Hoy vamos a cocinar un redondo clásico en salsa pero acompañado con una guarnición no tan clásica de pasta dulce. Para ello, utilizaremos hélices, macarrones o cualquier pasta de "gran calibre".
Ingredientes, para 2 ó 3 personas:
-750 gr. de redondo de ternera,
-200 gr. de pasta,
-1 puerro,
-2 zanahorias,
-1 chalota,
-2 cucharadas soperas de cacao,
-Caldo de verduras,
-Sal,
-Pimienta,
-Harina,
-Mantequilla,
-Miel,
-Aceite de oliva.
Modo de elaboración:
En primer lugar, salpimentamos y enharinamos la carne y, posteriormente, la doramos en una sartén con aceite. Después la reservamos.
Vamos ahora a preparar la salsa. Para ello, en una sartén grande colocamos el puerro, las zanahorias y la chalota muy picaditos en un abundante chorro de aceite de oliva. Cuando estén bien pochadas las verduras, añadimos el caldo de verduras y el cacao. Atención con lo del cacao, porque no me refiero al Cola-Cao ni a ninguno de esos productos que vienen edulcorados para disolverlos en leche. Me refiero a cacao puro y en polvo. No digo que con Cola-Cao salga mal -nunca se sabe. ¡Sólo que no me responsabilizo de los resultados!
Bien; cuando la salsa esté ligada, añadimos la carne. tapamos la sartén y la ponemos a fuego alto, bajándolo cuando el guiso comience a hervir. La mantenemos así durante unos diez minutos, dependiendo del grosor de la carne.
Si la salsa nos ha quedado todavía demasiado líquida agregaremos una cucharada de harina tostada -o incluso otra de cacao- y si, por el contrario, nos ha quedado demasiado espesa agregaremos más caldo.
Pasamos a continuación a preparar la pasta. La cocemos con sal y un poco de aceite en agua caliente hasta que esté al dente. He oído decir a algunos cocineros en la tele que el aceite ya no es necesario para cocer pasta, porque ahora la fabrican de manera que no se pega. Pero en mi opinión, la pasta queda mucho más sabrosa y suave cocida con un chorro de buen aceite de oliva. Una vez cocida, la colocamos en un escurridor para que se desprenda del líquido.
Solo nos queda cocinar la salsa de miel que es de lo más sencillo. En una sartén a fuego lento derretimos 50 gramos de mantequilla. Cuando esté derretida, añadimos una cucharada de harina -mejor si es de maiz- como si fuésemos a hacer una bechamel. Removemos y mezclamos bien y entonces vamos añadiendo tres o cuatro cucharadas soperas de miel hasta conseguir el grado de dulzura y espesor ideales para mezclar con la pasta. Hay que tener cuidado de no pasarse con la cantidad ya que la miel puede empalagar si nos pasamos.
Cuando tengamos la salsa lista, volcamos la pasta y la removemos bien un momento, todavía a fuego lento, para que se impregne.
Y solo nos queda emplatar una ración de carne con su guarnición de pasta y su salsa marrón chocolate.
Buen apetito.
lunes, 22 de febrero de 2010
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