El año pasado le otorgaron el premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, un año después de que ese mismo premio le fuese entregado al presidente de EEUU -probablemente, de los 7.000 millones de personas que hay en el mundo era precisamente el presidente de un país como EEUU el que más se merecía un premio de la Paz. Con semejante predecesor era inevitable que Liu Xiaobo pareciese un mero aprendiz, en comparación. No obstante, hay que reconocer que el
disidente chino es un gran activista por la paz, como ya comentamos en
este blog. Uno de sus méritos fue apoyar a Bush en su intención de bombardear a Irak. Pero el mayor de todos fue sin duda declarar que el colonialismo es lo mejor que le ha pasado a China y lo mejor que le podía volver a pasar (y eso que el mayor genocidio de la historia de la humanidad se produjo a causa de la guerra colonialista del opio en la que perecieron 60 millones de sus compatriotas a manos del Imperio Británico.) Es el tipo de mérito que suele valorar positivamente el Norske Nobelkomite. Este año, por ejemplo, el premio se lo han llevado
tres primaverales mujeres. Y ya hemos visto lo positiva y pacífica que ha resultado la Primavera Árabe en países como Libia. A ver si el año que viene el jurado barre un poquito para casa y se lo dan a Breivik.
Pero la disidencia y la lucha por la democracia en ese país grande, malvado y semejante a Mordor llamado China continúa y ahora se ha puesto de moda un nuevo estilo más desenfadado y creativo de disidente que deja en mantillas incluso a Liu Xiaobo.
Se trata de
Ai Weiwei, un activista que tiene incluso nombre de ONG.
Según nos cuentan Ai Weiwei es un artista multifacético y genial pero sobre todo comprometido con la libertad de sus mil y pico millones de compatriotas. Estos son algunos de los datos sobre Weiwei que nos ofrecen nuestros medios de comunicación -plurales y libres, no como los chinos. No voy a dar enlaces porque no hay más que teclear su nombre en Google para obtener miles de entradas llenas de encendidos elogios hacia su
figura. Y es que como los medios plurales y libres son los únicos que se pueden comprar en un kiosko, escuchar en una radio o ver en un televisor, pues también son los que más páginas de internet ocupan.
Ai Weiwei según los medios plurales y libres.-Nació Ai Weiwei en Pekín, en 1957. Su padre fue otro gran artista: un poeta que también fue represaliado por el régimen de Mao.
-Desde joven fue un artista disidente y un agitador ideológico. Por eso, a los 24 años emigró a EEUU para disfrutar de la libertad de este gran país.
-Allí estuvo empapándose de cultura underground hasta que en 1994 vuelve a China.
-Desde entonces su actividad artística -hasta ese momento ignota- se ha difundido por todo Occidente. Sus increíbles performances se han mostrado en multitud de bienales (siempre me he preguntado por qué ese arte que consiste en cosas que aparentemente nada tienen que ver con el arte se ha de exponer en festivales bienales, y no anuales, por ejemplo.)
-Su fama ha sido tal que hasta el gobierno chino, a pesar de las terribles críticas que Ai Weiwei siempre ha lanzado contra él, ha debido aceptar su genialidad. Así, se le permitió exponer en la bienal de Shangai, pero el gobierno censuró su obra. Es más: le encomendó el diseño del estadio olímpico para Pekin 2008, a pesar de lo cual fue tan valiente como para denunciar a esos juegos olímpicos como el lavado de cara de un gobierno criminal y represivo.
-Poco antes de que se celebrasen los Juegos realizó un dramático documental en el que mostraba el dolor de los padres que habían perdido a sus hijos en el terrible terremoto de Sichuan y dejaba claro que la culpa de todo la tenía el gobierno, que había construído colegios con materiales muy endebles para ahorrar dinero.
-Desde entonces el gran artista e incansable luchador por la democracia no ha hecho más que sufrir hostigamiento por parte de las autoridades chinas. En 2010 el gobierno demolió su flamante estudio de artista en Shangai (esta vez sin usar terremotos para ello.)
