piedra. Supongo que es el engendro cosmopolita y asfáltico que el alcalde y su equipo de empresarios se empeñan en potenciar. Afortunadamente, el pueblo es un tanto correoso y sigue empeñado en sus gustos provincianos, qué le vamos a hacer... Como digo, en Gros todavía reside gente que consume en las bonitas tiendas del barrio. Eso le confiere un ambientillo agradable y, además, tiene la ventaja de que, al estar algo retirado del centro, está menos invadido de turistas y los precios son algo más moderados.
Ocupándonos de lo que nos interesa ahora, en Casa Senra se disfruta con el paladar por un precio razonable. Disponen de raciones, platos de carnes y pescados de calidad y una deliciosa y surtida variedad de pinchos, creativos pero no snobs. Las últimas novedades, por ejemplo, son éstas:
-Jamón asado con salsa de Idiazábal y coulis de pacharán, y
-Montadito de foie con hongos y salsa de Coca-cola.
Nosotros decidimos comer de pinchos. No fueron los típicos pinchos de palillo, aunque éstos también los tienen en la inmensa barra, y muy buenos y variados, sino los llamados "pintxos calientes", que se sirven en pequeños platos y que son como menús en miniatura. Desde luego se puede ir comido o cenado con tres o cuatro de ellos. Nosotros elegimos lo siguiente:
-Ensaladilla rusa. Bastante presentable, con un generoso despliegue de pimientos del piquillo.
-Chipirones a lo Pelayo con bacalao. Un poco escasos los chipirones, pero en general un conjunto muy logrado, con deliciosa salsa, crujiente cebolla y un macizo trozo de bacalao a la plancha.
-Rodaballo con tomate y pistachos. Muy original y con una especie de ali-oli muy suave
-Solomillo de ciervo en salsa. En su punto la carne -y la salsa como para mojar pan.
-Pato relleno con salsa de manzana. Es un clásico, pero es de los mejores patos que he probado, muy sabroso y muy tierno.
-Croqueta de almeja y croqueta de chipirones. Originales, de buen tamaño y bastante bien fritas.
-De postre probamos una leche frita que, aunque rica de sabor, resultaba, por contra, demasiado aceitosa.
Pues bien, todo lo anterior más bebidas, postre y cafés para dos, nos costó 45 euros. Un precio así en Donosti es bastante barato.
Cuestiones puramente gastronómicas aparte, el servicio es diligente y amable, si uno tiene suerte de que el bar no esté muy abarrotado. El local es amplio, decorado a la usanza tradicional, con grandes mesas de sidrería, se puede fumar y no es de esos sitios de los que se sale oliendo a fritanga.
Tras un aromático café y un puro, una sale del Senra con una visión más optimista del mundo.
3 comentarios:
Seguro que lo conoces, pero por si acaso.
Saludos
http://identidadandaluza.wordpress.com/2010/02/20/nadia-yassin-y-la-lucha-femenina-en-marruecos/
Lo que digo, aparte de enardecer mis impulsos épicos, estoy deseando volver por Donosti para comer por ahí.
Me descargué tus artículos sobre Islam y socialismo para leérmelos el finde. He de decir que es de lo más interesante que he leído últimamente. Enhorabuena. Ha sido una suerte encontrar tu blog, palabra.
Muchas gracias, de verdad. No olvides que les debemos a las percas el habernos encontrado, ja, ja. Con respecto a lo de volver a Donosti, si puedes, hazlo en invierno; está más vacía, más bonita y más barata. Y, si te gusta la fiesta, ven en enero que es la verdadera, aunque intenten promocionar la Semana Grande. Ya sabrás que se limita a fuegos artificiales y montones de gente comiendo helado, vaya, una juerga...
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