martes, 5 de abril de 2011

Txiki Muñoz: "Solamente se respeta a quien tiene fuerza"

Si hay en nuestro tiempo un asunto en el que se intenta con todos los medios de propaganda ideológica posibles disfrazar lo obvio, complicar lo sencillo, emborronar lo nítido, es el campo de la economía.
Y dentro del campo de la economía, la proporción de reparto de riqueza entre capital y salario es sin duda el elemento esencial y definitorio.
En dicho reparto, el papel de los sindicatos es clave. Veamos por qué.

Los capitalistas procurarán obtener la mayor porción posible en ese reparto. Los asalariados, por su parte, procurarán hacer lo mismo. Pero la lucha entre ambos bandos es desigual. La razón de esta desigualdad estriba en una diferencia clave:

-Los capitalistas necesitan quedarse con la mayor porción posible para seguir siendo capitalistas (de no hacerlo así, la competencia terminará por acabar con ellos.) Esto implica que los capitalistas están obligados a comprar la fuerza de trabajo lo más barato posible.
-Los asalariados necesitan vender su fuerza de trabajo para seguir vivos. Es decir, necesitan trabajar para poder comer. Esto implica que los asalariados están obligados a vender su fuerza de trabajo al precio que sea. No pueden optar por no vender si el precio no les conviene.

Como vemos, la relación de fuerzas es claramente favorable al primer bando. Los capitalistas tienen la obligación de ganar lo máximo posible, pero a los asalariados les basta con ganar lo mínimo para seguir vivos. Esto provoca que un asalariado individual, con tal de poder sobrevivir, decida vender su fuerza de trabajo más barata y así lograr que el capitalista se la compre a él y no a otro. Si alguien dice, "yo trabajo para usted 8 horas por 1000€ al mes", otro rápidamente mejorará la oferta, "10 horas por 800€" y así sucesivamente. Pero como para todos trabajar es uno cuestión de vida o muerte, seguirán pujando a la baja hasta que finalmente terminen aceptando condiciones que harían parecer benigna la esclavitud. No otra cosa sucedió en la Inglaterra del s. XIX. Allí las jornadas laborales podían perfectamente superar las 14 horas diarias y los salarios sumados de toda una familia, padres, madres y también niños apenas eran suficientes para la manutención. Un obrero inglés de Birmingham en 1830 a buen seguro habría envidiado la suerte de un esclavo de la Roma imperial.

Los sindicatos surgen para cambiar la negociación individual de las condiciones de trabajo por una negociación colectiva. La negociación colectiva es esencial para evitar que los trabajadores se vean obligados a competir entre sí para ofrecer las condiciones más ventajosas al capitalista.
Hay una cantidad inmensa de imbéciles o de malnacidos -de todo hay- que, cuando se convoca una huelga, reclaman su derecho a decidir libremente el ir o no a trabajar y afirman que los piquetes son "antidemocráticos", imitando como papagayos los argumentos del tertuliano facha que han escuchado en la radio. Pero los piquetes están precisamente para impedir que el capitalista pueda negociar individualmente las condiciones de trabajo y así evitar que un imbécil, un pelota o un desesperado hunda a todos los compañeros intentando salvarse él solo. Hacer una huelga sin piquetes es tan inútil como frenar una epidemia sin poner el foco en cuarentena forzosa.
Ni que decir tiene que cuando un sindicato recurre a la fuerza para evitar que unos pocos hundan a todos, está haciendo algo que hoy ya es considerado ilegal. Los medios de comunicación, el gobierno, la patronal, los sindicatos vendidos a la patronal, la policía, la guardia civil y últimamente hasta el ejército movilizan todos sus medios, violentos o no, para evitar que haya piquetes. Saben que los piquetes son la clave y por eso no solo se apalea y encarcela a los que los organizan, sino que se los demoniza en la TV. de modo que los imbéciles que salen beneficiados de la valiente acción de esos piquetes sean los mismos que luego les insulten por la calle.

Esta es la verdad simple y clara: solamente se respeta a quien tiene fuerza. Los capitalistas tienen en su bando a los medios de comunicación -lógico, los pagan ellos- a los políticos y a sus jueces y fuerzas de seguridad -lógico, los pagan ellos- y a los sindicatos mayoritarios (CC.OO. y UGT) -lógico, los compran ellos. También tienen a toda una masa de asalariados que, alienados por el miedo a la miseria y por el bombardeo ideológico, toman partido por sus propios enemigos. En el bando contrario, los asalariados no tienen casi nada con lo que luchar. Sólo unos pequeños sindicatos minoritarios continuamente acosados y un pequeño grupo de trabajadores con el valor de cuestionar lo que les dice la TV.