-Las últimas cosas que nos cuentan nuestros medios es que el 3 de Abril fue secuestrado por sicarios del gobierno chino y retenido en un lugar secreto. El periodico
izquierdista Público se preguntaba, en un titular-denuncia
¿dónde han metido a Ai Weiwei? Al final el artista volvió a su casa con una acusación (totalmente falsa, por supuesto) de fraude fiscal por valor de 1.700.000 euros. Aseguró que le habían torturado.
Pero una ola de solidaridad internacional ha logrado ya reunir casi todo el dinero que Weiwei necesita para la fianza. Si queréis dar parte de vuestros 400 euros de minijob para que el artista chino pueda pagar la multa, podéis hacerlo
aquí. Tranquilos, que Weiwei promete devolveros el dinero.
Visión alternativa de Weiwei.Sería inútil contrastar este perfil de nuestro personaje, recolectado a partir de los datos de la prensa libre -es decir, la que se vende en los kioskos de nuestro país- con el que nos ofrecen los medios chinos, pues nadie les daría crédito a éstos últimos. Y es que todos tenemos claro que los medios chinos son
oficialistas y progubernamentales y, por tanto, mentirosos, ya que allí no existe la libertad de expresión, al contrario de lo que ocurre en España y en el resto de países de la OTAN. Hace solo unos días, en el marco de los actos de conmemoración del 50 aniversario de AI -nos referimos a la ONG, no al artista chino-
Serrat nos lo dejaba claro.
Así que he preferido completarlo con datos obtenidos de un bloguero occidental especialista en temas chinos y que escribe desde Calgary (Canadá), es decir, desde el mundo libre, sin presiones del gobierno chino. Además, para comprender mejor su actividad profesional me he basado en webs igualmente occidentales y dedicadas al -para mí- incomprensible mundo del arte conteporáneo.
El blog canadiense se muestra abiertamente crítico con Ai Weiwei y desmiente muchas de las informaciones que sobre su vida y obra nos ofrece la prensa libre y que hemos resumido arriba.
Parece que Weiwei consiguió un permiso de residencia en EEUU en calidad de estudiante de la New York School of Design. Pero como no acudia a clase fue expulsado del centro y, por tanto, perdió el visado. No obstante pudo permanecer en el país de la libertad como extranjero ilegal gracias a que parece que sus servicios como propagandista antichino empezaron a interesar. Sin oficio ni beneficio, Weiwei
obtuvo el privilegio de poseer una Green Card de las autoridades americanas. ¿A qué se dedicó Weiwei durante doce años de su vida en EEUU? El New York Times lo resume diciendo que
"a la agitación política" y a formar parte del "
renegade art movements" ¿Qué tipo de movimiento era ese? Nuestro bloguero canadiense nos informa de los detalles: por lo visto
el arte renegado consistía en trabajar de proxeneta en el barrio chino de la Calle 42. También se dedicó al juego, a timar a turistas y a otros trapicheos similares. Bueno, ya vemos que estamos ante un típico caso de artista bohemio. No os olvidéis que detrás de cada proxeneta, de cada trilero puede haber un Leonardo da Vinci. O quizá todo esto no eran sino
performances de arte
renegado. Quién sabe.
Otra cosa que nos sorprende es que
Weiwei no diseñó el estadio olímpico, tal y como afirma nuestra prensa seria. Los diseñadores (y esto es comprobable en cualquier lugar, no solo en las webs progubernamentales chinas) fueron los arquitectos suizos
Herzog y de Meuron. La única relación que Weiwei tuvo con el proyecto fue que intentó por todos los medios que el gobierno chino tuviera en cuenta sus ideas, pero sin el menor éxito. Su indignación con los corruptos y tiránicos gobernantes sin duda aumentó desde aquel día. Imaginemos la cantidad de dinero que un arquitecto de postín puede cobrar por diseñar esas cosas feas y modernas que diseñan. El problema es que para aquella época (2008) Weiwei, aunque ya era un potentado empresario artístico de Shanghai, aun no era apenas conocido en el gran mundo del arte, salvo por los amantes de lo más underground (o
renegado).
Pero como estamos hablando de un artista, lo mejor será que abandonemos el poco fiable blog canadiense -claramente antisionista y antiamericano y, por tanto, tendencioso y poco serio- y nos centremos en buscar en qué consiste el arte de Weiwei en páginas de connoisseurs. Pues ¿qué mejor modo de conocer al artista que mediante su arte?
El genio de Weiwei.
Comiendo cadáveres de bebés en una bienal.
Aunque las autoridades le tienen manía, Weiwei ha prosperado en su país. No olvidemos que ya han quedado muy lejos los tiempos de la Revolución Cultural y que en los últimos años China no le hace ascos a todo tipo de cosas maravillosas y modernas de Occidente. Una de esas cosas son las bienales de arte contemporáneo: esas exposiciones ultracaras llenas de necedades. En la bienal de Shanghai del año 2000, Weiwei fue censurado por las autoridades. Su exposición titulada
"Fuck off!" ("¡Que te follen!") fue retirada debido a que aparecían fotografías reales de bebés muertos e incluso una en la que uno de los artistas se comía a uno de esos bebés. Al parecer, lo que pretendía Weiwei con esas fotografias era protestar por la discriminación que sufrían los artistas independientes en China. En principio, no se ve la relación, pero es que el arte moderno es así. Está más allá de nuestra comprensión y de nuestra mezquina moral.
Otros ejemplos de compañeros artistas chinos perseguidos y censurados son, por ejemplo, Sun Yuan y Peng Yu, que prepararon una "instalación" -como lo llaman ellos- consistente en una pareja de niños siameses muertos a los que les hacían una transfusión de su propia sangre. Quienes tengan estómago pueden ver aquí
la obra de arte. Otras de sus instalaciones incluyen el uso de grasa humana, o la tortura de animales.
Un Tigre, ocho tetas.Este es el evocador título de otra polémica obra del genial Weiwei. Se trata de una foto en la que posa desnudo rodeado de cuatro mujeres también desnudas. En realidad, el número de tetas es de diez, pues las dos de nuestro Tigre son probablemente las más turgentes. Sin saber mucho de estas cosas tan elevadas, yo diría que en realidad se trata de un plagio, porque ya un gran artista conceptual español, el malogrado Jesús Gil, hizo cosas parecidas. Dejo aquí las dos obras de arte, la de Weiwei y la de Jesús Gil para que podáis juzgar por vosotros mismos (¡siento herir sensibilidades!)
Que los malvados censores chinos censuren obras tan hermosas, sesudas y comprometidas ha provocado una oleada de protestas y de solidaridad. Infinidad de "
netizens" (quedaos con este concepto, que pronto llegará a España) se han sumado a la campaña "salvemos al tigre" y
se han despelotado en internet.
Destrozar obras de arte (chinas) es la mejor obra de arte.Probablemente la actividad artística que más presitigio ha otorgado a Weiwei sea la destrucción de obras de arte chinas, mientras más venerables, mejor.
Al principio se dedicó a coger vasijas neolíticas o de la dinastía Han y grabar en ellas el logotipo de Coca-Cola. De este modo estas valiosas piezas que la gente
adora estúpidamente solo porque son antiguas y son chinas, pasan a estar marcadas con un logo y convertidas en objeto de consumo. Aquí vemos una bella vasija neolítica que sobrevivió siete milenios para que el artista Weiwei la marcara con el logotipo del refresco de cola del imperio. Se expone, como trofeo humillante en Nueva York.
Luego, seguramente, considerando que grabar logos suponía mucho trabajo, prefiríó limitarse a sumergirlas en pintura para así arruinar las hermosas figuras que algún alfarero chino de hace muchos siglos había grabado con su delicado arte. Para que se note la vejación a la memoria de aquellos
estúpidos artesanos, el artista de vanguardia deja parte de ellas sin manchar de pintura.
Finalmente, prefirió ahorrarse incluso este esfuerzo y lo que hizo fue romperlas, hacerlas añicos y sacarse fotos durante el proceso.
Otras obras de arte similares incluyen destrozar la puerta de un antiguo templo para hacer un mapa de China en madera o romper y ensamblar absurdamente las piezas del bello mobiliario antiguo chino.