Hasta hace poco la situación en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) era algo mejor. En todo el estado español hay sindicatos que aun no se han vendido, pero casi siempre, salvo sectores muy específicos, están en minoría. Pero en la CAV existen dos sindicatos que aun no se han vendido, (ELA y LAB) y que, además, son mayoritarios. Sin embargo, violando los principios más básicos de la democracia, los sindicatos mayoritarios son sistemáticamente excluídos de las negociaciones. ¡En la CAV, gobierno y patronal negocian los convenios colectivos con los sindicatos minoritarios CC.OO. y UGT!

Para entender rápidamente por qué ocurre esto, basta con escuchar el ideario sindicalista del nuevo Secretario General de ELA, Adolfo Muñoz, "Txiki", bastante bien condensado en este vídeo y más desarrollado en los dos audios siguientes.








Adolfo Muñoz insiste en la pedagogía de recordar lo obvio, eso que, por increíble que parezca, ha olvidado la mayoría de los trabajadores gracias al bombardeo ideológico: "Solamente se respeta a quien tiene fuerza." El "pacto social" del que babosamente hablan estos cerdos criminales de CC.OO. y UGT, que lo mismo firman despidos que aplauden bombardeos, es un camelo. Entre capitalistas y asalariados no hay pacto: si gana uno pierde el otro. Y para evitar que los capitalistas cada vez se lleven más parte del pastel hay que tener fuerza. A un capitalista no se le frena con palabras.
Como dijo el economista italiano Ricardo Petrella el diálogo social no puede funcionar nunca si no se da entre iguales; el papel de los sindicatos es crear las condiciones necesarias para negociar -no dialogar- de igual a igual; lo otro es una mascarada, un carnaval de Venecia"

6 comentarios:

quebrantandoelsilencio dijo...

El poder de la fuerza es lo que ha condenado a este mundo a tener que convertirnos en luchadores sin tregua para poder vivir con dignidad.
Un tema muy interesante, Dizdira.
Un saludo

Anónimo dijo...

salam, un árticulo y una web de las que hay pocas... felicidades.

masalama

JL F dijo...

Menos mal que al menos quedan algunos sindicatos combativos. Lo que esta claro es que CCOO y UGT son tentaculos sistemicos para lograr el objetivo de que los capitalistas ganen mas pasta aumentando la explotacion de los trabajadores. El dialogo social es, como dices, una mascarada, y solo negociando, combatiendo, presionando con la unidad y la fuerza, se puede pasar a la ofensiva despues de muchos años de rendición.
Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

quebrantandoelsilencio:
Sí. algunos creen que a los comunistas nos gusta la revolución por la revolución, la fuerza por la fuerza. Hay quienes creen que la palabra kaos, con "k", es el emblema de la izquierda. Pues no. El caos y la violencia, la continua revolución, la interminable destrucción, es el emblema del capitalismo. Porque si algo deseamos los comunistas es la vida tranquila, la bendita rutina del trabajo, la familia y los amigos. Solo deseamos que el capitalismo nos deje en paz. Por eso no nos queda otra salida que la guerra.

Anónimo:
La paz de Dios contigo. Muchas gracias por tus palabras de ánimo.
Masalama.

José Luis:
El Gobierno, con la connivencia de la patronal y la UGT, ha aprobado la "Ley de medidas
urgentes para la empleabilidad y la reforma de las políticas activas de empleo." según la cual las políticas de empleo se harán de manera centralizada. Esto es una especie de "Ley de partidos sindical". Parece hecha ex profeso para Euskadi, la única C.A. en la que los sindicatos mayoritarios no están vendidos a la patronal.
Saludos.

Dizdira Zalakain dijo...

Se me olvidaba añadir en la lista de los que han aprobado la centralización a CC.OO. Pero vamos, era de suponer...

Anónimo dijo...

Sobre el tema de los sindicatos y las huelgas, sugiero la lectura de lo siguiente:

http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/15395

http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/15544

Y, en general, todo el trabajo de Félix Rodrigo Mora:

http://felixrodrigomora.net

Un saludo.