Estas curiosas obras de arte consistentes en destrozar valiosas piezas del legado cultural chino suscitan dos preguntas:
¿cómo? y
¿por qué?El cómo tiene dos respuestas. Por un lado, la nueva dirección capitalista que ha tomado China permite comerciar con objetos arqueológicos y artísticos. Por otro, los mecenas norteamericanos, judíos y suizos de Weiwei financian generosamente sus obras de arte. Una vasija neolítica china
puede costar unos 200 euros. Como los ministerios de cultura occidentales pagan a Weiwei una fortuna por destrozar piezas que solo valen 200 €, el negocio es tan redondo como la figura del artista. De ahí que Weiwei haya pasado de ser timador de turistas en el Barrio Chino a millonario.
Ahora vamos al por qué. ¿Por qué quiere Weiwei destruir objetos artísticos y arqueológicos de la antigua China? Es más ¿por qué hay tantos estados y tantos potentados occidentales deseosos de pagar por ello? Es evidente que se trata de una humillación cultural, de una guerra psicológica, de una provocación. Es como si alguien comprase la estatua de la libertad para luego añadirle algún detalle obsceno.
Démonos cuenta de que los mismos medios que consideran un atentado cultural sin precedentes la destrucción de los budas gigantes a manos de los talibán, consideran sin embargo una genial obra de arte y una prueba de libertad creativa destrozar el mayor símbolo cultural de la antigua China: su maravillosa cerámica. Si Ai Weiwei fuese español ¿habría usado las páginas del Codex Calixtinus como papel higiénico?
Según Ai Weiwei,
"China no ha producido obras de arte, solo productos de mano de obra barata." Afirma también que
"En la cultura china no hay nada creativo, ni tampoco nada que haya aprovechado las ideas de otras culturas."El amor por su país de Weiwei se muestra tanto en sus obras de arte -consistentes en humillar y destruir la memoria milenaria de China- como por sus frases célebres. Este fue el mensaje que dirigió desde EEUU a los jóvenes chinos:
"Preparad vuestro inglés y abandonad el país. Eso es lo mejor que podéis hacer."También él mismo
relata la siguiente anécdota (en la que apreciamos que no solo se considera un Tigre, sino también un Picasso.
"Cuando abandoné China para irme a los Estados Unidos, le dije a mi madre. "Me voy a mi verdadero hogar." Ella me lo recriminó y me llamó estúpido. Pero yo le respondí: "Cuando vuelva dentro de diez años verás al nuevo Picasso." Pero me equivoqué: no fueron 10 años fueron veinte."Una obra de arte relacionada con su amor a la patria que parece una estupidez pero que debe esconder algún tipo de genialidad es un video conmemorativo del 60 aniversario de la fundación de la República Popular China. La obra de arte consiste en varios chinos diciendo en varias lenguas -incluído el inglés, otra lengua china-
¡Que te jodan, patria!Qué critica política tan elaborada. ¿verdad?
Las Cabezas del Zodiaco.Para terminar con el repaso a la magnífica obra artística de Weiwei hagamos un poco de historia. En 1860, las tropas inglesas y francesas asesinaban a millones de chinos en el contexto de la llamada
segunda guerra del opio. Las guerras del opio consistieron básicamente en que las potencias coloniales vendían droga dura -opio- a los chinos. Se calcula que un centenar de millones de chinos murieron por la ingesta de esta droga letal. El emperador, ante la insostenible situación, prohibió a los ingleses seguir traficando con el opio. La respuesta de los europeos fue contundente. Sesenta millones de chinos fueron asesinados y sus ciudades saqueadas y quemadas sin piedad. Se cree que se trata del mayor genocidio de la historia -el segundo mayor lo volverían a sufrir poco después los chinos, esta vez a manos de los japoneses y con la aquiescencia de Churchill y Truman.
Uno de los mayores símbolos del ingenio y la cultura tradicional china era el
Haiyantang. Se encontraba en el Palacio de Verano de Beijing. Se trataba de una magnífica y gigantesca fuente-reloj en la que cada hora correspondía a uno de los doce signos del zodiaco chino, que estaban representados con cabezas en bronce de cada uno de los doce animales que lo integran. Se cree que un jesuíta pudo sugerir al emperador su diseño en el siglo XVIII. Las tropas democratizadoras británicas saquearon y quemaron el palacio y se llevaron las esculturas en sus barcos, lo que supuso una humillación definitiva para el antaño poderoso imperio chino.
A pesar de que las leyes internacionales estipulan claramente que los bienes culturales robados en período de guerra son ilegales y deben ser devueltos a sus países de origen, las cabezas del zodiaco siguieron en manos de ricos ladrones. El gobierno chino ha pedido por activa y por pasiva que les sean devueltas las esculturas, no solo por su valor artístico, sino también por el repugnante contexto en que fueron robadas. Por supuesto, las estatuas no fueron devueltas.
En el año 2000 la casa Sotheby´s en Hong Kong -nótese la humillación que supone hacerlo en esta ciudad- sacó a subasta tres de las cabezas (el tigre, el buey y el mono). El gobierno chino debió pujar y pagar 4 millones de dólares para comprar lo que los subastadores le habían robado.
Más tarde, un empresario chino compró otras dos pìezas y las donó al estado chino.
En 2008 el modisto multimillonario Yves Saint-Laurent falleció. Sus herederos vendieron al año siguiente en Christie´s de París las cabezas de la rata y el conejo. Un pujador chino las compró por 30 millones de euros, pero solo como acto de protesta, pues después se negó a pagar la suma alegando que los objetos eran robados y pertenecían al pueblo chino. Las cabezas siguen en la casa de subastas sin comprador. Las cinco cabezas restantes están en paradero desconocido.
Para que os hagáis una idea de la repugnante campaña de continuas humillaciones que sufre China, será bueno decir que la casa Christie´s ha intentado
regalar las dos piezas al gobierno de Taiwan (una colonia pro-occidental robada a los chinos). La provocación era tan obscena que los propios taiwaneses han rechazado la oferta. Christie´s se niega a devolver las esculturas a sus dueños legítimos, pero
no tiene incoveniente en regalarlas.
Pues bien, ahora es cuando entra en juego nuestro artista, pues si de provocar se trata, para eso está él. La nueva obra de arte de Ai Weiwei ha consistido en mandar hacer (porque él no sabe hacer ni la "o" con un canuto, él es un intelectual, no un obrerucho) una réplica de las doce cabezas del zodiaco. Esta réplica se pasea como una especie de botín de guerra y un motivo de escarnio por New York, Londres y Taiwan. La intención de Weiwei y, sobre todo, de los lobbies que lo financian nos la aclaran los propios articulistas del
New York Times que consideran a Weiwei la "
conciencia de China":
"En 1860, los soldados franceses y británicos que ocuparon China, incendiaron el palacio y se llevaron las Cabezas del Zodiaco, un acto que a día de hoy provoca la indignación popular en China como un ejemplo de humillación colonialista y de todo lo más odioso de Occidente. (...)
Conseguir que todas las cabezas retornen a China - solo algunas han vuelto - se ha convertido en un apasionado objetivo nacionalista (...)
¿Qué deben sentir los chinos cuando ven que el señor Ai simbólicamente vuelve a capturar todo el conjunto para colocarlo en Nueva York - y, más adelante este año, en Londres y Los Ángeles? Se ha reconstituido simbólicamente una pieza emblemática del patrimonio de China, pero se ha hecho en territorio enemigo. Y es que al final, lo importante es el mensaje político..."Éste es Ai Weiwei, y éstas son sus obras de arte.
Mi última reflexión va referida a Ai Qing, el padre de Ai Weiwei. Dicen que aquel poeta fue acusado de derechista y fue enviado a una granja donde, según nos cuenta su hijo, sus delicadas manos de artista debieron limpiar retretes (y es que
los retretes deberían limpiarlos los pobres, no los intelectuales.) El programa de reeeducación de Mao, que pretendía que los intelectuales acomodaddos de la gran ciudad recordasen que los retretes no se limpian solos, no dio buenos resultados. Ai Qing, después de estar limpiando mierda durante varios años, no fue capaz de limpiar la mayor mierda de todas, la que vivía en su casa y soñaba con viajar a los Estados Unidos de América.